Silvia Chávez Manilla
La época nos pide dejar de romantizar eventos. Los celos, por ejemplo, antes eran vistos (todavía, ya menos) como un acto de amor: “Le importo”. Ahora, estamos haciendo consciencia de que se trata de violencia psicológica, que puede llegar a la física. El mismo ejercicio deberíamos hacer con la decisión de tener o no tener hijos. No todos nacimos con esa inclinación. En la época de nuestros abuelos, bisabuelos y demás ancestros, nunca -quizá dos excepciones-, se lo cuestionaron. Todos debían procrear, es más, las relaciones sexuales eran para ello.
Hoy observo, mayor introspección al respecto, aunque quizá sea más por motivos económicos y en determinada clase social. Parece que ni los de la alta sociedad, ni los de bajos recursos lo meditan tanto. Toca y punto. O sea, la decisión está siendo influenciada por factores distintos al que realmente cuenta y vale: la vocación de ser madre/padre.
Traer un hijo/a al mundo, va más allá de tener o no los recursos, de un se me antoja, de un continuar con la especie, con el apellido, eso era antes. Tenemos que evolucionar, si tanto nos jactamos de que somos una sociedad civilizada debemos demostrarlo en esta área que es de vital importancia y es en la que menos hemos metido las manos; pero eso sí, mucho internet e información inmediata.
Tenemos que preguntarnos ¿Quiero o no tener hijos?, tanto mujeres como hombres, no es cuestión de género. Un sí, conlleva gran responsabilidad, esa niña/o no se quedará entre cuatro paredes, saldrá al mundo, se relacionará con él, lo afectará. Quiero incluirte desde quién serás para esa criatura: el ejemplo. Se educa más con él que con las palabras. Podrás hacerle exposiciones con elocuentes discursos, pero lo que él/ella observe de ti es lo que representará en la calle.
La situación va más allá de la fecundación de un huevo. Sí, ¡qué hermosura!, milagro de la naturaleza; sin embargo el producto de esa relación, corta o larga, es más que un deseo, un capricho, un amarre, un: “me siento realizada”. Es la persona que entregarás a la sociedad, quedarnos a nivel familiar, es una idea reduccionista y aquí no aplica. Tenemos que ampliar la visión. No estamos hablando del pasto.
Lo anterior, viene a colación por el hecho reciente, ocurrido en Teotihuacán, Estado de México, donde Norma Lizbeth, de 14 años, falleció debido a los golpes en la cabeza y cara que le propinó una de sus compañeras. (Proceso, 16 de marzo de 2023, https://bit.ly/3FJjaEV).
Los medios hablan de bullying, que las autoridades de la escuela tenían conocimiento del caso. Me pregunto dónde han estado los papás o tutores de la agresora ¿Qué experiencias ha vivido en su casa? Los de Norma denunciaron con ella el acoso a la dirección ¿Qué ejemplos tuvo? ¿Dónde están los papás del resto de los estudiantes-testigos que grabaron e incitaron a la agresora a seguir golpeando a la hoy occisa? En la película Acusados (1988), protagonizada por Jodie Foster, aquellos fueron sentenciados. Deberían también juzgar a los padres.
Los progenitores se están deslindando de su responsabilidad, quieren que la escuela les resuelva todo y ellos únicamente vestir, dar comida y techo a SUS hijos/as. Ser padres, como quiero dar a comprender, es mucho más que eso. Los retoños requieren de ATENCIÓN y paciencia; están siendo víctimas de una sociedad que cada vez exige el total cumplimiento de estándares que hemos creído. Por ejemplo, la mujer, además de serlo tiene ahora que consumar una serie de papeles. Y sí, se le ha cargado más la mano a la mujer. Los hombres siguen siendo hombres.
Dejemos de normalizar tener hijos regados por el mundo, tenerlos por ser parte de un contexto, para cumplir. No escupas criaturas a la tierra, se merecen, te mereces, algo más que eso. Así que en las primeras citas toca el tema. Analiza qué valores le heredarás. Un facilitador dijo: “Pregúntate ¿Quiero ser mamá/papá? Y si tan sólo una duda emerge, no lo tengas”. El mundo te lo agradecerá.
Licenciada en periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, posgrado en psicoterapia Gestalt Relacional por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt y formación en Grupos Terapéuticos por el Círculo de Estudios en Terapia Existencial.
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