México, país en reconstrucción

 

 

Gerardo Fernández Casanova

México quedó devastado después de 36 años de gobiernos neoliberales sometidos a los dictados de los organismos financieros internacionales; una pequeña clase media alta disfrutó de los privilegios de una economía volcada al exterior, en tanto que el resto de la población vio cómo se perdían los exiguos logros de la Revolución Mexicana. En las elecciones del 2018 esa población agraviada hizo sonar la campana y se volcó a las urnas para detener la debacle y procurar la recuperación. Ya desde antes se tenía el diagnóstico de la situación pero no ha sido sino hasta ahora, en el proceso de la reconstrucción, que ha podido aquilatarse su amplitud y profundidad; no hay tema en el que no mane el pus de la corrupción y la estupidez. De ahí que se ocupe realizar una transformación radical de la vida pública.

 

La descomposición de la sociedad es la peor herencia del viejo modelo; más grave que la quiebra económica, fue la de la moral social que, además, es la de más difícil reconstrucción. Se permeó una forma cultural en la que se privilegia el hedonismo de los placeres fáciles y el individualismo del sálvese quien pueda, llevaron a la proliferación de la delincuencia violenta y la consiguiente inseguridad general, pero que se ha manifestado con mayor gravedad en perjuicio de la mujer por su vulnerabilidad. El patriarcado es connatural al capitalismo neoliberal e, igualmente en su degradación, provoca una severa crisis civilizatoria muy difícil de procesar. El afán progresista que abre espacios de dignidad e igualdad de género, choca con la rémora del machismo hasta el asesinato, perfectamente tipificado como feminicidio, pasando por diversos grados de violencia en el seno familiar y social.

 

En esa necesaria transformación profunda de la cultura de la sociedad cobra especial importancia la movilización feminista. La manifestación multitudinaria coloca el tema en uno de los centros del debate nacional; lo hace visible y vigoroso; empodera a la mujer y compensa su vulnerabilidad y contribuye a la reconstrucción moral buscada. No es concebible un régimen progresista sin el concurso pleno de la mujer, tanto en su función económica como en la muy devaluada figura familiar que es preciso revalorar. Menos concebible resulta una universidad donde se violenta a la compañera simplemente por ser mujer.

 

No me gusta la violencia; sólo da lugar al descrédito. Es una provocación a la represión que, por cierto, nunca encontrarán en el régimen de la 4T. Rechazo el oportunismo barato de quienes buscan enfocar las baterías de la movilización en contra del nuevo régimen; el Presidente López Obrador es feminista de convicción y de larga data. Me preocupa la exclusión por incongruente cuando la lucha es por la igualdad de género; seguramente la participación masculina aportaría fuerza y claridad a la movilización; el peligro es el de pasar de un pernicioso machismo a un hembrismo igualmente nocivo.

 

Confieso que me ofende que se generalice y se lance el grito “el violador eres tú”. Lo entiendo en la movilización juvenil chilena ante un régimen sordo y represor, pero tomarlo en nuestra radicalmente distinta situación me parece un serio despropósito. Dígasele al nefando Bolsonaro o a Duque o a Lenin Moreno, a la propia Janine Áñez por golpista. Desde luego dedíquesele especial versión a Donald Trump con el mejor deseo de que sea vencido por Bernie Sanders. Todos esos trogloditas reaccionarios que sólo ven a la mujer en la cama o en la cocina deben desaparecer del escenario.

 

También combátase la publicidad enajenante que cosifica a la mujer, justamente la antítesis de reclama ocupar el lugar protagónico que merece. El consumismo de lo que privilegia a la mujer “sexi” cuya única vocación es la de seducir al hombre, lo que la denigra.

Desde luego es indispensable disponer de mecanismos de verdadera protección a las mujeres y de castigo ejemplar a sus agresores, pero vale mucho su empoderamiento y su correspondiente transformación cultural.

 

Salud a la movilización femenina afirmativa y contribuyente a la reconstrucción del país.

 

gerdez777@gmail.com

 

 

   

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