J. Rigoberto Lorence
Transcurridos más de 7 meses del inicio del nuevo gobierno, AMLO conserva su nivel de aceptación popular, mientras la oposición de derecha no logra articular su discurso ni elaborar una estrategia que le permita realizar la función de opositora coherente contra el nuevo régimen. El caso patético de México Libre, el partido de la pareja Calderón-Zavala es una muestra fehaciente de lo anterior.
De acuerdo con la última información disponible, el proyecto de partido de Elba Esther Gordillo ha realizado más de la mitad de las asambleas requeridas por la ley, al igual que el de Encuentro Solidario de Hugo Erick Flores, en tanto el proyecto de Calderón-Zavala tan solo ha cubierto el 13 por ciento de las asambleas requeridas.
Esto indica que entre los grupos de derecha de la élite del poder reina gran confusión política. El PAN no atina a adoptar una posición coherente, y sus pérdidas son notorias. Tan solo recordemos que fueron diputados locales del PAN en su mayoría quienes votaron por ampliar el plazo del nuevo gobierno de Baja California de dos a cinco años, a pesar de la intervención de Marco Cortés en ese punto. No les funciona la disciplina.
El desgaste político del nuevo régimen es moderado. La última medición de la opinión pública establece más del 60 por ciento de aceptación popular para AMLO. Y la lucha contra la corrupción sigue adelante, con mayor vigor. Además de las denuncias penales contra Lozoya, Collado y socios, ahora la justicia federal se lanza contra Carlos Romero Deschamps y la corrupción sindical en Pemex.
Sin embargo, hay factores adversos, esencialmente en el aspecto económico y de seguridad pública. La economía nacional no ha crecido, o lo hace de manera muy precaria. Al gobierno de AMLO le ha faltado el detonante de la inversión para la construcción de empresas que generen mayor producción y más empleos. El recuerdo de la cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco genera nerviosismo en algunos sectores de inversionistas, en tanto las nuevas inversiones oficiales aún no arrancan. Nos referimos al nuevo aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Por diversos obstáculos legales que la oposición ha interpuesto, aún no se ha ejercido la inversión de 50 mil millones de pesos para el nuevo aeropuerto internacional (en este primer año, ya que en total será de 68 mil millones). Asimismo, no se han podido adelantar los trabajos de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, ni la del Tren maya, que abarcaría los estados del sur-sureste de México. Esta inversión sería de 50 mil millones de pesos, en este año, para cada proyecto.
Las inversiones chinas podrían significar una salida, pero el asunto está erizado de obstáculos. En esta época de confrontación entre USA y China, el gobierno estadunidense pondría grandes obstáculos a los esfuerzos que pudiera realizar la gran potencia oriental.
Hay además otro pendiente grave. Los esfuerzos del nuevo gobierno no han podido frenar la violencia interna. Las cifras del horror son hoy más espeluznantes que nunca. Durante el primer semestre de 2019 el número de muertes violentas –llamados homicidios dolosos—fue de 14 mil 603 fallecidos, y lo más preocupante es que esa cifra está al alza.
En el bimestre enero febrero la cifra fue de 4 mil 838 muertes; en marzo fue de 2 mil 425; el abril bajó un poco a 2 mil 307; en mayo se elevó a 2 mil 473 y en junio la violencia arrojó la cifra de 2 mil 560 muertes violentas. Es decir, las cifras muestran un alarmante aumento que debe movernos a la reflexión.
Todo lo anterior, ha sucedido aunque la cifra de fondos congelados a las organizaciones del crimen organizado se eleva a unos 36 mil millones de pesos, y se han venido cumpliendo los pasos que se indican en la estrategia de combate a la inseguridad pública.
La Guardia Nacional ha levantado muchas esperanzas de la población para lograr la paz social. Pero apenas se está desplegando en el país y sus investigaciones acerca de las condiciones de cada estado no se han consolidado. Lo más importante es que mantenga sus mandos libres de la contaminación que significaría la infiltración del crimen organizado.
La lentitud de la economía y el auge de la inseguridad son los verdaderos obstáculos en el camino de la Cuarta Transformación. Resolverlos es el problema esencial de la República hoy.
Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la UNAM. Militante de las organizaciones democráticas y revolucionarias de México desde hace unos 40 años. Ha impartido cursos de reportaje, redacción y otras áreas dentro del periodismo.
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