Parte I de II
Por: Iván Ureña
En las clases sobre la historia económica de América Latina, se aprende que Venezuela en los años 60 era tan rica como Noruega, por lo que había migración neta de Brasil, Panamá; Colombia, y hasta de países europeos como Portugal y España. Incluso antes de que Chávez llegara a la presidencia, esa nación tenía el ingreso más alto de la región; sin embargo, la población enojada de los abusos y gran corrupción de los otros políticos, llevó al golpista al poder, que no sólo se eternizó en él, sino que además se le heredó a Maduro.
Las políticas públicas del régimen Chávez-Maduro, prometieron acabar con la corrupción y convertir a Venezuela en uno de los más prósperos del mundo, y en efecto la situación de ese país sudamericano cambió dramáticamente, pero para muchísimo peor. Inflación galopante, más de 1,700 por ciento en el año 2017, expropiaciones de empresas, corrupción generalizada, escasez de alimentos, inseguridad como nunca antes, falta de medicina, en la elecciones fraude descarado, persecución a opositores la lista es interminable, a grado tal que estudios la ubican como una de las tres peores naciones para vivir en el mundo, situación que la comunidad venezolana presente a lo largo y ancho de México confirma.
En resumen, los venezolanos hartos del purgatorio en que los tenían los partidos tradicionales, llevaron al poder a un político que les prometió el reino de la prosperidad y en efecto, terminaron en el reino, pero de la más absoluta miseria.
Por su parte, AMLO, en un error de política, se ha negado a señalar los yerros evidentes de ese gobierno sudamericano: desastroso en lo económico y autoritario, violador de los derechos más elementales, que para mantenerse en el poder ha perseguido a la oposición, encarcelado a los críticos, disparado contra las manifestaciones políticas, recurrido al más burdo fraude electoral y dio golpe de estado técnico al desparecer el congreso.
El de Morena al hablar del gobierno de Venezuela se va por la tangente, argumentado la autodeterminación de los pueblos y la no intervención, pero eso mismo no lo aplica con USA, de visita en ese país opina de sus política, a grado tal que habla de demandarlos en organismos internacionales y llama altanero a Trump; igualmente con la vecina Guatemala, festina que hayan metido a la cárcel a un expresidente por corrupción. Sería tan sencillo con que AMLO sin ambages señalar, clara y contudentemente todas las veces que fuera necesario, “en Venzuela el gobierno hizo fraude, han tenido un desempeño económico desastroso además ha matado gente”. Y Punto resuelto.
Como cuando aparecieron las pintas de un supuesto apoyo del gobierno de ese país, AMLO o también cuando el embajador de Venezuela en México en un tuit agradece a Morena su apoyo, para luego borra el polémico tuit, pero el daño ya estaba hecho.
Los opositores de AMLO aprovechan hábilmente ese error del tabasqueño para atemorizar al electorado, argumentando qué si él gana nuestro país se podría convertir en una nueva Venezuela, independientemente de si es verdad o no, sí atemorizan a una parte de la población y circula ampliamente en la redes sociales, todo por la necedad del candidato de Morena de no señalar contundentemente a ese gobierno bolivariano corrupto, fraudulento y asesino de su población.
ivanure@hotmail.com
Premio Nacional de Periodismo 2017. Premio Estatal de Periodismo Morelos 2012, empresario y maestro en Economía por el ITAM. Funcionario en Banobras, Hacienda y Secofi.
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