Granito de Arenas
José Arenas Merino
2 II 16
La sabiduría proviene de la experiencia y esta deriva no sólo del conocimiento, sino de la edad.
El antiguo Senado romano, así como el Consejo de Tlatoanis de los mexicas, estaban conformados por los hombres más viejos, los sabios, pues. Ese es el origen del Senado en las constituciones primigenias de las que se tomaron como modelo las modernas, tal cual es el caso de la vigente en nuestro país, que el viernes cumple sus primeros –y últimos– 99 años.
En una de las muchas reformas que ese ordenamiento legal, base de todos los demás, ha sufrido a lo largo de casi diez décadas, el Senado, que originalmente contaba con un senador titular y un suplente por cada una de los estados o entidades federativas que integran la geografía política, para sumar 64, hoy tiene el doble, pues tenemos la figura de senadores plurinominales, según el invento de un priísta de gran prosapia ya muerto, Jesús Reyes Heroles, quien por cierto fue presidente del Consejo Nacional de ese instituto político, el PRI, entre otros cargos relevantes.
Hay una corriente –no tan potente como sería deseable, por cierto– que pretende desaparecer no sólo a los senadores plurinominales y los elegidos por designación popular vía el voto, sino de plano todo el Senado, pues de acuerdo a sus impulsores, no se justifica su existencia, toda vez que con la otra parte del Congreso Federal, la llamada “Cámara baja”, afirman, es más que suficiente y por tanto no es indispensable que los estados tengan representación en el Poder Legislativo.
A quienes piensan de ese modo, no se les ha ocurrido sumar un argumento más a favor de la desaparición de la figura de senador. Ese argumento es que en otro de esos giros del sistema político –que por cierto no está constitucionalmente fundamentado y por tanto no tiene valor legal ni personalidad jurídica–, se creó una figura relativamente nueva, el llamado Consejo Nacional de Gobernadores, o Conago, que como su nombre lo dice, cuenta con la participación de los titulares del Poder Ejecutivo de cada uno de los estados, incluido el Jefe de Gobierno del extinto Distrito Federal –quien por cierto no fue electo para gobernar la ahora Ciudad de México– y que se reúne periódicamente y cuenta con una estructura organizativa con funciones específicas y tareas que se reparten en comisiones, es decir, que son una especie de Senado Virtual o alterno, que bien podría sustituir al formal y entonces ese majestuoso y costosísimo edificio sede del mismo, podría tener un destino diverso, como por ejemplo, venderlo a particulares para rescatar algo del oneroso pago que representó para el erario –léase dinero público– y destinarlo a mejor cosa que dar cabida a 128 personas y un pequeño ejército de burócratas de diversa utilidad, que nos cuesta a los contribuyentes una enorme carga.
Pues bien, esos señores integrantes de la Conago ya están haciendo prácticamente una labor legislativa, como quedó demostrado ayer, cuando se reunieron y públicamente se pronunciaron a favor de extinguir las policías municipales, para sustituirlas por un nuevo cuerpo –bueno, no tan nuevo porque ya funciona ilegalmente hace más de un año en 26 estados– llamado Mando Único, cuyo único mando ejercen precisamente los gobernadores, nunca mejor llamados “virreyes” pues además de la policía, ejercerán los cuantiosos recursos con los que actualmente los ediles pagan y sostienen sus policías locales. Serán pues, los únicos mandones. ¿Alguien lo duda?
48 años de ejercer el periodismo escrito, televisivo, radiofónico y digital. Primer corresponsal de El Universal y Radio UNAM en Europa y Notimex en Europa de Este. Director fundador del primer medio en Internet en Morelos. Abogado, escritor, locutor y textoservidor. Amigo de sus amigos. Libre pensador. Piscis.
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