YO ACUSO
-EL GOBERNADOR DE MICHOACÁN CAMBIA SU DISCURSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 11 de Enero de 2016.- Después que tomó las riendas del país el presidente Enrique Peña Nieto, declaró a los medios de comunicación que otra fuga de Joaquín Archivaldo Guzmán, “el chapo”, sería imperdonable, y sin embargo éste se movió y se fugó. Se fugó aquel 11 de Julio del año anterior, mientras el mandatario volaba a Europa. Todo estaba preparado allá en Francia, en donde Peña Nieto no tendría contrapesos para que se le reconociera como el presidente reformador y condecorado con todos los honores. Lo imperdonable se tornó un tema que quemaba. La prensa mundial exhibió la fuga del “chapo” como una afrenta para el gobierno mexicano, se presentaba como una vergüenza nacional. Los más golpeados, políticamente hablando lo fueron desde luego el propio presidente y el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong que, para muchos, sus aspiraciones rumbo a la presidencia de la república estaban sepultadas.
Monte Alejandro Rubido García quedó fuera del gabinete y unos cuantos “charalitos” están detenidos, los demás “funcionarios” que tienen que ver con la seguridad permanecieron intocados inopinadamente.
La detención del narcotraficante se volvió una obsesión para el gobierno mexicano, una piedra –o roca- en el zapato que no dejaba dormir a muchos, a grado tal que, frecuentemente declaraban que su captura era cuestión de días, hasta en una ocasión se aseguró que se les escapó de último momento, inclusive se dijo que iba herido y que, se habían dado cuenta por la sangre que dejó en algún objeto. En estas condiciones, cuando faltaban exactamente tres días para que se cumpliera medio año de la última fuga, por fin lo detuvieron. Del presente tema se han escrito ríos de tinta, sin embargo dos cosas fueron las que me llamaron la atención, primero, que cuando todo mundo veíamos las primeras informaciones y se anunciaba que a determinada hora el presidente de la república diría un pronunciamiento, en otras partes del mundo, los medios más influyentes como Le Monde, CNN en español, El País y otros ya consignaban la especie y, segundo, que lejos de que el gobierno mexicano asumiera como una obligación la captura de Guzmán Loera, como una responsabilidad de los órganos de seguridad, cuando apareció el presidente de la república para hacer el “anuncio oficial”, era inocultable el gusto, la alegría, las caras de felicidad de todos, la algarabía fue inocultable y, de un acto obligatorio, aquello lo transformaron como una auténtica y verdadera hazaña, como una gesta heroica merecedora de todas las felicitaciones del orbe, un reconocimiento a “nuestros órganos de inteligencia”, nada más falaz, porque la verdad es que los mayores laureles fueron del gobierno norteamericano sin cuya colaboración, probablemente a estas alturas ya se estuviera preparando la segunda parte de la película con las andanzas del “chapo”. ¿No es un exceso cantar el Himno Nacional por la captura de este hombre? Otra cosa, como en política no hay derrotas permanentes, la captura del “chapo” viene a dar una gran dosis de oxígeno a Miguel Ángel Osorio Chong.
EL GOBERNADOR DE MICHOACÁN CAMBIA SU DISCURSO
Desde que tomó posesión el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, invariablemente su discurso denotaba optimismo sin límite, un territorio color rosa en donde la incidencia delictiva principalmente, de manera cotidiana un día bajaba y, al día siguiente también. Hoy declaraba que el aspecto policíaco estaba en orden y, al día siguiente la policía estatal amenazaba con el paro de labores por el atraso en el pago de sus sueldos, de tal suerte que, en los michoacanos se fue sembrando la convicción de que se trataba de un gobernador sin brújula, cuyas declaraciones cada vez se alejaban de la realidad que estamos viviendo. Inclusive en pasado 18 de Noviembre, con motivo de la reunión nacional de las MESAS DE SEGURIDAD Y JUSTICIA, en acto celebrado en el centro de convenciones de Morelia, Aureoles Conejo se sacó la puntada de que, hasta ese día del mes, en Michoacán no se había efectuado ningún secuestro, todos los presentes se voltearon a ver en clara señal de incredulidad. Por todo lo anteriormente expuesto, es que llama la atención que el gobernador, durante su visita aquí a Apatzingán el pasado siete de los corrientes, cambiara radicalmente su discurso, visita correspondiente a la cuarta reunión plenaria de LA MESA DE SEGURIDAD Y JUSTICIA de esta población, acto celebrado en punto de las once horas en las instalaciones de la C.F.E., en donde estuvieron presentes los altos mandos policiacos y los funcionarios estatales y federales que tienen que ver con los asuntos de seguridad. Cabe hacer notar que apenas hacia un par de días en que, en esta región cundió el pánico en vista de que en las redes sociales principalmente, se publicaba de los inminentes enfrentamientos de los diversos grupos delincuenciales, por eso, se pensaba que alguien de los que tomaran la palabra de la mencionada reunión, pudiera hacer mención de los hechos que se decía eran del dominio público, sin embargo no fue así.
Durante el desarrollo de la reunión que, hay que decirlo, no hubo ningún tipo de censura, se señaló por un alto mando, el más importante, que era muy difícil el imperativo de la ley, igualmente se señaló sobre la ausencia del estado de derecho en nuestro estado, eran evidentemente palabras mayores. Por eso tal vez, es que el gobernador tuvo que dar un viraje en el discurso y tuvo que aceptar las realidades que estamos viviendo, un discurso que indudablemente bajó la temperatura de los presentes.
Teniendo a su diestra al presidente municipal César Chávez Garibay, el gobernador dejó bien en claro que en un máximo de dos semanas –dentro de diez días-, en Michoacán ya no habrá más fuerza ciudadana ni fuerza rural, la implementación del Mando Único decretado por el presidente Enrique Peña Nieto hace poco más de un año, dijo que será ya una realidad.
El mismo gobernador aceptó la complejidad de nuestro estado y que, desde luego Apatzingán no es la excepción, aceptó que las cosas se salieron de control por diferentes circunstancias y aseguró que, “esto no puede seguir así, se tiene que reinstalar el estado de derecho, nos debilitamos tanto las instancias de seguridad pública que es difícil dar respuesta”. Luego se refirió al poco personal con que se cuenta en los municipios, en esas condiciones aseguró que es imposible dar respuesta al crimen, agravado aún más porque algunos –políticos- de pusieron del lado de los delincuentes. Palabras mayores son el aseverar que: “No es posible el actuar delincuencial sin la complicidad gubernamental, tiene que restablecerse el estado de derecho, no voy a dar ni un paso atrás, necesitamos un plan de trabajo para que no seamos un espacio de quejas, hay muchas cosas que hacer, si nos coordinamos lo vamos a lograr. Tiene que imperar la ley y el estado de derecho. Dijo que se va a instalar en Apatzingán y la región para resolver los problemas, hay que atender a los jóvenes, se necesita el deporte, la cultura, educación, necesitamos saber dónde están nuestros jóvenes y que es lo que andan haciendo, es necesaria la participación ciudadana”.
En términos generales esto fue lo que dijo en esa reunión el gobernador Silvano Aureoles Conejo que, a decir verdad, le dio un total viraje al discurso poco convincente con que había arrancado durante sus primeros cien días de gestión. Vamos a ver cuántos de los dichos son hechos, de lo contrario en este espacio estaremos muy puntuales para hacer los señalamientos de lo incumplido, por lo pronto le quedan diez días prácticamente para que por las calles ya no veamos ninguna otra policía que no sea la correspondiente al mando unificado que, de acuerdo con los últimos reportes, el 65% de los 2.445 municipios de la república se han incorporado a ese régimen.
Contador y analista político
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