Lo que sucede en Palacio de Gobierno cuando todos se van

A la llegada de Graco Ramírez como gobernador del estado se le ocurrió que el Palacio de Gobierno ya no se llamará así –como se le conoce desde su construcción hace varias décadas- sino que sería “Casa Morelos”, como para dar la idea de que es “la casa de todos los morelenses” aunque en la realidad cada vez hay más medidas de seguridad que impiden el paso a los ciudadanos comunes.
Hoy la sede del Poder Ejecutivo es un auténtico bunker que incluye vidrios cuyo grosor impide el paso de cualquier proyectil que pudiera atentar contra la integridad del gobernador, quien cada vez que puede esparce el rumor de que “su vida está en peligro” por atacar frontalmente a la delincuencia organizada, justificando así gastos estratosféricos en infraestructura y contratación de guaruras.
Pues bien, ayer comenzó a trascender una serie de datos sobre lo que sucede cuando todos se van de Casa Morelos y sólo queda el personal que se encarga de su resguardo.
Un documento anónimo pero que por los datos que contiene se advierte que saben de lo que hablan, revela una serie de irregularidades al interior del ex palacio de gobierno. Afirman que cuando el último funcionario abandona Casa Morelos, ocurre de todo, hasta relaciones sexuales.
“Los fines de semana lo ocupan como hotel, subiendo a mujeres para tener relaciones sexuales”, dice el documento que ya tiene en su poder un alto funcionario de la administración estatal.
Otra cosa que no sabíamos, es que los encargados de la puerta dejan entrar al baño a cualquier persona del exterior, pero a cambio de una “cooperación”, que si bien es cierto que es mínima, es ilegal.
Y otra cosa: los jefes venden la comida al resto del personal, y si no aceptan esa condición, los presionan hasta hacerlos denunciar.
Refieren los denunciantes que una forma de intimidar al personal es quitándole la ayuda económica mensual que dan las dependencias de Gobierno para el desayuno, y que quien se queda con el dinero es el subdirector de Seguridad y sus subordinados, de nombres Francisco, Octavio, Roberto y Xicotencatl.
“Este grupo está bien coordinado porque ya tiene varios sexenios y se han dedicado a hostigar a los demás compañeros”, refiere el escrito.
“El encargado del primer turno, Carlos Jair Miranda Marbán, es el más ventajoso, es el que cobra para que te vayas franco por la tarde, ya sea los fines de semana o por las noches dejando el inmueble con pocos elementos”.
“El subdirector mencionado Edgar Verazaluce Tamarindos y los encargados de turno se confabularon para quitar a dos alfiles y enviarlos a la Secretaría de Seguridad Pública (hoy Comisión) para tomar esas dos plazas vacantes y darle una de ellas al hermano del encargado de turno Jair Miranda; la otra plaza para el primo de Octavio Flores. Quieren monopolizar la seguridad del palacio y tener a sus familiares trabajando con ellos, es decir, nepotismo”.
Finalmente, los quejosos refieren que todas estas irregularidades han sido denunciadas en su momento a los directores e incluso al que fuera director de Gobierno, Fernando Pacheco, y todos han hecho caso omiso.

Sobre Jesús Castillo 150 artículos
Periodista con 25 años de trayectoria; Premio Estatal de periodismo 2010 y 2012. Premio Nacional de Periodismo 2013.

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