Silvia Chávez Manilla
El miedo es un arma de control, una bastante eficaz y quizá la más barata para los grupos de poder.
El otro día me encontré la entrevista que Jenaro Villamil le hizo al Dr. Hugo López Gatell en el programa Versiones Públicas: https://rb.gy/hkuhd. En ella, el Doctor menciona que el miedo impide discernir con claridad y perturba la razón.
Aunque muchas veces el miedo es un mecanismo de defensa, que nos protege de experimentar riesgos innecesarios, cuando se descontrola puede paralizar el cuerpo, distorsionar lo que vemos, escuchamos, y es ahí donde se abren las puertas para que quien guste entre a controlar nuestros pensamientos; por ejemplo, los grupos con intereses económicos y/o de otra índole.
Así sucedió con lo referente al Covid-19. La población se vio bombardeada con una campaña de pánico estimulada por los medios privados de comunicación y apoyada por los partidos políticos contrarios al gobierno en turno, que desinformó. Lo curioso es que mucha gente, mucha, que ha vivido engañada durante décadas por estas mismas agrupaciones les creyó.
Sí, la pandemia más peligrosa fue la del miedo, ésta penetró más rápido y profundo que la del bicho inventado en un laboratorio, ése que provocó decesos en menor cantidad que las diversas variantes del cáncer, la diabetes y la obesidad.
“La mitad de la mortalidad absoluta antes de Covid y desde hace más de 15 o 20 años está asociada con una mala alimentación”, señaló López Gatell. O sea, estos datos quedaron sepultados ante la falta de ética informativa, cuyo único propósito fue alimentar la emoción del miedo.
Quizá di mucha vuelta para plantear mi punto, pero es un claro ejemplo de cómo las “altas esferas” sí toman en cuenta las emociones y los de a pie no las validamos, las hacemos a un lado y las subestimamos; mientras que los chicos de Silicon Valley y los laboratorios se están volviendo millonarios a sus costillas.
Alguna importancia tendrán las emociones cuando muchos andan tras las tuyas, quizá si les pones atención descubrirás la mina de oro que portas día con día.
Nota
El planteamiento de este espacio no es dar instrucciones, o recetas; el sentido es irnos construyendo, porque una persona no es un objeto, es un ser inacabado, en constante transformación. El camino es largo, pero vale la pena, vales la pena.
Licenciada en periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, posgrado en psicoterapia Gestalt Relacional por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt y formación en Grupos Terapéuticos por el Círculo de Estudios en Terapia Existencial.
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