Dolor y tristeza por la muerte física del padre Beto

 

 

YO ACUSO

 

 

Armando Vargas Mora

Apatzingán, Michoacán; 16 de Noviembre de 2020.- Hace unos dos años y medio, durante un desayuno cuando estaba de Párroco en la Iglesia de Fátima, platicamos y escuchamos atentamente al querido Sacerdote católico Humberto Torres Valdovinos, sus interesantes puntos de vista sobre los problemas que aquejan a nuestra sociedad, pero sobre todo sobre sus planes y la posibilidad de seguir adelante su obra, el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes. En ese entonces exteriorizó la firme intención de dar vida nuevamente al movimiento Boy Scaut que, como es sabido nació como una forma de combatir la delincuencia en Inglaterra a principios del siglo XX, allá por 1908. Y es que dadas las circunstancias que vivimos, indudablemente que el Padre Beto como cariñosamente todo mundo le decía, es así, a través de la formación de los grupos juveniles como los Boy Scout, que buscaba la orientación de la juventud y la construcción de buenos ciudadanos en nuestro medio tan hostil como difícil, jóvenes educados con base en valores y juegos al aire libre con métodos de enseñanza no formal, movimiento actualmente en más de 165 países que desde sus orígenes busca que la juventud lleguen a ser buenos ciudadanos a través de un método específico en la vida militar y al aire libre basado en el manual “Escultismo Para Muchachos”. Este era uno de los anhelos de Padre Beto, un hombre sumamente entusiasta, preparado e inteligente.

 

Pero la Diócesis tenía para él otros planes y es así como fue enviado a un ranchito, La Loma, Jalisco para la continuación de su apostolado. Cabe hacer notar que el Padre Beto, con 69 años de edad y 44 ejerciendo el sacerdocio, ahora nos enteramos que ya se encontraba enfermo y hace unos días se desmayó en varias ocasiones en plena misa y que inclusive no pudo terminar la celebración, las condiciones económicas para el Padre Beto eran sumamente difíciles y tuvo problemas hasta para moverse para atender sus padecimientos, así nos lo informan. Lamentablemente el viernes anterior se deterioró aún más su salud y al parecer sufrió un infarto, por ese motivo una familia del lugar lo trajo en esas condiciones y fue llevado a Morelia donde finalmente dejó de existir.

 

 

La noticia de su partida física provocó consternación, dolor y tristeza en vista de que siempre fue muy querido por sus compañeros sacerdotes y laicos. Ahora nuestro muy querido Padre Beto ya se encuentra gozando de la misericordia del Señor. Él se ha ido físicamente, pero su trabajo, su obra y su recuerdo ahí quedan, su gran dedicación para con los jóvenes y ver desde otra perspectiva cómo arrancar de las garras de la delincuencia precisamente a la juventud, tan necesitada de esos valores de vida Cristiana. Deja el Padre Beto una huella imborrable por su excelente trabajo y dedicación.

 

En su dolor, el Pbro. José Luis Segura Barragán le dedicó lo siguiente a través de su Facebook:

 

                   LA NOCHE SE TRANSFIGURA EN RADIANTE LUZ

“Quise verte por última vez en tu barca de ensueño, antes del final del camino, que como todo ser vivo, llega a su destino que es el morir.

Si, ya no te volveré a hablar en esta tierra, quise despedirme de ti, frente a frente y recordar tu amistad amena de treinta y cinco años.

Estabas como dormido, soñando en mundos nuevos, en alegrías que no terminan y en carcajadas plenas de contento.

Tuvimos nuestros desacuerdos, que siempre terminaban en viento, en olvidar las encendidas arengas y los altisonantes eufemismos.

En Aguililla comenzaste tu fructífero ministerio y sembraste a Cristo en los corazones de las muchachas y los jóvenes, y a quienes harán falta tus joviales bromas y tus canciones románticas. Si, Padre Beto, sí; mucho hiciste por la Evangelización de ésta Diócesis y mucho te espera en el cielo de Dios el consabido sueldo.

 

 

No quiero llorarte, pero no dejo de hacerlo; espero que desde el cielo pidas por este sufrido suelo”.

 

Y desde Washington, por el mismo medio, Caty Martínez escribió su sentir en los siguientes párrafos:

“Al paraíso te lleven los Ángeles y a tu llegada te reciban los mártires y te introduzcan en la Ciudad Santa de Jerusalén.

La virgen María lo acompañe en su viaje Padre Humberto Torres Valdovinos descanse en paz.

Gracias por todo lo que hiciste por los jóvenes en nuestra Diócesis.

Hasta el cielo te acompañarán nuestro cariño y nuestras oraciones”.

 

Por su parte el controvertido Padre Gregorio López Gerónimo, el Padre “Goyo”, desde su suspensión temporal por parte del Sr. Obispo Cristóbal Ascencio García, sigue con su labor y práctica del Evangelio; de esta forma desde hace meses propaga la palabra del Señor a través de audios que contienen la explicación del Evangelio diario, para lo anterior lo auxilian algunos Sacerdotes, así, la semana anterior fue precisamente el Pbro. Humberto Torres Valdovinos quien explicó la Homilía diaria, inclusive el mismo Sábado en que su cuerpo ya se encontraba en la Parroquia de Fátima, fue verdaderamente muy sentido y triste escucharlo, con la claridad de sus ideas y la humildad que le caracterizó.

 

 

El Padre “Goyo” visiblemente molesto me había mandado un audio donde dice que con anterioridad una persona a quien se le conoce como Jhimy era quien se encargaba de trasladarlo (al Padre Beto), pero en virtud de la cuestión económica hubo de prescindir de sus servicios. Fue a él a quien algunos amigos le comunicaron que el padre Beto, el Jueves anterior no había podido concluir la misa, estamos en una situación difícil, dice, e inclusive se ofreció trasladarse para allá, La Loma, Jalisco, para ayudarlo aunque no recibiera nómina y le pedía al Sr. Obispo su permiso para ayudar y se puso a su disposición. Al parecer no hubo respuesta.

 

Y ya después, en otro audio, el Padre “Goyo” visiblemente consternado dice que el Padre Beto fue un papá, y que en momentos difíciles en que el mismo Obispo “nos dio la espalda, él siempre nos dio el hombro”, Asimismo asegura que cuando el pastor “nos echó golpe, él siempre nos dijo, aquí estoy soy tu hermano, soy tu amigo, aquí estoy para apoyarte en todo”. Entre cortada la voz, el Padre “Goyo” reconoce que el Padre Beto no nada más fue un Sacerdote, fue un papá, mi padre que me tendió la mano, me enseñó a estar cerca de la gente, a ser sencillo, a ser sincero, ser transparente, fue mi Maestro, un amigo, un pastor; hoy tengo que agradecerle al Obispo que lo haya confinado allá y lo haya refundirlo, aislarlo y no poderlo, que no le estorbara, que no le estuviera señalando errores ni contradiciendo. Dios paga y paga bien a sus fieles trabajadores y ahí estaba en la raya, no salía de su parroquia y estaba ahí trabajando, al pie del cañón. Se ganó el cariño y el respeto de la gente, apenas hace 8 días había cumplido 44 años, estuve allá con él, 44 años de entrega a la Diócesis de forma generosa”.

 

                                        

Finalmente el Padre “Goyo” manifestó su sentir para no estar presente durante la misa en que se despidió al Padre Beto en la Catedral de Apatzingán y agregó: “prefiero llorarlo a solas”.

 

Incuestionablemente que la Diócesis ha perdido una de sus columnas más fundamentales, nuestro querido Sacerdote BETO, con mayúsculas, un Pbro. Comprometido con su apostolado y un ejemplo a seguir por los jóvenes sacerdotes. Hoy, el Padre Beto ya se encuentra en la casa del Señor. (Q.E.P.D.).

 

 

ES CUANTO.