YO ACUSO
Armando Vargas Mora
En varias ocasione se ha dicho que en Apatzingán es muy peligroso andar fuera del hogar por las noches, inclusive en los medios electrónicos y hasta en panfletos se han marcado prohibiciones, una especie de toque de queda por medio de la cual no se puede circular libremente después de las diez de la noche.
No es por demás señalar que los asesinatos aquí ya son cosa cotidiana, que el señor gobernador Silvano Aureoles Conejo van varias ocasiones que ha manifestado el mismo ultimátum: “se acabó la tregua”. Pero dicha declaración parece ser combustible puro para la delincuencia.
En medio de todo esto está la autoridad municipal que se encuentra en el confort en virtud de la Ley de Seguridad Interior, pero que de ninguna manera la exime de su obligación constitucional de la prevención del delito. Aquí es todo lo contrario, porque resulta evidente que, previo el pago del famoso “disimulo”, hay negocios que expenden bebidas embriagantes las 24 horas del día, emblemático de lo anterior es el negocio del famoso “bigotes” ubicado sobre la Av. Morelos poniente, denunciado hace tiempo y en donde dijimos que ahí en cualquier momento podría suceder una desgracia como finalmente lo fue, el asesinato de dos personas y dos más heridas lo que bien podría denominarse “la crónica de unas muertes anunciadas”, durante algunos meses los parroquianos se retiraron, pero en la actualidad han vuelto a la carga, o al alcohol mejor dicho.
Los jóvenes parece que no entienden la gravedad de lo que estamos viviendo, a ellos les vale. Hace apenas unas semanas que en la colonia Morelos asesinaron a cuatro personas, incluida una jovencita de 16 años y un chamaco de 19 que acababa de llegar al lugar donde consumían bebidas embriagantes.
Por todos los apatzinguenses es sabido que, la avenida principal, la Constitución de 1814 es una gran cantina, sin embargo, por todas las advertencias arriba descritas, creí que se guardaba un poco de recato, por el olor a muerte y a pólvora en este matadero sin fin, acallado por el gobierno del estado porque ya no quieren que Michoacán siga siendo el emblemático de los estados de la república en cuanto a la nula aplicación de lo que algún día conocimos como “estado de derecho”, la nula aplicación de la ley y una desafiante delincuencia que hasta le envían videos al Sr. Gobernador.
Hoy por la madrugada, a las 3.30 horas para ser más exactos, tuve la necesidad de salir a comprar un medicamento, acudí a la “Farmacia Guadalajara”, la que está ubicada sobre la Av. Constitución de 1814 Norte, grande fue mi sorpresa cuando me percaté que aquello, a pesar de las altas horas y de las advertencias, estaba convertido en una inmensa cantina, tuve que estacionarme hasta la esquina donde funcionó el negocio conocido como “la piñata”, clausurado precisamente porque ahí asesinaron al menos unas cinco personas. Cuando me bajé de mi vehículo pude constatar que los chamacos escuchaban su música predilecta a todo volumen en sus autos, la música en vivo la amenizaban dos bandas, una de las cuales se reventaba “arriba Pichataro” y la otra la emblemática “Juan Colorado”, los jóvenes, trago en mano disfrutaban de la “dulce vida” bailando en plena calle. Era evidente aquel caos, el barullo, la inconciencia de quien, bajo el influjo del alcohol no miden las consecuencias, de no apreciar la vida y con amplias posibilidades de enlutar sus hogares. Esta madrugada pude constatar la anarquía en su máxima expresión, de la ausencia de todos los gobiernos, la nula prevención del delito, una autoridad municipal en el confort pero que raya en la inmoralidad ya que para ellos es patente les importa más el dinero del famoso “disimulo” que la vida misma, pero además se ufanan de que echaron a andar hace tiempo el cacareado “alcoholímetro”, que debió traer aparejado un reglamento jamás dado a conocer.
Hace unos días que se dijo que para Michoacán llegaron mil elementos adicionales a los existentes para frenar a la delincuencia organizada y la no organizada también, en ellos se incluía a miembros del ejército y la marina, en nada ha cambiado esto.
Las diversas policías, cualquiera, ya sabemos que el caos y el desorden es una fuente inacabable para sus apetitosas intenciones.
No estamos en desacuerdo en que los jóvenes se diviertan, lo que está evidentemente mal es el desorden implantado por el propio gobierno municipal, un gobierno cuya debilidad se manifiesta por la nula aplicación de los reglamentos, cualquiera que usted imagine.
¿No basta que a una hora determinada, digamos prudente, a las 12 de la noche por decir algo, pasen los soldados y les comuniquen a estos muchachos que ya es hora de que se retiren a sus casas?
¿No resulta saludable que los desalojen como medida preventiva?
¿No cree Ud. que bien se puede evitar una tragedia?
Creo que nunca es tarde para poner orden.
La literatura nos dice que la anarquía es un concepto que procede de la lengua griega y hace mención a la ausencia del poder público, esto es precisamente lo que está pasando en Apatzingán, la inseguridad a que están sometidos sus habitantes es más que evidente, aquí se cometen todos los delitos habidos y por haber.
Pero además esa anarquía es aderezada por la incapacidad del ayuntamiento para ofrecer, de manera eficiente, todos y cada uno de los servicios que tenemos como legítimo derecho.
El servicio de la mal llamada “agua potable” es deficiente a todas luces, con un individuo –Fernando Zaragoza- arrogante y fanfarrón, pero además incapaz de atender a tiempo las fugas originadas por múltiples razones. Muchas de las colonias se quejan constantemente de que, el pago se les exige puntualmente pero el vital líquido en ocasiones no llega por semanas, como es el caso de la colonia “Miguel Hidalgo” que, se quejaron con este reportero de que durante 15 días consecutivos no les caía una gota de agua.
La recolección de basura es punto menos que una nulidad en la mayoría de las colonias, los vecinos se quejan constantemente de que las camionetas particulares cada vez les exigen un mayor pago por llevarse una bolsa, me dicen que han llegado a cobrarles hasta 30 pesos por una bolsa grande con los deshechos del hogar. La verdad que la basura se ha convertido en un problema muy grave por la casi nula recolección de parte de “la autoridad” municipal. Recuerdo que hace años, diez para ser más exactos, cuando entró a la presidencia municipal Don Genaro Guízar Valencia, una de sus mayores preocupaciones inmediatas lo constituyó el tener un Apatzingán más limpio, un ejército de empleados se dedicó a recoger la basura en todas las entradas de este rancho grande, el servicio fue evidente se eficientó.
En muchas de las colonias existe la justificada queja de que, a pesar de que pagan muy puntualmente el anticonstitucional “derecho de alumbrado público”, están expuestos a la delincuencia en parte, precisamente por la ausencia de necesario alumbrado público.
Muchas de las calles se encuentran en pésimas condiciones, el bacheo de las mismas es nulo. Los pozos cuyas dimensiones son muy grandes, son motivo de quejas de los automovilistas expuestos al maltrato de sus vehículos y las consiguientes descomposturas. Desde la entrada misma, allá por el monumento al general “Lázaro Cárdenas” Apatzingán recibe a sus visitantes con los baches abiertos, ya hay quien dice que sería conveniente arrancar un programa cuyo lema sería el de “adopte un bache”.
En fin, podríamos seguir señalando tanto caos y desorden, la anarquía existente, la ausencia de los gobiernos que de ninguna manera cumplen con sus obligaciones constitucionales.
La inseguridad, la violencia, el desorden y el olor a muerte campean en Apatzingán.
Contador y analista político
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