“Habilidades sociales y emocionales para mejores vidas”

 

 

 

 Orlando Plá

Desde finales del pasado siglo las empresas e instituciones de gobierno han incrementado la atención sobre las llamadas habilidades blandas o “soft skills”, como elementos que tienen gran impacto en el desempeño laboral.

 

Los curriculums, también conocidos como “hojas de vida”, brindan cada vez más atención a estas habilidades, que antes eran omitidas, en reconocimiento de que éstas facilitan (o impiden) el despliegue de las habilidades técnicas o de otro tipo específico, y por tanto son examinadas por la mayor parte de los reclutadores.

 

Recientemente la OCDE divulgó un informe titulado “Habilidades sociales y emocionales para mejores vidas”, a partir de un estudio realizado en 23 localidades, analizando las habilidades de estudiantes de 10 y 15 años. El estudio, denominado Encuesta sobre las habilidades sociales y emocionales (SSES por sus siglas en inglés) se realizó por primera vez en 2019 y por segunda ocasión en 2023.

 

El análisis parte del hecho de que las tecnologías han facilitado la forma de enseñar y evaluar muchos conceptos y también el modo de digitalizarlos y automatizarlos, pero ello también ha obligado a que los individuos tengan que aprender de modo constante, y más que eso, desaprender y reaprender, para adecuarse a su entorno y permanecer en sus trabajos. Esto rebasa el conocimiento académico y requiere habilidades de cooperación, empatía y creatividad para buscar soluciones y la persistencia para lograr los resultados con independencia de la magnitud del reto.

 

Estas habilidades repercuten directamente en los resultados académicos, y se reconoce que no están equitativamente distribuidas. Sin embargo, aparecen cada vez más en los CV, y son consideradas con interés creciente por quienes elaboran las políticas, empleadores, profesionales de la educación y público en general.

 

Se midieron 15 habilidades en 5 categorías, de acuerdo con el esquema siguiente:

Los resultados se basan en las encuestas de 2019 y 2023 de acuerdo con la muestra que presenta el siguiente cuadro.

 

Localidad

Participación en SSES 2023

Participación en SSES 2019

15 años

10 años (opcional en 2023)

Bulgaria

Si

Si

Chile

Si

Si

España

Si

Si

México

Si

Si

Perú

Si

Si

Ucrania

Si

Si

Si

Bogotá (Colombia)

Si

Si

Si

Si

Daegu (Corea)

Si

Si

Si

Delhi (India)

Si

Si

Dubai (Emiratos)

Si

Si

Emilia-Romagna (Italia)

Si

Si

Estambul (Turquía)

Si

Si

Si

Gunma (Japón)

Si

Si

Helsinki (Finlandia)

Si

Si

Si

Si

Houston (USA)

Si

Si

Si

Jinan (China)

Si

Si

Si

Kudus (Indonesia)

Si

Si

Si

Manizales (Colombia)

Si

Si

Si

Otawa (Canadá)

Si

Si

Si

Sintra (Portugal)

Si

Si

Si

Sobrai (Brasil)

Si

Si

Si

Suzhou (China)

Si

Si

Si

Turin (Italia)

Si

Si

Total

16

9

Si

13

 

Aunque México es miembro de la OCDE y participó en la encuesta, la información no se considera representativa de la población objetivo y presenta grandes desviaciones, por lo cual no aparece en los análisis agregados y tampoco fue posible consultar un informe con los datos del país.

 

En otras ubicaciones como Ucrania, Delhi, Helsinki y Kudus, el reporte señala que la información debe tomarse con cautela, debido a que el nivel de respuesta fue inferior al esperado.

 

Algunos de los resultados comparados que muestra el estudio son:

  • Los estudiantes más jóvenes (10 años) reflejan mayores habilidades sociales y emocionales que los de 15 años, en especial lo correspondiente a energía, confianza y optimismo.

  • Los varones reflejan mayores habilidades de regulación emocional (especialmente resistencia al estrés), energía, confianza y sociabilidad que las niñas en el segmento de 15 años. Estas diferencias de sexo se reflejan más en la adolescencia, aunque la resistencia al estrés ya es significativamente diferente desde los 10 años.

  • Como promedio, las niñas de 15 años reflejan mayor tolerancia, motivación, empatía y responsabilidad que los varones de la misma edad.

  • Los estudiantes con desventajas socio económicas reportan niveles más bajos de habilidades que los que los que tienen mejor posición, y la diferencia es mayor en las habilidades de apertura como creatividad, tolerancia y curiosidad, y también en las relacionadas con el compromiso como asertividad, sociabilidad y empatía.

 

En las dos localidades que participaron en ambas encuestas (2019 y 2023), se refleja un descenso de las habilidades. Tanto en Helsinki (Finlandia) como en Bogotá (Colombia), en las dos edades entrevistadas (10 y 15 años) se refleja un descenso de las habilidades, principalmente de apertura (tolerancia, creatividad y curiosidad), aunque también en las de responsabilidad, auto control, confianza y sociabilidad.

 

En ambos sitios el comportamiento por sexo refleja que los varones presentan mayor control emocional y energía que las niñas.

 

Los estudiantes con menor habilidad de regulación emocional, en especial optimismo, energía y confianza, reportan menor bienestar, incluyendo insatisfacción por la vida y afectación sicológica.

 

Las habilidades que de forma consistente se asocian al bienestar, como el optimismo, energía y confianza, son las que provocan las mayores diferencias en los resultados entre edades y sexos.

 

Los estudiantes que reflejan las mejores calificaciones en habilidades de desempeño (principalmente motivación y persistencia) y curiosidad, tienden a ser los mejores en comprensión de lectura, matemáticas y artes y tienen menor deserción escolar.

 

Las habilidades de desempeño y curiosidad están asociadas con mayores logros académicos en ambos sexos y el impacto es independiente de las ventajas socio económicas.

 

Las habilidades de apertura, especialmente curiosidad, pero también creatividad y tolerancia, están asociadas a la probabilidad de completar una enseñanza superior y tener una carrera gerencial o profesional en el futuro.

 

Las habilidades de desempeño, principalmente motivación y persistencia, constituyen la base del desempeño académico y de las expectativas del estudiante.

 

La mayoría de los estudiantes de 15 años han explorado entre 3 y 4 opciones de carreras con el objetivo de precisar su vocación.

 

La mayor parte de los estudiantes espera llegar a la educación superior y desarrollarse en una carrera profesional en el futuro, mientras la mitad de los estudiantes aspira a crear su propio negocio. Aunque estas expectativas son menores entre los estudiantes menos aventajados en nivel socio económico y con menor desempeño académico, no dejan de ser significativas.

 

Los estudiantes con mayor curiosidad y creatividad están más interesados en carreras de Informática, Comunicación, Tecnologías y Ciencias, mientras que los que muestran mayores niveles de curiosidad y empatía, se inclinan por carreras asociadas a la salud.

 

Quienes aspiran a su propio negocio reflejan mayores habilidades en energía, asertividad, sociabilidad, optimismo y creatividad.

 

Más de la mitad de los estudiantes de 15 años reporta dormir menos de 8 horas diarias.

 

Las habilidades socio emocionales tienen relación con prácticamente todas las áreas de desempeño del individuo. Estas habilidades son necesarias para el desempeño académico y son un importante predictor de los resultados en el mercado laboral y la salud y bienestar del individuo. La encuesta demuestra que estas habilidades tienen diferencias significativas por sexo y nivel socio económico.

 

La mayoría de los países de la OCDE ha decidido incorporar estas habilidades como competencias a lograr en los programas de estudio. Entre ellos se incluyen Australia, British Columbia (Canadá), Estonia, Finlandia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, Ontario (Canadá), Wales (Reino Unido, Argentina y Hong Kong (China).

 

Cada país ha decidido como incorporar estas habilidades dentro de los programas. Algunos lo han hecho de forma holística dentro de todo el curriculum, otros lo han asociado a programas de diferentes disciplinas y algunos lo han orientado a programas especiales para fomentar la ética y participación ciudadana en una sociedad democrática.

 

Algunos sitios como Delhi en India han creado programas de “felicidad”, cuyo impacto en el bienestar de los 800,000 estudiantes que han participado, han sido muy positivos.

 

Es obvio que esto requiere una fuerte inversión en la capacitación, entrenamiento y evaluación del cuerpo académico para elevar sus capacidades de modo que estén a la altura del reto.

 

La experiencia de la India ha permitido constatar que los estudiantes, además de elevar sus niveles de satisfacción personal, son más honestos, respetuosos, disciplinados dentro del salón de clases, y más responsables y comprometidos con la escuela y su entorno. En las entrevistas los estudiantes explicaron cómo las clases de felicidad los han hecho más conscientes de sus actos y les han permitido reflexionar acerca de las causas que han provocado la situación en que se encuentran, y las formas de transformar su entorno inmediato a partir de un cambio en su comportamiento personal.

 

La medición de estas habilidades y su evolución a partir de la implementación de estos programas resulta determinante para el diseño de las políticas públicas, en especial las políticas educativas, y de este conocimiento la OCDE ha desarrollado un conjunto de recomendaciones donde resaltan las siguientes:

 

  • Cultivar el optimismo en los estudiantes para mejorar el bienestar y la salud.

  • Desarrollar con mayor amplitud las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes para mejorar la salud y el bienestar.

  • Fortalecer la resistencia al estrés y otras habilidades de regulación emocional para reducir la ansiedad de los estudiantes en clases y exámenes.

  • Apoyar a los estudiantes en el propósito de alcanzar ambiciosas metas académicas para lograr un adecuado balance entre sus aspiraciones y bienestar.

  • Animar a los estudiantes para que adopten hábitos saludables que contribuyan a su bienestar.

  • Fortalecer habilidades sociales y emocionales que apoyen la resiliencia de los estudiantes menos favorecidos, como un factor de protección.

  • Fortalecer en los estudiantes las habilidades de desempeño, especialmente motivación, persistencia y curiosidad.

  • Analizar la forma en que los métodos de evaluación logren medir también las habilidades socio emocionales.

  • Lograr que las actividades de desarrollo vocacional sean más accesibles para los estudiantes menos favorecidos y los de menores habilidades socio emocionales.

  • Garantizar que las actividades de desarrollo vocacional permitan a los estudiantes explorar una amplia gama de opciones.

  • Proporcionar a los estudiantes información apropiada de sus habilidades y de las habilidades que requieren las diferentes carreras.

  • Priorizar la creación de conocimiento y habilidades en los estudiantes.

 

Queda claro que la evaluación permanente de alumnos y docentes resulta fundamental para mejorar las habilidades particulares de cada estudiante y en general de la sociedad, de modo que el país pueda transitar por una senda de crecimiento, tanto económico como emocional, que le permita integrarse de forma eficiente y armónica a la evolución del planeta.

 

 

El contenido completo del informe puede consultarse en:

https://read.oecd-ilibrary.org/education/social-and-emotional-skills-for-better-lives_35ca7b7c-en#page27

 

 

 

Sobre Orlando Plá 21 artículos
Empresario y maestro en economía por El Colegio de México. Funcionario en Hacienda, Asesor del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias. Profesor de FLACSO, ITESM y otros.

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