
Uziel Ramón Espinoza Sánchez declaró ante un Juez de Control de Garantías que agentes de la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO) lo torturaron y amenazaron para autoincriminarse en el homicidio de Rebeca «N», cajera de Superama que fue asesinada el pasado 4 de marzo.
El joven de 20 años de edad, vecino de la Unidad Habitacional Campestre de Jiutepec, compareció la mañana del miércoles a su primera audiencia derivada de una orden judicial que otorgó el juzgador a la Fiscalía General, el pasado 2 de mayo.
Ante el juez penal del Primer Distrito Judicial, Arturo Ampudia Amaro el imputado dio su consentimiento para que su nombre e imagen fueran manejados por los medios de comunicación.
El Ministerio Público leyó su antecedente de investigación y recordó que el día del crimen, la victima mortal se encontraba trabajando en la tienda, ubicada en la avenida Manuel Ávila Camacho de la colonia La Pradera de Cuernavaca.
El ahora imputado llegó hasta ahí y disparo en varias ocasiones contra la mujer posteriormente se retiro caminando de la escena del crimen sin ser detenido, de acuerdo a la fiscalía.
Tras la formulación de la imputación, el detenido pidió rendir su declaración en ese mismo momento.
De viva voz, Espinoza Sánchez manifestó que el pasado 22 de marzo fue detenido por la Policía Preventiva de Jiutepec por el presunto delito de robo a una gasolinera.
Sin embargo fue entregado a elementos de la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR).
El inculpado mencionó que los agentes lo acusaron de pertenecer al grupo criminal Guerreros Unidos (GU).
-Me dijeron que yo había matado a la de Superama y me empezaron a dar toques en el testículo y la espalda después me vieron unos tatuajes que yo traigo con el nombre de mi madre y me dijeron que sí yo no declaraba iban a traer a mí mamá y la iban a matar en frente de mí.
Ante esta situación el presunto les respondió que él iba declarar todo lo que ellos le dijeran por tal motivo lo trasladaron a otro lugar.
-Termine de declarar y ahí me bajaron a los separos de la SEIDO y ahí me tuvieron cuatro días y después me notificaron que no habían encontrado nada y que me trasladaron al centro federal de arraigo y ahí estuve 40 días.
Según la versión del presunto, un agente del ministerio público de la SEIDO lo fue a ver a los siete días que ingresó al centro de arraigo y le entregó una hoja de cuaderno
-Ten, necesito que te aprendas esas direcciones y ahorita que llegue tu abogado de oficio le vas a decir que vas ampliar tu declaración. Vas a declarar que en esas direcciones tenían a gente secuestrada y que ahí metían los carros que se robaban.
El juez interrumpió al imputado toda vez que la declaración debería enfocarse a la imputación que le hacía a la fiscalía en relacionan a la muerte de la mujer.
-Soy inocente señor y yo tengo testigos de dónde estuve ese día. Sí declare que yo mate a esa persona es porque estaba amenazado de que iban a matar a mi mamá y además me torturaron.
Reportero de a pie, estudiante de leyes, especialista en cobertura de seguridad ciudadana y justicia adversarial. Creo en el periodismo basado en el respeto a los derechos ciudadanos.
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