Mal de muchos…

TERTULIA POLÍTICA

 

 

Por: Pedro Martínez Serrano

Solo alguien ciego y sordo no ve ni oye lo que ocurre a su alrededor, como tampoco un enloquecido reconoce su derrota, a pesar de que camina sobre los muertos y las ruinas en su territorio, como sucede en Morelos, que a pesar de encontrarse en primer lugar nacional en extorsión, segundo en secuestro y; cuarto en homicidio doloso, se nos sigue diciendo que gracias a que se actuó a tiempo en esta entidad no hay una crisis de inseguridad.

Y como es costumbre del gobernador Graco Ramírez Garrido, en el colmo de la desvergüenza, sus comparativos los establece invariablemente con los peores; acusa de sus errores a los que ya se fueron. Así ocurre con la crisis de inseguridad que golpea con rudeza a los 33 municipios del Estado que, para él, no es tan grave, incluso llama a sentirnos satisfechos y orgullosos de ello, sin decir que hemos terminado con el problema, pero veamos la comparación, veamos lo que ocurre con los vecinos y sepamos que aquí hicimos las cosas a tiempo y vamos en una ruta correcta y sigamos adelante.

Con puntual interpretación del proverbio que dicta que mal de muchos, consuelo de pendejos, ni más ni menos el señor Ramírez Garrido celebra que lo que pasa en Morelos, dista mucho de lo que está afectando a los estados vecinos de Guerrero y Estado de México. Para el tabasqueño, no pasa nada.

Resulta verdaderamente sorprendente, que mientras el descontento social golpea a las desvencijadas puertas de Palacio de Gobierno, y la ingobernabilidad se adueña del Estado, el responsable político de lo que pasa o deja de pasar en nuestra entidad, siga extraviado y festejando la desgracia de miles de familias que hemos sido víctimas de la delincuencia en cualquiera de sus modalidades.

Como cada mes, el reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, coloca a Morelos en los primeros lugares de los delitos más lacerantes, ante lo cual, creo que la actitud de los actores que deben constituir el equilibrio político en la entidad, es decir, los diputados integrantes del Congreso del Estado y los representantes de las fuerzas políticas de signos distintos al PRD, ha sido permisiva, hasta cómplice.

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