Por: Gerardo Fernández Casanova
1.- En ocasión del Día Mundial de la Salud Peña Nieto declaró que se redujeron en 8% los males producidos por alimentos. Gran logro, sin duda. Lo que no dijo es que, en esa misma proporción, se redujo el consumo de alimentos y, en una mayor, se registraron los males por desnutrición. Esta es, por cierto, una fórmula eficaz de reducción del número de pobres; simplemente se mueren de hambre.
2.- En su declaración el inquilino de Los Pinos se mostró muy ufano y, en un principio, no entendí la razón e investigué. Me encontré que, con aquello de la globalización que hasta los lenguajes confunde, el término “ufano” es aplicable al que habita un UFO, que son las siglas en inglés de lo que cuando niño se le llamaba “platillo volador”, ahora OVNI. Ya entiendo: Peña Nieto ha de ser un alienígena cuyo discurso ha de ser inspirado en otro planeta.
3.- La Casa Blanca (la de Washington, se entiende) dio marcha atrás, reculó pues, y Venezuela nunca ha significado ningún peligro para la seguridad nacional yanqui. El Asesor de Seguridad de Obama le enmendó la plana a su patrón aduciendo que se usó esa terminología por cuestiones de orden interno. Pero la pata ya estaba adentro y provocó una inmediata y contundente respuesta solidaria de los pueblos y gobiernos de Nuestra América en vías de emancipación. Esta semana en Panamá Obama tragará camote tratando de sacar su pata. Los que se quedan colgados de la brocha son los esperpénticos ex presidentes que sacaron al sol sus vetustas personalidades en apoyo a la gusanería venezolana y en contra del gobierno bolivariano de Nicolás Maduro. Que con su PAN se lo coman.
4.- Los gobernadores se ponen las pilas y solicitan al Poder Legislativo que confiera personalidad jurídica a la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO). Me parece perfecto. De lograrlo dejaría más que clara la impertinencia del Senado de la República y acercaría al objetivo de desaparecerlo, con lo que se ayudaría al saneamiento del proceso legislativo.
5.- Apenas comienzan las campañas electorales y ya estoy hasta la madre del bombardeo de la propaganda insulsa. Veo poco la televisión y lo hago preferentemente por los canales culturales; hasta en ellos se tiene uno que tragar tanta miseria política, incluida la del propio Instituto Nacional Electoral (INE). No hay el menor esfuerzo educativo en la propaganda; por el contrario, todo se reduce a mensajes condensados sin contenido válido. El del INE dice que hay que votar, lo respaldo absolutamente, pero lo justifica con falacias: las elecciones son limpias y el INE es ciudadano, ajeno a los partidos políticos: ni quien les crea. Lo malo es que con tales mentiras sólo confirman la convocatoria abstencionista.
6.- Para mi mayor desaliento, ni siquiera en MORENA veo que se postule algo novedoso y trascendente. Hasta ahora sólo aparece AMLO con un acusatorio “se los dije” y una declaración de optimismo “porque es de sabios cambiar”. De los salarios de los diputados, que es un tema de la molestia de los electores, ni pío se dice. A ver si más adelante les “cae el veinte”.
7.- Los mercadólogos no recomiendan que se haga campaña educando; dicen que eso daría al traste con el impacto de los mensajes. Los politólogos dicen que México está ayuno de cultura política y que hay un divorcio entre la sociedad y las instituciones de gobierno. Hacer caso a los primeros significa ahondar en la ignorancia y la confusión y, con ello, en el deterioro de nuestra casi nonata democracia.
8.- La gente no sabe para qué sirve un diputado y lo que intuye es producto de la mala información. Tal vez los primeros en ignorarlo sean los propios diputados y, más aún, los candidatos a serlo. “Seré tu voz en la cámara” es un frecuente slogan de la propaganda; si en mi distrito gana un panista, por decir algo, resulta imposible que diga lo que yo pienso, si acaso, rebuznará los consabidos argumentos antipatrióticos y retrógradas de su partido; a la inversa también sucede. Por ejemplo: Alejandro Encinas, Dolores Padierna, Layla Sansores, Ricardo Monreal y Manuel Bartlett, entre otros, defienden en la tribuna lo que yo defiendo, me siento representado por ellos, aunque no son de mi distrito; es obvio que mi vecino panista o priísta deben repudiar su discurso. Entender esto, así de simple, ayudaría a que la gente le encontrara razón de ser a su voto.
Mientras tendremos que seguir padeciendo esta diarrea política.
Correo electrónico: gerdez777@gmail-com
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