Por: Iván Ureña
La verdad sea dicha, se está renegociando el TLC, Tratado de Libre Comercio, entre México, USA y Canadá porque Trump lo prometió en su campaña.
Dijo, el TLC es el responsable del cierre de empresas con la consiguiente pérdida de empleos, del estancamiento de los salarios y el déficit comercial de más de 60 mil millones de dólares anuales con México: es el peor tratado jamás firmado por ese país. Su carta de negociación, si no se rediseña totalmente para beneficio de USA, se saldrá e impondrá impuestos a la importación de carros del 35 por ciento.
La realidad
Empleos
Más allá que en el proceso económico, la norma es el cierre y la apertura de empresas y en efecto, el comercio busca que cada país se dedique a exportar donde tiene ventajas competitivas –México es muy competitivo en la producción de coches y por tanto los exporta– y compra de la contraparte lo que produce más eficientemente –USA es muy competitivo en la producción de granos y de allá los importamos–.
Además “la pérdida” de empleos de USA en el sector industrial inició antes del TLC, el pico superior lo alcanzó en 1979, con casi 20 millones, pero empezar a descender, en 1994 había menos de 17 millones, en la actualidad hay poco más de 12 millones. Pero no es por culpa del TLC, más bien permitió administrar esa transformación, se perdieron empleos en un sector pero se generaron en otro, como en el financiero, telecomunicaciones, informática, del conocimiento, por cierto, mucho mejor pagados.
El dato duro: en 1994 cuando entró el vigor el TLC, había 99.7 millones de empleos y en 2016, se alcanzó la cifra récord de 123.76 millones, un incremento neto de 24 millones 60 mil empleos. Claro, sería un error atribuirle el incremento total al TLC. Pero lo real es que se generaron más empleos de los que se perdieron, ese es el punto central.
Altos aranceles
Trump, amenaza con impuestos del 35 por ciento a los automóviles importados desde México. Aún suponiendo que USA decidiera abandonar el TLC, en automático el comercio entre ambos países se regiría por las reglas de la OMC, Organización Mundial de Comercio, y la tasa que pagarían los autos mexicanos sería del 8.3 por ciento. Nunca la que dice el magnate de bienes raíces.
Pero como dice una expresión muy coloquial, suponiendo sin conceder, que fuera cierto lo que dice Trump. Se sale del TLC, impone impuestos a diestra y siniestra, y como por arte de magia desaparece el superávit comercial que México tiene con USA. Veamos qué resultados habría.
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En automático el Dólar se iría arriba de los 20 pesos, una devaluación superior al 13 por ciento, respecto al nivel actual de 17.65 pesos. Si alguna duda hay, el 11 de enero del 2017, nueve días antes de que Trump tomará posesión, el Dólar se llegó a cotizar en 21.90 pesos. La salida de USA del TLC necesariamente implicaría una devaluación del peso y por tanto los productos mexicanos se harían más competitivos.
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Los impuestos que Trump puede imponer a los productos provenientes de México, según las reglas de la OMC, están en un promedio ponderado para industriales 2 por ciento y 7 por ciento para agrícolas, entonces con la devaluación que provocaría en el peso el término del TLC permitiría a los productos mexicanos conservar su competitividad y además las importaciones se encarecerían, lo que lleva a pensar que el superávit comercial que México mantiene con USA lejos de reducirse se incrementaría.
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Pero vayamos más allá, Trump no le hace caso a su congreso ni a los jueces, además desconoce los acuerdos comerciales incluidos la reglamentación de la OMC, sencillamente no deja pasar los productos mexicanos y si es necesario utiliza el ejército: por fin logra su objetivo, México no tiene superávit comercial con USA.
Entonces vayamos a la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, resulta que en el año 2016, para transportar las mercancías que México exporta e importa se ocupan barcos, trenes, camiones y el país contrata el servicio de transporte por 13,199 millones de dólares, por cierto fundamentalmente con empresas de USA, a las que se les puede contratar y pagar gracias al superávit comercial en mercancías que hay con ese país, lo mismo se contrató el servicio de seguros y pensiones por 4,262 millones de dólares. Además, por concepto de utilidades y dividendos, las empresas se llevaron del país 14,706 millones de dólares, la mayor parte de ellas de Estados Unidos, Walmart, McDonald´s, Ford, Chevrolet, Apple, etc. Por último, de intereses se pagaron ese año 20,275 millones de dólares, buena parte de la deuda que tiene el gobierno mexicano y las empresas es con bancos del vecino del norte como el JP Morgan, Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Si lo anterior no fuera suficiente, los extranjeros poseen, títulos de renta variable por la cantidad de 168,732 millones de dólares, en renta fija por 115,153 millones de dólares y el país tiene una deuda externa de 183,183 millones de dólares. En total, estamos hablando de 467 mil millones de dólares.
Es decir, muy buena parte de lo que tenemos de superávit comercial con USA, se le regresa a ese país en contratarles servicios de transporte, seguros, pago de utilidades y dividendos y de intereses. Todo ello en beneficio de empresas de USA y sus trabajadores.
En resumen, si Trump cumple su amenaza de dejar el TLC y que México no tenga superávit comercial con ese país, sencillamente no habría recursos para seguir pagando los intereses de la deuda externa, ni las utilidades y dividendos que se llevan las empresas extranjeras asentadas en el país, y por supuesto la enorme deuda en dólares sería definitivamente impagable.
Lo mejor para Trump y para su país es que nos deje seguirle pagando, lo contrario es una tontera.
Si por alguna razón, México se levanta de la mesa de la renegociación, veremos una pequeña probadita, de lo que pudiera suceder en los mercados financieros. Seguro el peso sufriría un desliz importante.
ivanure@hotmail.com
Premio Nacional de Periodismo 2017. Premio Estatal de Periodismo Morelos 2012, empresario y maestro en Economía por el ITAM. Funcionario en Banobras, Hacienda y Secofi.
Todo lo que dices y más lo sabe TRUMP, ES SU MODO DE NEGOCIAR.
TE FELICITO Y SALUDOS
En efecto ese es su estilo. Saludos