Chikungunya diseminada a gran escala y la autoridad salubérrima lo niega

YO ACUSO

 

 

Armando Vargas Mora

Apatzingán, Michoacán; 27 de Julio de 2015.- A pesar de los cientos de casos de chikungunya diseminados en toda la región de la tierra caliente, Teófilo Magaña Blanco, “autoridad” de la jurisdicción sanitaria 07, sigue negando lo que para muchos, es tan evidente que hasta lo vienen catalogando como una pandemia, para otros es la enfermedad del presente siglo. Sin embargo la autoridad salubérrima, dice tener control absoluto de la situación y hace apenas una semana reconoció la existencia de once casos de dengue clásico en toda la jurisdicción. Sobre el particular, quien esto escribe platicó con varios médicos de esta localidad y sobre la interrogante de la existencia o no de la enfermedad, la contestación fue un contundente: ¡SI HAY CHIKUNGUNYA!

 

Cuando hace apenas unas semanas escuchamos por primera ocasión el término chikungunya, la curiosidad nos llevó a investigar un poco en la literatura disponible, nos enteramos que viene del vocablo maconde (tribu africana) que significa el que dobla a la persona y hace referencia a que además de producir fiebre, malestar y escalofríos, causa dolor articular e inflamación de pequeñas articulaciones. El chikungunya y dengue: el mismo vector, virus diferente (Aedes aegypti y Aedes albopiectus) que, en realidad son términos que poco o nada conocemos, lo que sí es evidente es la existencia de ambas enfermedades. Lo anterior está plenamente reconocido de conformidad con reportes epidemiológicos de la secretaría de salud y de su titular Mercedes Juan López que, inclusive señaló la existencia de chikungunya en los estados de Guerrero, Chiapas, Campeche, Coahuila, Colima, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Veracruz y Michoacán.

 

Es importante resaltar que conforme avanzan las lluvias, igualmente la enfermedad avanzará.

 

Lo cierto es que los casos de esta enfermedad van en aumento, que cunde el temor de la población en adquirirla en virtud de que es incapacitante, además porque las secuelas, nos dicen, bien pueden durar un mes, un año y que existen casos durante toda la vida.

 

Resulta mucho muy reprobable que el presidente municipal Alejandro Villanueva del Rio, no exija a los responsables del sector salud que cumplan con sus obligaciones, dar protección a la población y tomar las medidas adecuadas para algo que ya está fuera de todo control: LA DISEMINACION DE LA ENFERMEDAD EN TODA LA REGION DE LA TIERRA CALIENTE. Porque nos damos cuenta de casos muy concretos, varios amigos nuestros que presentan los síntomas descritos, con el agregado de que tienen también sarpullido en varias partes del cuerpo. También estamos enterados de un sinnúmero de personas que presentan pequeñas o medianas ámpulas en extremidades u otras partes del cuerpo.

 

Igualmente estamos enterados de casos en que, tras los síntomas de la enfermedad, en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, les han tomado muestras a personas y les indican que vuelvan por los resultados en veinte días, es decir, mucho después de que padecieron la enfermedad que, aunque resulta incapacitante, su duración va de cinco a diez días. ¡SALIERON MUY VIVOS!

 

Es también importante resaltar que el Chikungunya en ocasiones es hemorrágico (y no únicamente por las fosas nasales). De lo anterior no tenemos conocimiento de ningún caso. Igualmente, los que conocen nos indican que se dan muy pocos casos de que la gente muera por la enfermedad, sin embargo los individuos más vulnerables son los hipertensos, diabéticos, mayores de sesenta y cinco años e infantes menores a un año.

 

Tenemos plena evidencia de que ésta que, para muchos es la enfermedad del siglo en la región de tierra caliente, viene causando estragos en Lombardia, Huacana, Francisco J. Múgica (Nueva Italia), Buena Vista y desde luego aquí en apatzingán, concretamente en la loma de los hoyos, puerta de alambre, presa del rosario, chiquihuitillo, el recreo, San Juan de los platanos, chandio y sobre todo en las colonias más marginadas de esta población y en el centro mismo.

 

Mientras la enfermedad avanza, las autoridades le apuestan a la irresponsabilidad y al disimulo. Dicen: ¡NO PASA NADA!