López Flores pide combatir la trata de personas, pero promueve la prostitución
Por Jesús Castillo García
Seguramente ya leyeron la nota que se publica hoy viernes en todos los medios de comunicación: “El secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén, acompañado por el secretario de Información y Comunicación Social, Jorge López Flores, sostuvo una reunión con los directivos de medios de comunicación electrónicos e impresos, a quienes les propuso formar parte de la Comisión Permanente para la Prevención y Erradicación del Delito de la Trata de Personas y crear una campaña de búsqueda de personas desaparecidas en específico a quienes pudieran ser víctimas de este ilícito, previniendo a la población a través de mensajes en sus diversos programas”.
La medida definitivamente es loable, sin embargo, no hay que olvidar que el fenómeno de la trata de personas tiene varias etapas y modalidades. Participa en este deleznable delito desde el sujeto que sustrae a la menor; el que la obliga a trabajar en las calles o haciendo trabajos domésticos, el que la compra, el que la vende, el que la obliga a prostituirse y el que ofrece sus servicios a través de anuncios en la sección de aviso clasificado de los periódicos.
Ahí es donde entra Jorge López Flores, vicepresidente de Grupo Braca de Comunicación, hoy “comisionado” en el gobierno de Graco Ramírez Garrido Abreu.
Y para que no se diga que mi opinión carece de objetividad por laborar en un medio de comunicación diverso al mencionado, sólo transcribo lo que escribió recientemente la reconocida periodista y escritora Lydia Cacho sobre el tema de los anuncios de prostitutas en periódicos.
Para que la esclavitud sexual exista es preciso mantener un discurso antagónico que sobrevalúe y glamorice la prostitución para ocultar la esclavitud de cientos de miles de personas que son sometidas diariamente a tratos inhumanos y cuya única opción para escapar de la pobreza y el hambre es la prostitución. La publicidad que promueve el mercado de sexo utiliza todo tipo de eufemismos para ocultar sus verdaderas prácticas.
Según la ONU, en este momento hay 4 millones de mujeres y menores sometidas al mundo de la esclavitud, y el 86% de todas esas víctimas de trata de personas son compradas para explotación sexual comercial. Hay quien asegura que los espacios en los diarios equivalen a las zonas de tolerancia, o ghettos de prostitución, que los gobiernos mantienen y las policías solapan. Algunos diarios españoles han dicho: “mientras el gobierno siga avalando la existencia de la prostitución yo la seguiré anunciando”.
Excepto en España, los periódicos europeos dejaron de promover la prostitución por encontrar que resultaba imposible saber qué anuncios presentaban víctimas y cuáles no. Apuntaban también al hecho de que gobierno y sociedad trabajan en la búsqueda de la igualdad, y dichos anuncios tienen una fuerte carga de violencia, racismo, sexismo y promueven estereotipos negativos, e incluso el abuso infantil. Quienes aseguran en México que todos los anuncios de prostitución son contratados directamente por “prostitutas libres” mienten. También mienten quienes aseguran que todos los anuncios los pagan las mafias de tratantes. La promoción y normalización de la explotación sexual dependen de la opacidad y la corrupción de muchos.
Enriquecerse a través de la explotación sexual de otra persona está penado por la ley en México. La ley establece muy claro que comete el delito de trata quien promueva, solicite, ofrezca, facilite, consiga, traslade, entregue o reciba para sí o para un tercero a una persona, por medio de la violencia física o moral, engaño o el abuso de poder para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, etcétera. Es momento de que como periodistas e integrantes de los medios de comunicación nos preguntemos si tal definición de los que infringen la ley nos incluye.
Hasta ahí la transcripción de lo que escribió Lydia Cacho.
Por cierto, ya que hablamos de Jorge López Flores, aquí están las cantidades que el Gobierno de Graco Ramírez, a través de López Flores, le paga a las empresas de Grupo Braca, donde sigue siendo vicepresidente “con permiso”:
Editoriales de Morelos S.A. de C.V., cobra $3,160,000.00; Editorial DDM S.A. de C.V., Recibe $2,200,000.00 y Grupo Acir Morelos S.A. de C.V., $3,771,600.00, estas cantidades suman en total $9,731,600.00, el 35% de un presupuesto de $26,030,146.53 según la información oficial.
Periodista con 25 años de trayectoria; Premio Estatal de periodismo 2010 y 2012. Premio Nacional de Periodismo 2013.
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