La historia me absolverá
Por: Manuel Martínez Garrigós*
Cuando se hace referencia a los derechos humanos con frecuencia se mencionan el derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad, los políticos, entre otros; sin embargo, pocas veces —por no decir casi nunca— se hace alusión al derecho al esparcimiento, no obstante que éste es reconocido universalmente como tal.
El esparcimiento, definido por la Real Academia Española como el conjunto de actividades con que se llena el tiempo libre, presupone la existencia del Estado Democrático. En tal sentido, en su obra «Tendencias actuales del constitucionalismo latinoamericano», el jurista mexicano Jorge Carpizo destaca que uno de los aspectos para reconocer el avance del Estado Democrático está relacionado con la calidad de vida de los habitantes, considerando satisfactores como la alimentación, educación, protección a la salud, trabajo, vivienda y esparcimiento.
Múltiples instrumentos internacionales incluyen el esparcimiento como un derecho fundamental, tal es el caso de la Declaración universal de los derechos humanos; el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales; la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; la Convención sobre los derechos del niño; entre otros muchos.
Sobre este tema, la norma fundamental mexicana se ha ido adaptando al contexto internacional. Hoy, la Constitución Política de la República y la de Morelos reconocen el esparcimiento como un derecho de los niños y otros grupos vulnerables. Sin lugar a duda, ello se debe a que las actividades recreativas mejoran la calidad de vida de las personas, inciden favorablemente en el bienestar físico, mental y cultural; pero sobretodo son parte primordial en la construcción del tejido social.
Desafortunadamente, las alternativas de esparcimiento son pocas en Morelos, principalmente para las personas de escasos recursos económicos. Para una familia de cuatro integrantes, por ejemplo, ir al cine representa un desembolso mínimo de 300 pesos solo por concepto de entrada; cantidad que para muchos hogares es difícil de solventar.
En este contexto, la normatividad vigente en materia de este derecho debe ir acompañada de políticas públicas incluyentes, que permitan a los morelenses ejercer el derecho al sano esparcimiento. Estos mecanismos públicos hoy son más necesarios que siempre ante la fuerte crisis de seguridad que se vive en la entidad, siendo prerrequisito que estos se vinculen a grupos vulnerables como niños y adolescentes por razones evidentes.
Este fue el sentido de diversos programas que se emprendieron durante la administración municipal que me correspondió encabezar en Cuernavaca. Además de la construcción de dos grandes centros de recreación, como el Parque Tlaltenango y la Unidad Deportiva Bicentenario de Acapantzingo, tuvieron lugar los programas Un día con tu Familia, Funciones de cine en colonias, Parques acuáticos, Pista de hielo, por mencionar algunos; todos ellos sin costo alguno para la población.
En la temporada invernal 2010-2011, cerca de 70 mil personas acudieron a la variedad de la Pista de hielo, lo cual refleja la avidez de la población por ejercer este derecho. Dentro del programa un Día de cine con tu familia, que recorrió las colonias populares de Cuernavaca, en 2011 se dieron cita a estas funciones alrededor de 50 mil cuernavacenses. Igualmente, los parques acuáticos fueron muy concurridos. En este tipo de actividades de recreación se observaban familias de escasos recursos económicos, que no tenían posibilidad de salir a vacacionar por el factor monetario.
La autoridad estatal y municipal en Morelos, tiene la obligación de establecer las condiciones para que se ejerza el derecho a la recreación, ningún morelense debe ser privado de éste por ninguna razón, incluyendo la económica. En esta tesitura, los gobiernos deben ser capaces de identificar y satisfacer las necesidades de esparcimiento mediante la puesta en valor de políticas públicas; desde la óptica gubernamental esto debe ser victo como un instrumento para garantizar una mejor calidad de vida.
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