
Rigoberto Lorence
En apariencia inconexas, las tareas implicadas en el título de este artículo tienen un vínculo común: ninguna de ellas puede realizarse plenamente si no cuenta con el apoyo activo de la población, además de otros factores decisivos que analizaremos en este texto.
La construcción de la Guardia Nacional tiene el apoyo de la abrumadora mayoría de los mexicanos, algo así como el 80 por ciento según los datos más recientes. Y esta simpatía deriva directamente de la sensación de inseguridad que ha permeado en todos los sectores sociales, desde los grandes empresarios hasta los pequeños propietarios y campesinos.
La lucha contra el huachicol tanto de mezclilla como de corbata, por su parte, requiere de una fuerza armada confiable, con capacidad de combatir directamente a los beneficiarios del crimen, así como para enfrentar otras facetas de la delincuencia organizada, que a la fecha cuenta con pequeños ejércitos mercenarios a su servicio.
El último episodio nos deja ver con claridad que el huachicol no se va a detener ante nada, y como tal hay que responderle. Los hechos de Tlahuelilpan, en el Estado de Hidalgo, son una muestra descarnada de la voracidad de las bandas, que manejan a los ciudadanos con migajas, aún a costa de cientos de víctimas mortales.
Por otro lado, los censos que se han levantado para el otorgamiento de las prestaciones sociales derivadas del programa obradorista, dan la posibilidad al gobierno federal de un estrecho contacto, casa por casa, persona a persona, con la población civil, la cual ha dado y sigue dando información real –precisa, concisa y concreta— entre otros asuntos, sobre la ubicación de los delincuentes, sus madrigueras y sus relaciones sociales. Muy sencillo: porque en los pueblos y en las colonias viven ellos y sus familias.
No por casualidad, tales censos fueron realizados por militantes de Morena –los más decididos y abnegados—y no por funcionarios del nuevo gobierno. Así, Morena podrá contar con información real, que los órganos del gobierno transformarán a su vez en inteligencia y eventualmente en contrainteligencia.
Ya varemos como esta información, debidamente digerida y procesada por el régimen, dará elementos al gobierno federal para contrarrestar la influencia social de los delincuentes y, en su caso, golpear debidamente objetivos con precisión, sin causar los nefastos daños colaterales (de los cuales se acusa con razón a los batallones del ejército mexicano que han actuado sin puntería hasta la fecha).
De esta manera, hay vínculos estrechos entre una tarea y la otra. En el fondo, se está creando una red de información gratuita y certera (solo comparable a los Comités de Defensa de la Revolución –CDR—en Cuba) que aportará elementos esenciales para combatir eficazmente a las redes de los criminales.
Nadie dice que estas medidas acabarán con la delincuencia de una vez y para siempre. Todo en su momento. Pero es muy probable que finalmente los delincuentes sean atrapados en la red creadas por los militantes de Morena, y no puedan actuar a sus anchas, lo que equivale a que la eficacia criminal disminuirá radicalmente.
Los combates contra el huachicol, han sido muy sangrientos, aunque hayan sido relativamente fáciles. Ahí están los ductos perforados; las gasolinerías que expenden sus productos; las facturas apócrifas, etc. Solo faltaba tener voluntad política de enfrentarlos y ya lo está realizando el gobierno federal con mucho éxito.
En cambio, golpear a los demás grupos criminales sin lesionar a la población –y con ello perder su apoyo—es bastante más difícil. Solo que la gente del pueblo sabe dónde viven, donde operan, dónde esconden las armas, donde guardan a los secuestrados. Y sin esa información es imposible acometer la tarea con éxito.
Vamos a citar un ejemplo histórico para comprobar esto: el 17 de abril de 1962, la CIA –agencia de espionaje del gobierno norteamericano—había programado ocupar Playa Girón durante un tiempo determinado, suficiente para dar tiempo para establecer un “gobierno” anticastrista, y una vez hecho, que ese “gobierno” pidiera “ayuda” al de USA para intervenir militarmente en la isla.
La quinta columna de los invasores eran los grupos contrarrevolucionarios esparcidos por toda la isla. Serían los encargados de sabotear las comunicaciones, desorganizar los transportes, dinamitar depósitos de armas, etc.*
Pero resulta que, una vez iniciada la invasión, la inteligencia militar cubana detuvo y metió presos a los contras. Miles de gentes se fueron a la sombra, dejando libre al gobierno cubano para ejecutar el avance de sus tropas. En 72 horas los invasores fueron derrotados y detenidos. Y este golpe fue posible porque los incipientes CDR’s los tenían bien ubicados.**
La inteligencia juega un papel fundamental en toda batalla político-militar, y los mexicanos nos encontramos sin duda frente a un hecho de carácter bélico.
*Sun Tzu. Autor militar chino, explica estos temas en “El Arte de la Guerra”. “Conoce al enemigo y conócete a ti mismo, y librarás cien batallas sin conocer la derrota”.
** Los CDR`s operaban –hasta la fecha—como organismo de masas que controla toda la isla manzana por manzana, y tiene una dirección colectiva. Es el movimiento de masas más grande y numeroso del mundo.

Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la UNAM. Militante de las organizaciones democráticas y revolucionarias de México desde hace unos 40 años. Ha impartido cursos de reportaje, redacción y otras áreas dentro del periodismo.
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