YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 18 de Julio de 2016.- Una definición sencilla del concepto de política, es aquella que sugiere que es la actividad de quienes gobiernan los asuntos públicos de un país.
Winston Churchill decía que “el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo”.
Lo que no falla es la sentencia de que la política embriaga a los inteligentes y vuelve locos a los pendejos.
La anterior introducción la hago por lo siguiente:
El 6 de Mayo del año anterior, en el Foro Internacional en Riviera Maya, el presidente de México Enrique Peña Nieto reiteró que la corrupción es un problema cultural. Admitió asimismo que ha sido criticado por pensar así. Junto a los presidentes Michel Martelly, de Haití y Juan Carlos Varela, de Panamá. Ese día advirtió que las Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción serán inútiles si la sociedad no cambia, “si una sociedad no está resuelta a cambiar para bien, para denunciar y ser parte de una cultura en favor de la legalidad, estos esfuerzos serán insuficientes”.
En esa fecha ilustró el tema diciendo el refrán “hágase la ley en los bueyes de mi compadre”.
Según lo anterior, el pensamiento presidencial se enfocó a la seguridad de que, quien tendría que cambiar eran los ciudadanos de a pie, no los gobernantes con quien el pueblo ha demostrado una y otra vez estar indignado por tanta desfachatez, por tanto cinismo de los que se llenan los bolsillos, vulgares bandidos a los que la impunidad ha venido protegiendo una y otra vez.
Eso fue ayer, (Mayo de 2015), hoy, en un alarde de simulación política, después del “deber cumplido”, el impresentable Virgilio Andrade, “flamante secretario de la función pública” ha presentado su renuncia: “para cumplir a cabalidad con el precepto constitucional y el presidente designe a quien habrá de ratificar el senado de la república”, palabras más, palabras menos fue lo que dijo este individuo digno de una de las antiguas carpas titiriteras, ni más ni menos, se fue el empleado. Hoy, al promulgar las Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción en el Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña Nieto, pidió perdón por el asunto de la llamada “casa blanca”, consideró que fue un agravio para la sociedad mexicana. Dijo que los servidores públicos además de ser responsables de actuar conforme a Derecho, son responsables de la percepción que generen sus actos.
Antes, Peña Nieto, a través de su cuenta de Twitter señaló que: “hoy es un día de la mayor relevancia de nuestro país, ya que inicia la puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrupción”. Estoy seguro de que este día será recordado como el inicio de una nueva etapa para la democracia y el Estado de Derecho en México”.
Winston Churchill tenía mucha razón, lo que ayer fue verde, hoy es blanco o rojo, según el cristal. Lo que ayer se pensaba, no con poca soberbia, que no se había incurrido en ninguna irregularidad, hoy no nada más la Sra. Angélica Rivera Hurtado regresa el dolor de cabeza que se llama “casa blanca”, con los arreglos que explican se hicieron, con el llamado “Grupo Higa” (Juan Armando Hinojosa), además el presidente en un hecho, esto si histórico, ha pedido perdón. Todo parece indicar que el presidente ahora entiende que si entiende, todo parece indicar que ¡por fin! dio lectura correcta a la cuestión electoral, concretamente el voto de castigo del 5 de junio pasado. Se da cuenta muy probablemente muy tarde, porque en las votaciones intermedias en 2015, su grupo de asesores le hicieron creer que, al obtener más de los 250 diputados en alianza con otros partidos, el pueblo le amaba intensamente, o a medias si usted quiere, lo cierto es que desde entonces se prendieron las luces de alarma electorales. No quisieron darle lectura a los votos perdidos por su partido desde su triunfo electoral del 2012. Demasiado tarde probablemente, porque inclusive el llamado voto duro le ha dado la espalda al Partido Revolucionario Institucional y al primer priista del país, a millones y millones de votos le salieron alas. Durante muchos meses Peña Nieto y compañía se han dedicado a ultrajar la inteligencia de los mexicanos. No pocos priistas hoy se encuentra indignados por el nombramiento de Enrique Ochoa Reza, lectura política aparte, porque se piensa que con ello, Peña Nieto está más preocupado en entregar el poder de manera tersa, pensando más en la salvación personal, que en gobernar. Pensando en las elecciones del año venidero en que habrá elecciones para gobernador en Coahuila, Nayarit y el Estado de México, estado éste donde su candidato es casi seguro lo será Luis Videgaray Caso, como premio al manejo económico del país.
Después de ver fehacientemente cómo se aplica la ley en México, ¿debemos creer en las apodadas “Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción”? ¿Hay algún motivo para ello? ¿Los bandidos dejan de serlo por decreto? ¿Es gripa? ¿Dejará de ser selectiva la ley? En este país donde los derechos humanos son violentados todos los días, ¿debemos creer que ahora si, a partir de hoy viviremos en un auténtico Estado de Derecho? ¿Usted cree en tanta belleza?
Los mismos que le brindaron un fuerte aplauso al presidente cuando de su ronco pecho salió aquello de que: “la corrupción es un problema cultural”, son los que hoy también le aplaudieron con vehemencia.
Voy a creer en el Sistema Nacional Anticorrupción, no porque metan a la cárcel a los gobernadores salientes de Quintana Roo, Veracruz y Chihuahua, sino cuando igualmente estén tras las rejas cuando menos una treintena más de ex gobernadores que enriquecieron enormemente, cuando el gobierno le siga la hebra al dinero de miles de personas físicas y morales que enriquecieron “explicablemente”, cuando miles de “funcionarios y ex funcionarios” públicos que enriquecieron de la noche a la mañana, sean llamados a cuentas por las autoridades competentes. No basta que metan al bote en Veracruz al regordete de Javier Duarte, también es necesario que al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares pague por tantos actos de corrupción a través de toda su carrera política, ¿no se da cuenta la PGR?
Voy a creer en el Sistema Nacional Anticorrupción cuando estén tras de las rejas los dirigentes de Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, favorito de Aurelio Nuño, con el que sí está actualmente entablando un monólogo, que no diálogo, a puerta cerrada en la SEP desde luego y, Carlos Romero Deschamps de PEMEX, a quien este sistema en mala hora hizo senador como premio “por los favores recibidos”, a ambos no se les toca ni con el pétalo de una rosa, mucho menos con el Sistema Nacional Anticorrupción, para el gobierno, las cuotas de los trabajadores de esos sindicatos gozan de cabal salud.
Voy a creer cuando no le den carpetazo al asunto de los papeles de Panamá. Le apuestan a la amnesia colectiva.
Contador y analista político
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