Por Shaila Rosagel (tomado del portal Sinembargo.mx)
Era un lunes 11 de marzo en Xochitepec, Morelos. El Gobernador Graco Ramírez Garrido se reunía con un grupo de mujeres encabezadas por Rosario Robles Berlanga, Secretaria de Desarrollo Social del gobierno federal, para otorgarles los apoyos económicos del programa “Empresas de la Mujer Morelense”. Graco se deshacía en halagos para Rosario y habría en su discurso con un saludo especial para ella: “Rosario Robles, querida y entrañable amiga de muchas batallas, y ahora juntos compartiendo; yo como Gobernador, y ella, indiscutiblemente como una gran Secretaria de Desarrollo Social, una mujer empoderada igual que ustedes”. En esa ocasión, el perredista contó orgulloso una anécdota que tuvo con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, donde intercambiaron puntos de vista sobre Rosario Robles y del Partido de la Revolución Democrática (PRD). “Me dijo: ‘Voy a pedirle a Rosario Robles que vaya en mi representación’. Me preguntó: ‘Y, ¿cómo te llevas con Rosario Robles?’ Le dije: ‘Presidente, antes, durante y ahora, me llevo muy bien con Rosario Robles’”. El Gobernador de Morelos prosiguió con su anécdota con Peña Nieto: “Dice: ‘Porque ya no está en el PRD y muchos no la quieren’, y le digo: ‘no, yo no tengo querencias por partido. Yo valoro a la gente por lo que es y por eso quiero a Rosario Robles’. El Presidente me dijo: ‘Pues voy a pedirle que vaya en mi lugar’, y le dije: ‘Mejor imposible, este es un acto de mujeres y queremos a Rosario porque es una mujer que ha salido adelante’”. Sobre este pasaje existe una versión estenográfica publicada en el portal del Gobierno del Estado de Morelos. Sobre la cercanía de Graco con Rosario Robles y las relaciones del PRD con el empresario Carlos Ahumada Kurtz, existe un libro donde el Gobernador tiene un apartado especial: “Derecho de Réplica”. “Graco era un dolor de muelas. Cuando lo conocí andaba de perro faldero de Rosario”, dice Ahumada en su libro. “Fue a Michoacán a apoyar a Lázaro [Cárdenas Batel], estaba en la campaña; estaba con Rosario y no se me despegaba, se subía a los coches en los que viajábamos Rosario y yo, en todo momento se hacía presente sin invitación. Recuerdo una ocasión en que ya estaba subido en el helicóptero donde nos íbamos a regresar a la ciudad de México Rosario y yo. Ella al verlo muy instalado le dijo de una manera brusca: ‘¿Qué haces aquí?’ Él le respondió: ‘Es que quiero ir … ’ Rosario le contestó: ‘No te puedes ir porque solamente cabemos tres en el helicóptero’, y en ese momento bajó a Graco, le pidió a Carlos Imaz que nos acompañara y nos regresamos los tres al DF”. El empresario asegura en su relato que Graco Ramírez le pidió dinero en varias ocasiones, a las cuales él contestó hasta que se hartó de prestarle montos que nunca regresarían a sus manos. Ahumada habla de llamadas constantes y promesas que el político le hacía en torno de Ana Lilia Cepeda, quien fue la responsable del Centro Histórico del Distrito Federal durante la administración de Andrés Manuel López Obrador y hermana de su esposa, Elena Cepeda. “Recuerdo también que Graco iba a mi oficina, me hablaba por teléfono un sinfín de veces y me prometía que Ana Lilia Cepeda, responsable del Centro Histórico, me podía dar obras, me podía ayudar. Se me plantaba horas en la oficina, me invitaba a comer; no quería ir con él, la verdad es que ni tenía tiempo, ni me caía bien como para ir a comer. Le pedía a Luis Molina, en aquel entonces mi secretario particular, que se fuera a un restaurante con él. Era una molestia constante”.
Carlos Ahumada dice que el dinero que le prestó a Graco, nunca regresó. En total fueron entre 400 y 500 mil pesos: “Adicionalmente, dos o tres veces me pidió dinero: que ‘préstame 10 mil pesos’, que ‘préstame 30 mil pesos’, y la última vez, para poner freno a esa situación, porque sabía que no me lo pensaba pagar nunca y no quería que me siguiera pidiendo prestado, le hice firmar un recibo y le dije: ‘¿Cuándo me lo vas a pagar?’, para que se sintiera comprometido y ya no me pidiera más. Más adelante le exigí que me devolviera los últimos 50 mil pesos y me mandó parte del dinero a mi oficina. Pero de todo lo demás que le había dado no me pagó jamás”. En 17 de mayo de 2004, Graco Ramírez ofreció una conferencia de prensa y aceptó que le pidió 50 mil pesos prestados a Carlos Ahumada, después de que el empresario enviara una carta a periódico Reforma acusando al hoy Gobernador de pedirle dinero para “su campaña de Morelos”. De acuerdo con Proceso, Graco presentó un recibo pagado el 26 de noviembre de 2003 por un préstamo personal acordado en enero de 2002. Graco Ramírez se defendió y dijo que Ahumada le pidió cubrir 500 mil pesos por pago de intereses a lo que él se negó y calificó como un “charlatán” y “chantajista”. “No tengo nada que esconder. Tengo la evidencia del recibo y la evidencia de que nunca más tuvo tratos conmigo. No recibí bolsas ni portafolios de dinero, es un préstamo que así se reconoce en el recibo de que yo le pago”, dijo Ramírez, según una cita de Proceso de aquel año.
Carlos Ahumada no es el único empresario señalado por darle dinero a Graco Ramírez. El Gobernador del Estado de Morelos está envuelto en una historia de corrupción que le dio la vuelta al mundo: el caso Walmart destapado por el diario estadounidense The New York Times, reportaje que recibió el premio Pulitzer en la categoría periodismo de investigación. El reportaje publicado en diciembre de 2012 da cuenta de la corrupción entre funcionarios de la cadena y personajes públicos en México. Uno de los casos es el de Teotihuacán, donde se pagaron 221 mil dólares para abrir cinco tiendas. Después de destapada la historia, en enero de 2013, legisladores estadounidenses revelaron algunos correos electrónicos probatorios de que Mike Duke, presidente ejecutivo de Walmart Stores Inc., estaba informado desde 2005 sobre la corrupción en México. En esos correos se señala al ahora Gobernador de Morelos y a Sergio Raúl Arroyo García, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como los funcionarios que recibieron sobornos para que Walmart construyera sin problemas y en corto plazo sus tiendas. El abogado Juan Francisco Torres Landa, encargado de la investigación interna de la compañía en México, dijo en uno de esos correos que según Sergio Cícero Zapata, ex abogado de Bienes Raíces de Walmart, Ramírez fue quien negoció con los directivos de la empresa. “El contacto principal para negociar tal contribución por parte del gobierno fue el señor Graco Ramírez,congresista del PRD”, dice el documento preparado por Torres Landa para Maritza Munich, consejera legal internacional de Walmart. Por supuesto Graco no se quedó de brazos cruzados e inmediatamente negó la versión del documento de Torres Landa y emprendió una demanda en contra de sus denunciantes. “Jamás he tenido contacto alguno con el señor Sergio Cícero Zapata, con el abogado Juan Francisco Torres Landa, personas a quienes no conozco ni tampoco con ningún funcionario que esté involucrado con la empresa Walmart, y mucho menos en esa época haya sido diputado del PRD, ni tampoco funcionario público”, dijo Graco. El Gobernador de Morelos acusó a Cícero Zapata de afectarlo en su vida pública y solicitó una disculpa pública y una indemnización por el daño moral que le causó con sus declaraciones. En julio del año pasado, Cícero Zapata desconoció los correos electrónicos ante un notario público. “A inicio del presente año, fueron difundidas varias notas periodísticas, radiofónicas, televisivas y electrónicas en las que medios de comunicación –nacionales y extranjeros- afirman que el Señor Don Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, incurrió en actos de corrupción. Toda nota mediática, a propósito de este asunto, tiene como fuente unos supuestos correos electrónicos, que al carecer de firma electrónica, no pueden ser imputados a ninguna persona”, se lee en el documento fechado el 3 de julio de 2013.
“Graco Ramírez es el mayor representante de la izquierda subordinada al gobierno. Llega al poder gracias a Calderón [ex Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa]. Ha sido el arquitecto de la alianza del PRD con el PAN [Partido Acción Nacional], el gran estratega de estas alianzas es Graco Ramírez, él es el jefe de ‘Los Chuchos’ ahorita, sí; está más arriba de Jesús Ortega”, dijo Ignacio Suárez Huape, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) de Morelos. Suárez es un conocido activista; un hombre relacionado con la izquierda y militante del PRD en Morelos. Aunque es perredista, dice, le cuesta trabajo creer que Morelos está gobernado por un gobierno de izquierda. “Calderón apoyó a Graco. No apoyó a los candidatos del PAN, lo apoyó a él. Con Enrique Peña Nieto, Graco está pagando los favores que le hicieron para llegar al gobierno. Por eso apoyó al Pacto por México y por eso ha sido el único Gobernador del PRD en el país que apoyó la privatización de Pemex [Petróleos Mexicanos]”, dijo. El año pasado Graco Ramírez apoyó a la Reforma Energética que finalmente modificó los artículos 27 y 28 de la Carta Magna para abrir al petróleo mexicano a la Iniciativa Privada (IP). Ramírez dijo en varias ocasiones que la propuesta de Peña Nieto no era privatizadora y que la Reforma Hacendaria era “progresista”. Sobre la iniciativa de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, considerado líder moral del PRD, ni hablar. Graco no la apoyó. A pesar de las declaraciones contradictorias a todas luces con la campaña de defensa del petróleo de los perredistas, Jesús Zambrano Grijalva, dirigente Nacional del Sol Azteca, declaró que Graco no sería expulsado del PRD y que su opinión era válida y respetada, a pesar de que los líderes del partido no la compartieran. Después de la votación de la Reforma Energética de Peña Nieto, el PRD anunció que dejaría fuera del partido a dos legisladores locales que votaron a favor de la iniciativa, pero Graco Ramírez fue intocable. “Es el jefe de los Chuchos [corriente interna del PRD a la que pertenecen Jesús Ortega y Zambrano], él es el estratega y es intocable. No lo pueden tocar, salvo decir que no comparten su opinión. Graco debió ser expulsado del PRD desde hace mucho por traidor, por aliado de Peña en el tema energético”, dijo. Según diversos activistas, el gobierno de Morelos está lejos de ser de izquierda. José Martínez, activista de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM), calificó al gobierno actual como “neoliberal, represivo, intolerante y violatorio de los derechos humanos. “En lo que va del año ya son seis feminicidios, hay detenciones arbitrarias, torturas y abusos policiacos. Cada vez hay más protestas, todos los días en lo que va de enero hemos tenido movilizaciones en Cuernavaca”, dijo. La violencia parece que se le salió de control a Graco, a cargo de un gobierno más preocupado por cuidar su imagen a través de los medios de comunicación, que con los hechos. “Para nosotros izquierda significa justicia social, derechos humanos, combatir privilegios. Graco no es izquierda, en términos económicos apoya a la reforma energética, hacendaria. El control de medios de comunicación es muy fuerte en Morelos”, dijo. Para Micaela Bocanegra, directora de la organización IDEAS, el gobierno perredista no es incluyente ni fomenta la participación real ciudadana. “Los que se toman en cuenta, no son los activistas, sino todo se da por compadrazgos, amiguismo, eso no es izquierda. Lo que vemos con Graco es que está pagando sus cuotas para llegar a donde está”, indicó. ***
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