René Vega Giles
La prohibición de proporcionar bolsas de plásticos en las tiendas departamentales y de conveniencia, preocupó a los pequeños y adultos mayores que por empaquetar los artículos adquiridos por la ciudadanía podrían quedar sin ingresos.
En su mayoría, los empacadores son menores de edad que coadyuvan en la manutención de su familia, al provenir de aquellas con escasos recursos económicos.
Para el caso de los adultos mayores, un 80 por ciento de éstos carecen del apoyo del gobierno federal, o bien su pensión por haber laborado más de 30 años es menor a los dos mil pesos mensuales.
Los empacadores afirman estar de acuerdo en dejar de utilizar las bolsas de plástico, pero también reclamaron que ni los grupos ecologistas y diputados locales hayan pensado en los de abajo, en las personas que viven de las propinas.
La mayoría de los ambientalistas, señalaron que son personas con una economía estable y consolidada, empresarios sin problemas y que suelen utilizar el lema de la ecología como un pasa tiempos.
Sin embargo, consideraron que los diputados locales votaron por una iniciativa populista, en la que dejaron de presentar alternativas que impidan la desaparición de los empacadores que trabajan por necesidad.
Las tiendas departamentales y de conveniencia no les otorgan un salario, menos prestaciones sociales y viven de la moneda que les otorgan quienes acuden a realizar sus compras.
En Morelos se carece de un censo de cuántos menores de edad y adultos en plenitud suelen dedicarse al empacamiento de productos diversos, entre ellos calculan que son entre cinco a siete mil los que realizan está función más social que laboral.
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