Antes, durante y después

Perspectiva

Por: Rodolfo Becerril Straffon

Decía el excelente cómico Groucho Marx que no hay nada más viejo que un periódico del día anterior. En efecto, ya se ve lejano lo acontecido en la marcha ciudadana en contra de la inseguridad. La memoria es muy corta pero conviene hacer algunas reflexiones sobre lo que pasó, especialmente después. Como cuando hay debates políticos, y los contendientes actúan antes, durante y después del debate, la ciudadanía y el gobierno, en relación a la marcha de protesta por la inseguridad reinante, actuaron en esos tres tiempos. En un primer momento, la ciudadanía organizando y convocando a esa expresión de reclamo; el gobierno tratando de disuadirla a través de eventos diversos de los que di cuenta la semana pasada. El último fue el recibimiento que el ejecutivo le organizó al llamado zar antisecuestros, Renato Sales  en la mañana del mismo día de la marcha. Sales  declaró que las cifras de los delitos habían disminuido. Para legitimar tal declaración, al acto en que se produjo  se invitó a la señora Wallace, conocida activista en contra del secuestro; al gobierno le salió el tiro por la culata ya que la susodicha señora  cuestionó las cifras anunciadas. Como quiera que sea esa acción le sirvió al gobierno para publicitarlas al día siguiente y contrastarlas con la noticia de la marcha ciudadana.  Durante ésta, el gobierno tenía apostadas cámaras en la avenida Matamoros, donde inicialmente transitaría uno de los contingentes, para registrar puntualmente a los asistentes. Por el lado de la ciudadanía, al saberse tal táctica, se decidió cambiar el rumbo y desfilar por la Avenida Morelos. Unos y otros actuando pues con distintas estrategias.

Una manifestación sin precedentes
Una manifestación sin precedentes

Los eventos registrados después de la marcha no sorprendieron. El gobierno tratando de deslegitimarla. Primero minimizando el número de asistentes; después reduciendo hasta donde se pudo la noticia y luego descalificando a algunos de los asistentes y al hacerlo descalificando a todos. En el colmo del surrealismo vinieron algunas declaraciones y algunos comentarios editoriales. El secretario general del gobierno dijo que Morelos es “ejemplo  nacional en el combate a delincuencia” Francamente sin comentarios. Por su parte el gobernador señaló: “yo no hice la tormenta.  Ahora me atengo a los resultados”. Reconoce que   hay tormenta. Quizá el traicionó el  subconsciente. En otra declaración dijo “Hace cuatro meses estábamos en el peor de los mundos”  Tal dicho me recuerda un viejo chascarrillo que escuche cuando vivía estudiando en Varsovia y gobernaba Polonia, todavía comunista, Gomulka. El presidente había dicho “Hace veinte años estábamos al borde del precipicio, hoy hemos dado un gran paso adelante” Sin querer expuso  su debacle.  En otro momento  el gobernador dijo “en 18 meses he hecho más de lo que se hizo en 18 años” Si él mismo cuestiona  lo que se hizo en esos 18 años mejor sería que no  trate de superar esos despropósitos. Se me dirá que él se refiere a las realizaciones positivas; en todo caso lo que es incuestionable es que en muchos años no se habían visto marchas de protesta- ya van tres- a tan  temprano momento de una administración, tiempo que se supone es cuando se   consolida. El mayor ridículo lo escenificó el señor Carlos Marín quien en su diario Milenio y después en Tercer Grado de televisa  al referirse a la marcha ciudadana la etiquetó como  “marchita” y con un tono despectivo descalificó a organizadores y a asistentes. Ese “comentarito” finalmente no logró como muchos otros ocultar la causa principal del porque los ciudadanos nos expresamos ese emblemático 1 de abril. Ni la presencia del ejecutivo con Carmen Aristegui o con Brozo, ni la pretendida minimización de la marcha por muchos medios y comentarios, aunque muchos señalaron aspectos críticos sin dolo y con razón, y por tanto no se puede  generalizar,  lograron evitar que se rompiera el cerco informativo. Las redes sociales mostraron las fotos de la manifestación popular y la noticia dio la vuelta al país. Si bien hubo quienes se confundieron con la estrategia gubernamental, la gran mayoría, la que “percibe” y la que conoce lo que sucede en la entidad, no hizo sino confirmar el grado y las razones del malestar

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