LA SEGURIDAD PÚBLICA DE GRACO

 

 

José Luis Urióstegui Salgado

Cuernavaca, Morelos, octubre 17 de 2015

El responsable de la prevención del delito en el gobierno de la nueva visión ha resultado estridente y en su soberbia cree haberse adueñado de la verdad acerca de lo que ocurre en Morelos en materia de seguridad y está seguro que toda la sociedad debe aceptar a ojos cerrados los datos que él emite en los que aparenta una disminución del índice delictivo, y que cuando anuncia la disminución de un tipo de delito en un diez o veinte por ciento todos deben aplaudirle porque ya estamos mejor.

 

La percepción acerca de la inseguridad o seguridad no es cuestión de fe sino de lógica y resultados mensurables. Lo que vemos o nos ocurre cada día nos impacta emocionalmente y alerta sobre los riesgos que corremos cuando salimos de nuestros hogares. Si los medios de comunicación o las redes sociales nos informan de los homicidios, asaltos, secuestros o extorsiones de los que se tiene conocimiento cotidianamente, que no son reconocidos por las autoridades, es natural que no creamos en las cifras oficiales. Un ejemplo claro de las verdades públicas que el Comisionado Capella pretende negar es la escena que vimos en un video transmitido a nivel nacional en donde aparece la presidenta municipal electa de Temixco sentada frente al volante de una camioneta colisionada, sentenciando dicho servidor público que ella no venía manejando ¿Qué caso tendría que si otro manejaba y chocó, ella lo hiciera a un lado y se colocara en su lugar para motivar el escándalo que sobrevino? Cambiarse a ese lugar significaba asumir una responsabilidad que, según José Alberto Capella no tiene. Que absurda forma de pensar tiene este personaje que además miente abierta y descaradamente para quedar bien con su jefe.

 

El gobernador Graco Ramírez dice estar ocupado atendiendo el problema de inseguridad que padecemos y pregona que el Mando Único es la solución a los problemas de esta índole en todo el país, sin embargo, en Morelos siguen 4qapareciendo cadáveres completos o descuartizados con mensajes que involucran a mandos policiales pero nada cambia, “su estrategia” sigue siendo la misma: negar y argumentar que quienes alarman con la inseguridad lo hacen por razones políticas.

 

El 31 de julio Rodrigo Dorantes renunció al cargo de Fiscal General, un mes después el gobernador mandó una terna al Congreso del Estado para que elija a su sustituto, pero las diputadas y diputados no han tenido tiempo de citar a Adriana Pineda, Javier Pérez y Norma Toledo para conocer sus propuestas de trabajo, sin embargo, el retraso en su designación no preocupa a Graco Ramírez, tal parece que mientras él crea que el Comisionado Capella tiene la situación bajo control no es necesario contar con un Fiscal General, no obstante ello a los integrantes del Poder Legislativo debería importarles que la Fiscalía General carezca de Titular porque solo con esa calidad se  puede tomar decisiones que van más allá de mantener el statu quo; debe elaborar un plan de trabajo para lograr el desarrollo de la Institución a mediano plazo independizándola de los poderes estatales y alejándola del control del Comisionado. Una Fiscalía dominada por un policía controlador y mentiroso es el peor legado  que puede dejar un gobernador a sus gobernados.

 

De acuerdo con lo expuesto el gobernador presume haber mejorado la seguridad pública con un Comisionado que miente y maquilla cifras y por otra parte tiene una Fiscalía General que hace casi tres meses carece de Titular, lo que nos lleva a una conclusión obvia: a Graco Ramírez no le importa lo que le ocurra a los morelenses.

 

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