
J. Rigoberto Lorence
En una reunión privada realizada con militantes panistas, efectuada probablemente en Aguascalientes, el dirigente de ese partido, Marko Cortés, quiso ser sincero y tan solo consiguió ser torpe, al afirmar que de las 6 gubernaturas en juego en 2022 el partido blanquiazul solo podría obtener la victoria en la entidad hidrocálida.
En los hechos, el líder panista descartó de plano cualquier posibilidad de su partido –no dijo si incluye la coalición de la que forma parte—en el resto de las entidades en disputa: Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas, Durango y Quintana Roo. Con esas declaraciones atizó el fuego de la lucha interna del PAN, y desató los más diversos comentarios de miembros de otros partidos.
Gustavo Madero –expresidente del blanquiazul y miembro de una de sus fracciones internas– dijo que las afirmaciones de Cortés son “anticlimáticas” y ponen en peligro hasta las propias elecciones del 2024, mientras Damián Zepeda de plano recomendó quitarle el twiter por sus constantes tropiezos. También señaló que “una derrota por anticipado es entreguismo”.
El debate aún en este momento genera escozor en las redes sociales. En su gran mayoría, los comentarios de los panistas han sido adversos a Cortés, mientras los de otros partidos recorren una escala que va de la burla a la censura tajante, pasando por la observación benévola y jocosa acerca del capitán que admite la derrota de sus huestes aún antes de presentar combate.
No obstante, ni los priístas ni los perredistas, miembros también de Va Por México, han opinado al respecto. Podrían decir que lo consideran un asunto interno del dirigente de un partido aliado. Algo así como un incendio en la casa del vecino. Pero visto más de cerca, se trata de algo más trascendental que afecta las posibilidades de la oposición de derecha en su conjunto. Porque Marko Cortés puso de manifiesto que hay un sector derrotista dentro de las filas del PAN.
Veamos: el PAN gobierna en Tamaulipas, Durango y Quintana Roo. Agreguemos Aguascalientes, el estado donde se atribuyó la victoria por anticipado. Pero faltan dos entidades, donde el PAN dista mucho de ser una fuerza significativa. En Oaxaca, por ejemplo, el partido blanquiazul no ha alcanzado ni el 5% de los votos de manera tradicional, por lo que solo tiene una presencia testimonial. En Hidalgo mejora un poco su caudal, pero sigue siendo una fuerza minoritaria de la coalición de derecha. Debemos añadir que en estas dos entidades gobierna el PRI, por lo cual Cortés descalifica de antemano el trabajo que realizan los militantes de ese aliado al atribuirle una derrota mucho antes de presentarse en la arena electoral.
Pasemos enseguida a revisar el panorama del 2022, para valorar el significado de las ligeras afirmaciones del muy limitado contador michoacano:
o.- Las elecciones tendrán efecto el 5 de junio de 2022 en las entidades mencionadas; en todas ellas aparecen cifras parecidas a las que menciona Cortés. Pero en el caso de Oaxaca, el propio Javier Lozano –cercano al blanquiazul—admite el escenario de catástrofe descrito por Marko Cortés, en publicación del 29 de octubre del presente.
o.- Las cifras de Oaxaca recogen actualmente las preferencias:
– Morena, 44 por ciento.
– Coalición PRI-PAN-PRD, apenas 22 por ciento.
Esto sucedería en el caso de que Morena escogiera como candidato/a a Susana Harp o a Salomón Jara, ambos actualmente senadores de la República. Hay una tercera posibilidad: que Morena aceptara una “propuesta” de Alejandro Murat, actual gobernador del PRI, muy relacionado con AMLO y que podría acercar los votos de los diputados federales de su partido en la decisión federal sobre la propuesta de Reforma Eléctrica del propio presidente.
o.- En Hidalgo Morena está en la cima de las preferencias con 41.2 por ciento, mientras la coalición de derecha tan solo alcanzaría unos 23 puntos porcentuales. Ahí el PAN tan solo cuenta con poco más del 5% de las intenciones del voto.
o.- En Quintana Roo el gobernador Carlos Joaquín González de plano rechazó las declaraciones de Cortés y se deslindó del PAN, al afirmar que él no es miembro de ese partido, aunque coincide con él en algunos puntos ideológicos.
– La encuestadora Masive Caller atribuye a Morena y aliados en Quintana Roo el 42.1 por ciento de las preferencias, mientras a la coalición de derecha tan solo le atribuye poco más de 30 puntos del porcentaje.
o.- En Tamaulipas una encuesta de Crónica otorga a Morena y aliados más del 50 por ciento, en tanto a la coalición PRI-PAN-PRD le reconoce poco más de 32% de las preferencias ciudadanas.
o.- En Durango las encuestas dan casi el 29 por ciento a Morena mientras a la coalición de derecha le otorga solo un punto abajo. Muy parejos. No obstante, algunas encuestas dan una buena ventaja a Morena y aliados. Al momento, en esta contienda se mantiene muy cerrada la competencia.
o.- En Aguascalientes la coalición PRI-PAN tendría poco más del 43 por ciento de las simpatías ciudadanas, en tanto Morena y aliados se colocan unos 10 puntos porcentuales debajo de esa cifra.
El hecho de que el líder albiceleste “renuncie” por anticipado a la victoria en Oaxaca e Hidalgo parece, de entrada, una arbitrariedad ya que las simpatías del PAN no rebasan, en el mejor de los casos, el 5% de las intenciones del voto. Por lo tanto ¿a qué victoria está renunciando el contador michoacano? Cortés se adjudicó el derecho de hablar en nombre de los priístas de esas entidades. La pregunta sería ¿lo consultó antes con sus dirigencias? Porque ambos son estados gobernados por el PRI, y no sabemos que ningún dirigente haya tomado acuerdos con él para “admitir derrotas”.
Incongruente, errático y muy ligero. El líder albiceleste habló sin reflexionar. Esas declaraciones pusieron a Marko Cortés en el centro del debate actual interno del PAN, el partido más fuerte de la coalición de derecha. A tropiezos y empellones va construyendo la crónica de una derrota anunciada.

Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la UNAM. Militante de las organizaciones democráticas y revolucionarias de México desde hace unos 40 años. Ha impartido cursos de reportaje, redacción y otras áreas dentro del periodismo.
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