YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 09 de Junio de 2019.- Hace muchos años que no escribía de box, tal vez desde aquella columna que titulé “EL DIABLO DE LAS DOCE CUERDAS”, de cuando se usaban nada más tres cuerdas por cada uno de los lados de ring. Veo con cierta regularidad este deporte que siempre me ha apasionado, no con el interés de antaño, merced a la mercantilización y a la mano negra que está metida inexorablemente, los organismos que controlan el deporte se han multiplicado y esto aparece poco serio, como si se tratara de la lucha libre. Dicho lo anterior vamos al tema.
El pasado primero del presente mes estaba como de costumbre frente al televisor, anuncian la pelea estelar de campeonato de peso completo, el británico y entonces campeón Anthony Joshua contra el mexicano Andrés Ponce Ruiz, “Andy Ruiz” Jr. Confieso que estaba semidormido, cuando vi la figura del ébano británico y al regordete y un tanto chaparrón de Andy Ruiz, pensé que nada bueno esperaba al mexicano. Las apuestas estaban 1-15 para el hombre de color, para el campeón, hasta ese momento invicto con 22 victorias y cero derrotas.
El morbo de una pelea donde un mexicano disputa un campeonato mundial de esa categoría, incuestionablemente que me hizo hacer un esfuerzo para hacer el sueño a un lado y, durante los primeros rounds creí que el nocaut rondaba sobre la cabeza de Andy Ruiz, Anthony Joshua se veía imponente y dominador, pero el box es y será siempre impredecible, sin embargo transcurría el tercer episodio cuando vino lo que pensé sería inevitable, con tremendo golpe el mexicano cayó a la lona para la cuenta de protección, por su forma de caer –con las manos en la lona antes que su humanidad- y por su mirada supe que no estaba en malas condiciones; pero el mexicano es un auténtico guerrero y un valiente a más no poder, enseguida se enfrascó a golpes con su rival que, inopinadamente también se fue a la lona, le contaron los 8 segundos de rigor y aquello era la locura en el Madison Square Garden de Nueva York, escenario de la pelea.
La valentía indómita del mexicano debió espantar al moreno que sentía cómo le salían alas a sus campeonatos, digo campeonatos porque Anthony Joshua ostentaba los campeonatos que representan la AMB, OMB, IBF y la IBO, porque ya para el séptimo asalto el nuestro no daba ni pedía cuartel, con golpes muy bien ejecutados, por dentro principalmente y abriendo su guardia sin importarle lo que podría recibir, avasalló prácticamente al británico al que mandó a la lona por tercera ocasión en la pelea, cabe hacer notar que la cuenta del tercero en el cuadrilátero fue lenta en demasía, pero además le dio tiempo de más cuando le cuestionó si estaba en condiciones, así se reanudó el combate y Andy, con alma, vida y corazón volvió a tocar a su adversario con una andanada de golpes que finalmente lo depositaron nuevamente en la lona, y nuevamente y de manera inexplicable, el referee, después de la cuenta reglamentaria, volvió a darle varios segundos que en el box pueden ser muy significativos en el resultado de una pelea, sin embargo, el campeón que ya no sentía lo duro sino lo tupido por fin claudicó, porque el tercero parecía estar muy interesado en que continuara, pero el negrito simplemente no contestaba y no hubo más remedio que pararle la pelea cuando transcurría un minuto con 27 segundos de ese séptimo round Andy había llegado a la cúspide, abrazó la gloria que araño en 2016, la alegría como es de suponerse fue indescifrable, indescriptible, la emoción de los mexicanos comprensible porque por primera ocasión en los anales del boxeo mexicano por fin, por primera vez tenemos un campeón mundial de peso competo, unificado además. Hubo quien reclamó que no lo cargaran en hombros, pero cómo hacerlo si su séquito es de pequeños y muy flacuchos, así es que por esta ocasión eso es irrelevante, lo importante es el histórico triunfo.
Así fue como Andy Ruiz Jr. Escribió esta importantísima página del boxeo mexicano, un triunfo que ganó con agallas, con un corazón a toda prueba, con una mentalidad excepcional por el hambre y la sed de triunfar, de una victoria que le redituó nada más seis millones de dólares. Y ya está pidiendo 50 millones de dólares para lo que sería su primera defensa de sus títulos. Lo que sí es un hecho es que se convertirá en el boxeador mejor pagado de todos los tiempos, incluyendo al “canelo” Álvarez desde luego.
Andy Ruiz Jr. Ya había recibido una oportunidad por el campeonato mundial pesado en el 2016, sin embargo en esa ocasión perdió una decisión mayoritaria frente al entonces campeón Joseph Parker.
Fue inevitable dar un recorrido por los mejores pesos pesados de antaño, recordamos como aquel 24 de Junio de 1968 Manuel “pulgarcito” Ramos disputó la corona de los pesados nada menos que frente a Joe Frazier, ganador éste nada menos que del inolvidable Mohamed Ali (Cassius Clay), el mexicano cayó en el segundo episodio y lo más que hizo fue meterle tremendo gancho al hígado que acusó el estadounidense.
Cómo no recordar al Dr. Ismael Ruiz, un peso completo con bastantes cualidades y cuyo debut fue precisamente aquí en Apatzingán en 1976 en la arena José Ángel “mantequilla” Nápoles.
Pero volviendo con el boxeador del momento, con Andy Álvarez Jr., con su figura regordete y se veía un tanto chaparrón para el peso, aunque no lo es mucho, mide un metro con 88 centímetros, me hizo recordar al ex campeón pesado Rocky Marciano (Rocco Francis Marchegiano), único campeón de los completos que se retiró invicto en 49 peleas, de ellas 43 fueron por la vía del cloroformo, Rocky medía apenas un metro con 80 centrimetros, realizó exitosamente seis defensas y se decidió por el retiro y la gloria por siempre en la historia del boxeo mundial, palmarés inigualable a la fecha.
Andy lleva hasta el momento 34 peleas, ha ganado 33, de ellas 22 son por la vía rápida y 11 decisiones.
Y la verdad que en lo personal estoy gratamente sorprendido con nuestro personaje, porque como amateur hizo también una brillante carrera, realizó 110 peleas de las cuales salió con el brazo en alto en 105 y solamente cayó en cinco ocasiones. Representó a México en los torneos de clasificación de los juegos olímpicos de Beijin en 2008 y perdió con Roberto Alfonso y Oscar Rivas.
Así es el boxeo, en la década de los 50s del siglo pasado muy poca gente creía en Rocky Marciano cuyo estilo era un tanto agazapado, pero con un poder letal en los puños, he visto en varias ocasiones el material de la época, inclusive me pareció inexplicable aquella pelea virtual que los negociantes y la mafia boxística planearon y editaron. Rocky Marciano versus Mohamed Ali, para la TV y los “conocedores” de la época –allá por 1970- el triunfo por decisión le perteneció al primero.
Por último diremos que Andy Ruiz Jr., en el terreno amateur conquistó el campeonato mundial de Ring Side.
Enhorabuena por el boxeo mexicano y sobre todo por el nuevo ídolo Andy Ruiz que, llegó a la pelea en calidad de emergente en vista de que el retador oficial dimitió y, apenas en mayo, unas cuatro semanas antes le avisaron, así es que el mérito es mucho mayor ya que su preparación pudo ser mucho mejor.
Contador y analista político
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