José Luis Urióstegui Salgado
Cuernavaca, Morelos, mayo 22 de 2016.
Seguramente la marcha de ayer no cambiará la estrategia de seguridad pública ni la actitud de los servidores públicos estatales encargados de ese rubro, pero sirve para hacer patente el deseo comunitario de tener un Morelos tranquilo no solo en slogan publicitario sino en la realidad, en donde la delincuencia no lacere constantemente la integridad o el patrimonio de la gente; desea vivir en un Morelos donde su gobernador cumpla su palabra y promesas de campaña para llegar al cargo y no se pierda buscando otro desatendiendo las responsabilidades del actual; un Morelos en el que los servidores públicos no cuestionen la legitimidad de los reclamos de renuncia de quienes no son dignos de ocupar un cargo, que primero evalúen las quejas y los resultados de los cuestionados y luego contesten, pero no descalifiquen de antemano.
La marcha convocada por el Obispo tuvo una gran respuesta, vecinos de varios puntos del estado llegaron a expresar de una manera u otra su deseo de vivir en paz, sin zozobras o miedo a lo que cada día acontece, personas de todas las edades nos reunimos y caminamos, intercambiamos comentarios y concluimos que esta situación caótica si puede modificarse pero su cambio no puede iniciar en la sociedad misma, nosotros si queremos vivir en paz y algunos han generado una cultura de autoprotección, pero todo esto es vano si las autoridades no cumplen con su función de establecer las condiciones mínimas de prevención, orden y legalidad sin las cuales la delincuencia actúa con impunidad.
Varias personas se acercaron a nosotros los abogados que integramos el Frente Social Morelense Rodolfo García Aragón y nos pidieron hacer valer la ley para sacar a Graco Ramírez del gobierno porque creen que esa es la solución al problema; el coraje en su mirada y el tono de su voz no dejaba lugar a dudas acerca de su convicción. Para que Morelos tenga tranquilidad Graco Ramírez debe dejar de ser gobernador, es el mensaje claro y contundente. Aún en la paz y armonía de una marcha convocada por un líder religioso la gente no deja de observar y expresar sus convicciones.
Desde hace tiempo vengo señalando las graves omisiones del Ejecutivo estatal en el desempeño de su cargo, especificando que la falta de prevención en el delito y la falta de políticas públicas transversales de atención a las necesidades de la población son parte del problema de inseguridad, y pedí la renuncia del Comisionado Jesús Alberto Capella, la respuesta del Dr. Matías Quiroz, Secretario de Gobierno, fue la descalificación y la petición de revisar antecedentes del que habló, como si los defectos del exigente fueran suficientes para mostrar la virtud del cuestionado; que pena que alguien que aspira a ser gobernador sustituto carezca de argumentos para defender a su subalterno y no cuente con pruebas para demostrar a la sociedad que tales reclamos son infundados.
Los ciudadanos tenemos derecho a expresarnos y proponer cambios en el gobierno para obtener los resultados que estimamos necesarios para generar condiciones de vida adecuadas a la sociedad y los servidores públicos están obligados a valorarlos, eso es parte de la democracia y la rendición de cuentas. Un gobernador que no cumple las expectativas populares y desestima las solicitudes de sus gobernados no merece seguir en el cargo y debe irse con todos sus subalternos que piensan y actúan igual.
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