¡A las armas!

 

Granito de Arenas

 

 

José Arenas Merino

2 de enero de 2016

Desde ayer, 1 de enero, será legal portar armas de cualquier tipo y calibre. Será muy común ver a los varones llevar en la cintura una pistola; e igualmente lo será que las señoras lleven junto con su bolsita de maquillaje y el teléfono celular, una de cómodo tamaño para su protección.

 

Transcurrieron 125 años desde que se prohibió lo que entonces era tan común, esto es, que en todo sitio público, quien así lo quisiera, llevara adosada a la cintura, ostensiblemente, una pistola –que entonces eran de hasta seis cartuchos– y en las alforjas del caballo un rifle. Pero apenas un siglo y cuarto después, es nuevamente legal, sólo que hoy las armas son más letales pues como todo, la tecnología ha evolucionado y el mercado ha crecido ante la demanda, de modo que las pistolas son ahora de una infinitamente mayor capacidad de fuerza para la defensa… o la destrucción.

 

Los texanos, pues, desde ayer ya pueden lucir públicamente sus armas sin que nadie, ni la policía los incomode. La única restricción es no ingresar armado a los centros deportivos y los tribunales, pero en cualquier otro lo podrán hacer, incluidas las escuelas, templos, oficinas públicas, etcétera.

 

Y como en Texas y así también en muchos otros estados para hacerse de una arma sólo se requiere tener una prueba de residencia y no contar con antecedentes criminales, pues las armerías harán su agosto desde enero.

 

En México aún no está permitido portar armas, si no se es miembro de las fuerzas policiacas o militares; sin embargo la Constitución de la república permite tener hasta dos pistolas en el domicilio, siempre y cuando estén registradas y el calibre no sea superior a .380 milímetros. Pero no faltan las voces que claman porque se incremente el calibre y, desde luego, que se permita la portación, al menos en la cajuelita para guantes del automóvil.

 

Yo tengo una pistola escuadra Browning de .380 milímetros y dos cajas de 50 cartuchos cada una. Es mi derecho. Felizmente no he tenido que disparar sino para practicar en un sitio autorizado para ello. Estoy convencido de que si la seguridad de mi familia o la mia me obligara a defenderme, lo haría sin pensarlo dos veces.

 

La Secretaría de la Defensa Nacional vende armas que se producen en la misma dependencia y todo mexicano que reúna ciertos requisitos puede adquirirlas libremente. Pero no es la Sedena el único mercado donde se puede comprar aún las que están limitadas al uso oficial: hay un mercado negro y hasta por internet se pueden obtener.

 

En Cuernavaca y otros municipios sus ediles decidieron no firmar el pacto de adhesión al multicitado Mando Único, motivo por el cual, como un berrinche más que una medida legal, el gobernador instruyó retirar a la policía las armas, equipo de comunicación, vehículos y no sé qué más, dejando así en un relativo estado de indefensión a la comunidad, ante el embate imparable de los delincuentes, lo que ha generado una razonable inquietud entre los habitantes de esos municipios.

 

Por lo anterior, será perfectamente comprensible que muchos hagan un esfuerzo económico que no tenían planeado y adquieran armas para su defensa, pues si ahí donde el Mando Único sí opera a la mismísima presidente municipal –que se supone tiene quien la resguarde y proteja– la acribillan y la asesinan, qué podemos esperar los ciudadanos de a pie. ¡A las armas!

 

 

Sobre José Arenas Merino 19 artículos
48 años de ejercer el periodismo escrito, televisivo, radiofónico y digital. Primer corresponsal de El Universal y Radio UNAM en Europa y Notimex en Europa de Este. Director fundador del primer medio en Internet en Morelos. Abogado, escritor, locutor y textoservidor. Amigo de sus amigos. Libre pensador. Piscis.

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