Por: Jorge Ikeda
Me gustaría explicar el papel que la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (en adelante, la Coordinadora) jugó durante la pasada elección. Como lo escribí en una entrada anterior al blog, en lo personal me hubiera gustado que la Coordinadora se pronunciara a favor Maricela Velázquez, candidata del PRI a Cuernavaca, pero no lo hizo.
Durante la pasada contienda electoral, la Coordinadora mantuvo contacto permanente con los candidatos del PRI, PAN, PSD, MC y Morena. La Coordinadora organizó un foro denominado ‘Frente Pro Voto Útil’ al que, con excepción del candidato del PSD, asistieron todos los candidatos a Cuernavaca de los partidos anteriormente mencionados. Pero el voto no se concentró en un candidato, como lo establece el concepto del voto útil o voto estratégico, y éste se dispersó. No hubiera sido posible llegar a un acuerdo sobre a quién apoyar con las diversas corrientes e ideologías que concurren en la Coordinadora. Otros grupos dentro de la Coordinadora ya traían compromisos con candidatos de diversos partidos políticos a los que sin su apoyo no hubieran podido alzarse con el triunfo.
En una rueda de prensa, una reportera de un medio local orilló al entrevistado a reconocer una relación indebida entre la Coordinadora y el PRI, la respuesta fue sencilla: Si gana cualquier partido político con excepción del PRD, gana la Coordinadora. Si gana el PRD, pierde la Coordinadora.
El objetivo de la Coordinadora fue impedir que el candidato oficial llegara a la presidencia municipal de Cuernavaca. Y fue tremendamente eficiente en su cometido, pues con escasos recursos económicos logró bajar, en tan sólo tres semanas, en 16 puntos porcentuales las preferencias electorales del candidato de Graco.
En Cuernavaca se llevó a cabo una elección de Estado en la que no se escatimaron recursos para hacer ganar al candidato oficial. Diversas fuentes estiman en 25 mdp el gasto en guerra sucia, tan sólo al diario Reforma se habla de un pago por 9 mdp para fabricar la noticia de la casa no registrada en la declaración patrimonial de la candidata del PRI. El ataque más fuerte fue del diario Extraque por vez primera en su corta existencia publicaba una portada política (todas sus portadas habían sido amarillistas). El lunes 1 de junio, el diario armó un escándalo de la supuesta la relación entre un presunto narcotraficante y la candidata del PRI, y cuando los lectores del Extra mencionan una noticia, es porque ésta ya se regó como la pólvora.
Todo el gasto en guerra sucia jamás benefició al candidato oficial, sino al candidato del PSD que subió como la espuma. Los escándalos sobre corrupción sólo produjeron el hartazgo de la población frente a la clase política, especialmente si los escándalos provenían del gobierno más corrupto en la historia reciente de Morelos. Las acusaciones de corrupción no tienen el mismo efecto de las que surgen de la Coordinadora, pues la Coordinadora no participa en la arena electoral, sólo repercute en ella. Por lo que los escándalos beneficiaron al candidato que se presentó ante el electorado como el candidato no-político, porque era futbolista.
German Martínez dice que en democracia el pueblo no se equivoca. Y el pueblo no se equivocó con la designación de Cuauhtémoc Blanco al cargo de Presidente Municipal de Cuernavaca. Hay quienes se rasgan las vestiduras y se preguntan cómo van a ser gobernados por un ex futbolista. Otros citan a Facundo Cabral quien decía que había que cuidarse de los pendejos porque son muchos y pueden llegar a elegir al Presidente. Aunque Cuauhtémoc se presente como no-político, fue político desde que se presentó en una elección a pedir el voto. Los políticos no provienen de otro planeta, sino de la misma sociedad que igual puede producir a un premio Nobel que a un secuestrador ‘mocha-orejas’. Hago votos para que el presidente municipal electo sepa rodearse de personas que le presten las luces de las que carece, pues todos vamos en el mismo barco.
Jorge Ikeda es licenciado en relaciones internacionales por el ITAM, licenciado en derecho por la UNAM, ingeniero en desarrollo de software por la UNAD, maestro en ciencias políticas y sociales por el CIDHEM y doctor en derecho también por el CIDHEM. Es profesor de asignatura en la Universidad La Salle Cuernavaca, A.C.
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