René Vega Giles
La excesiva pirotecnia quemada durante las fiestas decembrinas y fin de año provocaron daños a la salud de menores de cinco años, conflictos ambientales y generaron más de 300 toneladas de basura, sin que quienes la utilizaron fueran sancionados por la autoridad estatal o municipal.
De hecho, también causaron incendios en predios baldíos e incluso accidentes entre menores que sus padres les compraron cohetes o “cohetones”, con quemaduras de segundo y tercer grado en diversas partes del cuerpo.
La pasividad de las autoridades tanto del gobierno estatal como de los municipios, también dejó como consecuencia que los productos hechos con pólvora fueran vendidos al interior de viviendas particulares sin ningún tipo de restricción.
Conforme a Protección Civil del Ejecutivo y los municipios, los elementos del cuerpo de bomberos tuvieron que sofocar al menos cinco incendios en predios olvidados por sus propietarios.
No fue lo único, las corporaciones de auxilio como la Cruz Roja Mexicana atendió a más de 50 menores con quemaduras por la quema de cohetes sin la vigilancia de un adulto, en su área de urgencias.
En cuanto a las áreas municipales encargadas de la recolección de basura, revelaron que dentro de las festividades del 16 al 25 de diciembre pasado y la del fin de año recolectaron 300 toneladas de basura solo de cohetes y artículos similares.
Para los prestadores de auxilio es necesario legislar y prohibir el uso de la pirotecnia, porque cada vez presentan más problemas en incendios que pueden provocar la muerte de personas.
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