Iván Ureña
En un país tan polarizado como el nuestro, para mantener la objetividad sobre la gestión de un gobierno debemos dejarnos guiar menos por las declaraciones y más por el dato duro.
En 2018 el salario mínimo en todo el país era de 88.36 pesos, ahora existen dos, el general de 248.93 pesos y el de frontera norte de 374.89 pesos, pero para hacer cualquier comparación en términos reales se debe descontar la inflación, la cual se ubicó en 28.18 por ciento en el periodo, así tenemos, un incremento real en el salario de 142 por ciento y 253 por ciento, respectivamente.
Esos incrementos reales tan significativos, hicieron añicos los argumentos de que no era posible, es contraproducente según empresarios como Salinas Pliego, que se desataría una inflación, que el sector productivo no podría afrontarlo, que habría quiebra de empresas. Las evidencias abundan, el Censo económico del 2019, estimó que el costo laboral en toda la economía fue de sólo 9.47 por ciento, pero no todos ganan el mínimo, así, lo que más relevantes es la elasticidad entre el mínimo y la inflación, que en ese periodo fue de 0.005, en términos coloquiales quiere decir, cuánto subirán los precios si sube el mínimo, y se vio que el efecto fue casi nulo, que se explica en buena medida, porque el mínimo venía de niveles tan bajos, que incrementarlo tuvo efectos inflacionarios muy marginales. Si bien, experimentamos subida en los precios, éstos se debieron más al Covid, la guerra en Ucrania, mayor demanda por alimentos y no por el incremento en salarial.
Sin duda alguna que la política del salario mínimo de Amlo fue exitosa: sólo la mala fe o el desconocimiento de los principios básicos de la economía, además de una buena dosis de fanatismo permiten negar ese acierto. Con igual contundencia se tiene que decir, fue una necedad y error, de los gobiernos tanto del PAN como del PRI mantenerlo terriblemente bajo. En este espacio llevamos muchos años argumentando en algunos artículos, por qué era posible: «Qué tan posible es incrementar el salario mínimo», abril del 2018 y «El salario mínimo como bandera política», agosto del 2014.
Con independencia de si gana Claudia o Xóchitl, ojalá continúen con esta correcta política pública.
En una próxima entrega, se hacen propuestas de cómo seguir mejorando el salario mínimo.
Estimados lectores, si le gustó este análisis gracias por compartirlo y comentarlo.
ivanure@hotmail.com
Premio Nacional de Periodismo 2017. Premio Estatal de Periodismo Morelos 2012, empresario y maestro en Economía por el ITAM. Funcionario en Banobras, Hacienda y Secofi.
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