YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 25 de Julio de 2016.- Hay ocasiones en que el cinismo, la simulación y la mentira hacen que el malestar social crezca, la crispación popular incuestionablemente aumenta, eso es lo que percibimos en las calles, el café y con la mayor parte de las personas con quienes platicamos, cuando el tema es político desde luego y en donde salen a relucir los últimos acontecimientos. Es el caso de las reiteradas declaraciones, en todos los medios, del actual presidente del comité ejecutivo nacional del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, prácticamente un extraño para la militancia, quien dice que en adelante ese partido no tolerará más a los corruptos. Tales declaraciones han llevado a no pocos a la mofa, a la ridiculez de un partido que ha sido paradigma de eso precisamente: De la corrupción.
En efecto, desde su creación como Partido Nacional Revolucionario en 1929, cuyo primer presidente lo fue su fundador Plutarco Elías Calles, pasando a Partido de la Revolución Mexicana el 30 de Marzo de 1938 y, finalmente Partido Revolucionario Institucional a partir del 18 de Enero de 1946, su característica principal, su ADN, es precisamente la corrupción, ahora resulta que de golpe y porrazo ya “eso no les gusta”, es como si a un ranchero se tratara de explicar que a los puercos ya no les gusta la mierda, por eso es que la gente, y menos los priistas que se conocen tan bien, es que no creen ni pizca eso de la anticorrupción tricolor.
Es más, el dedazo nadie me va a decir que no es un acto de corrupción, y precisamente Enrique Ochoa Reza es producto del dedo del presidente Enrique Peña Nieto. Aún más, en 1940 el General Lázaro Cárdenas del Río, en ese tiempo casi inmaculado, inauguró con el dedo corruptor las sucesiones sexenales, hasta el año 2000 en que el farsante Fox y el Partido Acción Nacional les arrebató el poder, con la complicidad de Ernesto Zedillo, en ese tiempo el dicharachero coca colo vendió la baladronada de las víboras prietas, alicantes, tepocatas, alimañas, etc…
Lo cierto es que la luna de miel panista duró apenas 12 años y la vuelta al poder del PRI no ha sido precisamente afortunada, todo lo contrario, los niveles de reprobación del presidente han caído como nunca antes. El enojo del pueblo para con los gobiernos es más que evidente, con los gobernadores de todos los colores, pero muy especialmente con el presidente de la república, eso que eufemísticamente llaman malestar social no lo es, es crispación e indignación como nunca antes, la figura presidencial, tan respetada antaño (inclusive no hace mucho, recordemos el “cállate chachalaca” de AMLO), ya no lo es más, en las redes sociales hacen trizas a Peña Nieto, por eso se hacía una necesidad el ahora famoso Sistema Nacional Anticorrupción, así se presente la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos mutilada, o descafeinada como muchos le llaman, la 3 de 3.
Por eso, teniendo como fuerte aliado el escenario puesto por el presidente Enrique Peña Nieto, el Sistema Nacional Anticorrupción, el presidente del CEN DEL PRI, el michoacano Enrique Ochoa Reza “ha decidido” que en adelante no más corrupción, no más un PRI que ha gobernado por casi ochenta años con corrupción, ahora ha decidido que las pulgas se le carguen a los perros no flacos, a los aún gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo; César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge Angulo respectivamente, sobre quienes pesa no nada más la amenaza de defenestrarlos de su partido, sino que además, por virtud del Sistema Nacional Anticorrupción, no se les permitió el cinismo y la perversidad de “blindarse” legalmente por cuanta fechoría cometieron a lo largo de sus respectivos sexenios. Ochoa Reza dice que el PRI “milagroso” exigirá la fiscalización e incluso la destitución de los gobernantes corruptos.
Habrá que ver que dicen los gobernantes de su propio partido para empezar, con la aplicación correcta de la ley desde luego, no con la discrecionalidad que hasta ahora se ha hecho, porque recordemos que con la recomposición electoral, en el futuro mediato serán 17 los gobernadores priistas, 55 senadores, 208 diputados federales, unos 350 diputados locales y aproximadamente un millar de presidentes municipales, de los 2417 municipios que según el último reporte del devaluado INEGI existen en México, además de un sinnúmero de síndicos y regidores. Si de inmediato empiezaran en serio las auditorías a todos los gobiernos priistas, probablemente Enrique Ochoa Reza esté poniendo el epitafio al tricolor, porque de no ser una farsa esas baladronadas que viene soltando, la desbandada en el PRI no se hará esperar, patas pa’ qué os quiero, porque las cárceles resultarían insuficientes, más si doña “justicia” se quitara la venda de los ojos y dejara de prostituirse.
Pero dicen que el buen juez por su casa empieza, pero no en los bueyes de mi compadre, en los propios, por eso, al mismo Ochoa Reza ahora se le critica, primero que hace apenas unos cuantos años negara su filiación tricolor, cuando intentó ser consejero sin éxito del extinto INE, y, ahora apenas en 2015, al ser cuestionado acerca de ejercer el monopolio transportista de taxis, confesó que efectivamente era propietario de un centenar de permisos con sus respectivos automóviles, lo curioso es que ahora en este año esa cifra se redujo a la mitad, ahora se le está cuestionando sobre dos cosas: una, que si ha pagado los impuestos relativos “religiosamente” y, dos, el por qué a la fecha no ha presentado su 3 de 3, cosa que prometió (ya sabemos que el prometer no empobrece) hacerlo lo más pronto posible. Igualmente se estará a la expectativa para ver si tiene los tamaños de retomar el asunto de la casa blanca, sobre todo ahora que el presidente pidió perdón, dicen los abogados que a confesión de parte, relevo de pruebas, la aceptación de que sí hubo conflicto de interés, el hecho de deshacerse de la casa no exime responsabilidades. Y por lo mismo debe presentar la denuncia respectiva en contra de Virgilio Andrade, éste también debe pedir perdón ahora que esto está tan de moda, porque mintió al pueblo de México, eso tampoco lo exime de sus respectivas responsabilidades ante la PGR.
Pero Enrique Ochoa Reza en 2017, preámbulo a las elecciones del 2018, tiene una encomienda, las elecciones de Nayarit, Coahuila y sobre todo en el Estado de México donde el PRI no se puede dar el lujo de salir derrotado.
Contador y analista político
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