YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 25 de Abril de 2016.- No cabe duda que los gobiernos en Michoacán, al menos durante los últimos veinte años le han quedado a deber a al pueblo que en mala hora los eligió.
Víctor Manuel Tinoco Rubí que fue gobernador del 15 de Febrero de 1996 al 14 de Febrero de 2002, al término de su gestión se le recriminó fuertemente por la corrupción que se imprimió principalmente en el transporte público, se recuerda que “invitó” de la capital de la república a los delincuentes de la llamada ruta 100 y echaron el gato a retozar, se otorgaron concesiones como nunca antes, sin ningún control y mucho menos se hizo algún estudio socioeconómico sobre las necesidades de la población en cuanto a ese importante servicio, a ellos lo único que les interesó fue llenarse los bolsillos de dinero, ahí enriquecieron. Igualmente Tinoco Rubí y su gobierno dejaron una deuda histórica, cantidad que osciló de entre los 250 millones de pesos. Lo anterior, aunado a que el entonces gobernador jamás quiso intervenir en aquel problema de la familia Ramírez en que el patriarca perdió la vida, fue que la política estatal tomó el rumbo hacia lo que la gente dio en llamar la decena trágica perredista. En estas condiciones, durante el siguiente gobierno, Lázaro Cárdenas Batel prefirió el camino del confort y recordamos que en una ocasión, cuando los normalistas de Tiripetio tenían en su poder una veintena de vehículos, en lugar de hacer valer el estado de derecho, respondió cumpliendo a cabalidad el pliego “petitorio” que constaba de varios puntos, uno de ellos la exigencia de la entrega inmediata de unos 24 millones de pesos. Al final de su gobierno el 14 de Febrero de 2008, la deuda nos decía que nuevamente era histórica y que llegaba a los 8,500 millones de pesos.
El siguiente “gobernador” lo fue el intocable Leonel Godoy Rangel que estuvo al frente “del mandato” por el período del 15 de Febrero de 2008 al 14 de Febrero de 2012. Godoy Rangel se distinguió por una marcada corrupción, obras con un costo evidentemente abultadas como es el clásico caso de la presa “Francisco J. Múgica”, se dice que con un sobrecosto de más de mil millones de pesos y recibida por la comisión nacional del agua (CONAGUA) apenas hace unos cuantos meses, bautizada como la letrina más grande del mundo. Este “personaje” se distinguió también por corromper al mismísimo congreso del estado que, legalizó la (otra vez la burra al trigo) nueva deuda histórica, se despacharon con la cuchara grande y bien a bien nunca nos han dicho cuál fue el monto, de ahí las especulaciones, pero a decir de Fausto Vallejo Figueroa alcanzaba los cuarenta mil millones de pesos, después se dijo que “únicamente” eran treinta y cinco mil millones de pesos, en fin, a la fecha nadie absolutamente le ha tocado ni con el pétalo de una rosa, como lo hemos apuntado en entregas anteriores, no al menos de parte de las instancias revisoras, ni de la auditoría superior de la federación y mucho menos de la auditoría superior de Michoacán, el único que le dijo abiertamente que es un bandido, fue el prestigiado periodista Eduardo Ruiz Healy que en su momento fue demandado por Leonel Godoy, dicho juicio fue ganado por el periodista en última instancia, así lo dio a conocer en su noticiero. Durante estos cuatro años de “gobierno”, la delincuencia organizada creció evidentemente, la inseguridad no se hizo esperar y los problemas políticos, económicos y sociales se acentuaron como nunca antes, terminaba la decena trágica y el estado quedó convertido en un auténtico caos. Nacía el famoso COLEGIO ELECTORAL DE LOS CERROS DEL ESTADO DE MICHOACAN (COECEM POR SUS SIGLAS), el dedo divino cambió y los partidos políticos se convirtieron en vulgares espectadores, legiones de individuos desfilaron porque querían ser candidatos a regidores, síndicos, presidentes municipales, diputados y por qué no, también gobernador. Fue así que muchos aseguran que fue como llegó a la gubernatura Fausto Vallejo Figueroa que venía precedido de un enorme prestigio, prestigio que incluye haber sido presidente municipal de Morelia hasta en cuatro ocasiones, pero Vallejo Figueroa durante la campaña política evidenció estar muy enfermo, su partido, el revolucionario institucional no tuvo ningún inconveniente en cumplir el sueño de todo michoacano: SER GOBERNADOR DE SU ESTADO.
A los pocos meses, como era previsible, Fausto Vallejo pidió licencia para separarse del cargo, fue así que hubo de viajar a los Estados Unidos de Norteamérica para realizarse el trasplante de hígado que a la fecha lo mantiene con vida. Su lugar fue ocupado por José de Jesús Reyna García que llegó precedido de un impresionante currículum vitae, pero también precedido de una gran dosis de maquiavelismo y maldad. Cabe hacer notar que este período, estaba previsto que duraría algo así como dos años, siete meses y quince días, en este tiempo tuvimos tres gobernadores y un súper gobernador, los dos señalados con anterioridad y Salvador Jara Guerrero que entró en funciones después de que Alfredo Castillo Cervantes mandara a una mazmorra al llamado político de Huetamo. Salvador Jara fue en adelante un niño obediente, el niño que jamás soñó con ser gobernador. Castillo Cervantes llegó con poderes plenipotenciarios desde la presidencia de la república. Efectivamente, a éste personaje, a través de un decreto presidencial, a partir del 16 de Enero de 2014, se le nombró eufemísticamente comisionado para la seguridad y desarrollo integral de Michoacán, la instrucción presidencial fue en el sentido de no escatimar esfuerzos y recursos a efecto de recuperar la confianza de los ciudadanos michoacanos, recuperar el estado de derecho, confianza y estado de derecho hecho trizas, en ese tiempo el principal objetivo, se dijo, fue reconstruir la relación entre la sociedad y las instituciones gubernamentales. La actuación de Alfredo Castillo Cervantes ya la hemos mencionado en varias ocasiones, de cómo armó a las autodefensas, de cómo las desarmó y cómo a los auténticos hombres de ideales los tiene en la cárcel, esta es la percepción popular, es lo que venimos escuchando un día sí y otro también.
Pero volviendo a la “gestión” que hicieron tanto Fausto Vallejo Figueroa como Jesús Reyna, recordemos cómo la población vivía con un constante temor y terror, con bloqueos de carreteras, quema de vehículos, asesinatos a mansalva, extorsiones, robos en todas sus vertientes, cierre masivo de negocios, es decir un gran caos y cero Estado de derecho.
En Octubre pasado llega nuevamente el Partido de la Revolución Mexicana a la gubernatura estatal en la persona del Ing. Silvano Aureoles Conejo, desde un principio se pronunció por pretender usar mano de hierro frente a la delincuencia organizada, con el evidente apoyo del presidente de la república Enrique Peña Nieto que, se dijo, apoyó fuertemente inclusive desde la campaña política durante el año anterior. Tal vez por eso fue que hace casi un mes, durante su visita al municipio de Zamora, el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong se sacó de la chistera la puntada de que Michoacán, en adelante ocuparía el sexto lugar entre los estados más seguros de México. La realidad volvió hace dos semanas en que Michoacán se convirtió en sucursal del infierno, hechos ampliamente consignados en este espacio. Una cosa, ahora el gobernador Silvano Aureoles Conejo parece que tiene los pies sobre la tierra, porque en la reunión que tuvo con sacerdotes la semana anterior, dijo que la situación no es fácil, pidió paciencia a la población y dijo que, no dará marcha atrás y que no descansará hasta devolver a los michoacanos el Estado de derecho, igualmente prometió montar una oficina aquí en Apatzingán desde donde despachará los asuntos de la región, cabe hacer notar su presencia principalmente en las Colonias Cenobio Moreno, lugar donde se instaló la Base de Operaciones Mixtas (BOM).
Quisimos hacer una cronología de los gobiernos desde hace veinte años, POR LA JUSTIFICABLE DESCONFIANZA DE LOS MICHOACANOS EN TODOS LOS GOBIERNOS, y porque si se tratara de pedir de éstos una disculpa, cabe aquella anécdota de un ex presidente municipal de Apatzingán que, tras una broma de una prostituta, aquel le preguntó: ¿oye, como con cuántos hombres has estado?, a lo que le contestó “mire, si pusiera en fila aquello que le platiqué, yo creo que llegaría hasta el cielo”. Igual el gobierno, si se tratara de pedir disculpas por tantas chingaderas, jamás llegarían al cielo.
Contador y analista político
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