Lo de Tepalcatepec fue la crónica de una guerra anunciada

 

 

 

YO ACUSO

 

 

Armando Vargas Mora

 

 

                            Las leyes callan cuando las armas hablan.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         Cicerón.

 

Apatzingán, Michoacán; 02 de Septiembre de 2019.-Hoy fue el primer-tercer informe, hace años que se decía que esta fecha era el día del presidente, toda una parafernalia para rendir culto a la simulación y la hipocresía, esto se dice que ha cambiado, ahora es el presidente que no se pertenece a si mismo porque ya es del pueblo, el informe del hombre que prometió acabar con los principales problemas de México: la pobreza, la corrupción, la inseguridad y la impunidad; más de 30 millones de mexicanos  votaron por él, le creyeron a pie juntillas como si se tratara del mesías. El México que recibió el presidente Andrés Manuel López Obrador estaba podrido, destrozado y la hacienda pública vaciada literalmente por esa pandilla de ladrones que encabezó Peña nieto y se necesita, no una varita mágica, sino políticas públicas acertadas para que los hombres del poder hagan realidad esa legítima aspiración llamada Cuarta Transformación de la vida pública del país.

 

Ya sabemos que, a pesar de tantos yerros, reconocidos por propios y extraños, su base política sigue siendo demasiada alta, sin embargo y a pesar de los triunfalismos, veo muchos contrastes entre el dulce panorama y la triste realidad de lo que está sucediendo. Porque me parece un verdadero exceso decir que en tan solo nueve meses “México ya es un país diferente y renovado, de un pueblo feliz, feliz, feliz”, la otra Babia. Creo que una buena parte de la percepción social es otra, basta que hablemos de esta inseguridad sin fin y de la cuestión económica.

 

 

AMLO en su informe aseguró que estamos en un país “con estado de derecho pleno”, ¡Qué barbaridad!

 

¿Existe pleno estado de derecho cuando se incumple con uno de los preceptos constitucionales más sagrados como es el de brindar seguridad a los ciudadanos y sus patrimonios? ¿Quién se siente seguro en México? ¿Qué el infierno de Tepalcatepec no fue la crónica de una guerra anunciada? ¿Ya los cárteles no son pueblo? ¿No pudo evitarse estas masacres enviando a las diversas fuerzas policíacas que “existen” en la república? ¿Es acertado, digno y aceptable la orden de no intervenir, como se asegura? ¿El pueblo de Tepalcatepec es feliz, feliz, feliz? ¿Qué las masacres como las de Coatzacoalcos no avergüenzan a cualquier gobierno?

 

Gran parte de la república todos los días se tiñe de rojo, de sangre de mexicanos que muchas veces no andan metidos en cuestiones inconvenientes, los feminicidios están al orden del día; el diputado federal Javier Azuara Zúñiga asegura que diariamente se asesinan en México a 10 mujeres y que, en lo que va del sexenio han ocurrido más de 24 mil muertes violentas.

 

En Michoacán estamos viviendo un verdadero infierno, porque aparte de lo sucedido en Tepalcatepec que, mucho se asegura que lo publicado en algunos medios es una verdadera mentira ya que el número de muertos supera, por mucho la cifra oficial de nueve decesos; también en ciudades importantes como la capital misma, Uruapan (una de las ciudades más peligrosas del mundo), Zamora, Sahuayo que hoy mismo están dando la noticia de cinco personas asesinadas, igualmente reportan que en estos momentos no es recomendable transitar por la carretera rumbo a Aguililla, alertan sobre el peligro del tramo comprendido entre División del Norte, el terrero y poblados siguientes hasta Aguililla. ¿Con este terror que se está viviendo, cómo podemos hablar de que existe estado de derecho pleno? ¿Quién engaña al presidente?

 

El mismo Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana hoy ha reconocido, en una entrevista, que no han cumplido, pero como siempre, sin asumir plenamente su responsabilidad e incompetencia, se excusa diciendo que “ello se debe a que las policías estatales y municipales no se han consolidado”, cinismo puro.

 

Ya sabemos que la autocrítica es una cuestión que se les dificulta a todos los gobernantes, por eso, si acaso reconocen que la inseguridad es una factura pendiente desde hace años, hoy, una factura muy cara por todo lo que está sucediendo, rompiendo records históricos en varias de las vertientes delictivas. De la economía y el cero por ciento de crecimiento del PIB en el semestre, está muy alejado del 4% prometido. En cuanto a la inflación, resulta poco creíble ese 3.3% que se maneja, basta ir a comprar lo más indispensable para darnos cuenta de cómo está subiendo todo, aumentos muy alejados de ese porcentaje. Las gasolinas, diésel, gas y energía eléctrica que en campaña se prometió bajarían es una auténtica mentira; hoy pregunté en una de las gaseras y me dieron el precio de 636 pesos el cilindro de gas con 30 kilos, inexplicablemente como 200 pesos más que lo mismo en Nueva Italia. Igualmente el sector salud es un grave problema que no quiere reconocer el gobierno, inclusive el presidente ha dicho sobre la utilización de avionetas para salvar enfermos indígenas, una quimera. Hay mucho, pero mucho qué hablar sobre la falta de autocrítica de este primer-tercer informe, sobre todo si nos metemos en cuestiones de austeridad –positivo en algunos casos, hay que reconocerlo-, donde se le pasó la tijera en rubros muy importantes como es el caso de las estancias infantiles, decisiones evidentemente equivocadas –según los expertos-, como lo son la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la construcción del de Santa Lucía, la construcción de la refinería de dos bocas, el tren Maya y la asignación millonaria para satisfacer la afición de AMLO por el beisbol.

 

Pero donde sí se brincó la barda fue cuando de su ronco pecho espetó que tenemos un México donde: “ya no hay tortura y el estado dejó de ser el principal violador de los derechos humanos”, hoy mismo los medios hacen una descripción de la cara de incredulidad, después de escuchar esa frase, del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es público que a López Obrador no le gustan nada todos los organismos que se dice son autónomos y de los órganos reguladores como lo es la propia CNDH, INE, Comisión Reguladora de Energía (CNE), Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Datos Personales (INAI), la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), EL Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), etc.

 

 

No podemos ni queremos ser una repetición de lo que no pasa de ser un catálogo de buenas intenciones, como la cartilla moral que todavía los cristianos evangélicos están esperando que se la lleven para su respectiva distribución, al igual como se dice se hará con un sinfín de iglesias; el reparto de este catecismo llamado cartilla moral en este estado mil veces cacareado como laico.

 

Igualmente se dio marcha atrás con la famosa ley de amnistía que, en un principio se dijo que hoy mismo sería enviada al congreso como una iniciativa preferente para que los legisladores le dieran la importancia del caso.

 

¿Y el famoso estado de Derecho? ¿No se ha enderezado eso que AMLO llamó, en son de burla como estado de chueco?

Creo que no, porque está viciado de origen, por eso no se debe decir que se habla “con moral”, porque es esa misma del cacique potosino Gonzalo N. Santos “el alazán tostado”, el mismo que se ufanaba en decir que la moral es un árbol que da moras, y que sirve para pura chingada. Lo anterior viene a colación por el asunto de Jaime Bonilla, gobernador electo de Baja California y su necedad de alargar su período de gobierno de 2 a 5 años, aun cuando la autoridad electoral competente (TRIFE), ya dictaminó negativamente hasta en dos ocasiones, ahora, por sus pantalones se prepara para realizar una encuesta y se pretende que el resultado sea como si se tratara de una segunda elección, “porque el pueblo quiere”, ese pueblo bueno y sabio que jamás se equivoca.

 

Y decíamos que esto está viciado de origen porque debemos recordar que, siendo presidente electo, Andrés Manuel López Obrador mandó también hacer una encuesta-votación con una asociación civil patito, en esa boleta se incluyeron 10 preguntas, pero la pregunta estrella se trató de la anulación de la continuación del aeropuerto de Texcoco. Todo lo anterior en plena transgresión al Artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, esos son los hechos; los dichos: Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie…

 

¿El Estado de Derecho? ¿La moral? ¿Se abatió la pobreza, la corrupción, la inseguridad y la impunidad prometidas?

Esto se lleva tiempo y se necesitan políticas públicas acertadas, posibles y creíbles; no hay fórmulas mágicas para ello, se llevará mucho, mucho más tiempo para posiblemente lograr el anhelo de  que los mexicanos seamos verdaderamente felices, felices, felices.

 

Que López Obrador es un hombre con buenas intenciones, eso nadie lo discute.

 

Es Cuanto: