Por José Arenas Merino
De los 2447 municipios que hay en toda la república mexicana, la inmensa mayoría tiene problemas con sus finanzas, entre otras varias razones, quizá la más importante es que son improductivos, es decir, que no generan ingresos propios como resultado de actividades productivas.
Los ingresos con los cuales operan los municipios son básicamente aquellos que reciben de la federación y en menor proporción, por los impuestos que cobran por derechos, como los prediales, y servicios, como los derivados del consumo de agua, la vigilancia, la limpieza y similares, los que no siempre se justifican con resultados, pues lo más común es que las calles estén sucias y mal iluminadas. Y no hablemos de seguridad pública.
Si los municipios realizaran tareas para obtener ingresos propios, reducirían sus deudas, pero más o tan importante como eso, los contribuyentes pagarían sus impuestos con menos reticencias, pues hoy por hoy tenemos la idea –y la poyamos en la imagen pública- de que son sólo dependientes, tanto de las aportaciones del erario federal, como del bolsillo del los habitantes cautivos.
El Instituto Mexicano para la Competitividad, informó que los municipios de los estados de Jalisco, Nuevo León, Estado de México y Baja California, fueron los más endeudados en el periodo de enero a septiembre de 2013.
El Índice de Información Presupuestal Municipal (IIPM), el IMCO señaló que ladependencia municipal a los recursos federales en los últimos 20 años fue de 69% y aseguraron que el presente año no será diferente, ya que los municipios son los que tienen menor recaudación dentro de los países de la OCDE.
Los contribuyentes nos resistimos a pagar lo que marca la norma aplicable, por una razón elemental: el 78% de los municipios no cumplen con las condiciones mínimas en cuanto a la rendición de cuentas de su gasto público, es decir, que incumplen con las reformas que pretenden la transparencia en el manejo de los recursos.
En el caso específico de nuestro estado, Morelos, de los 33 municipios que lo conforman, sólo 9 pueden levantar la mano cuando se les inquiera acerca de sus finanzas, para decir que no están ‘emproblemados’. Los otros 21 tienen serias dificultades para cumplir sus obligaciones crediticias con bancos y la tesorería federal.
Mientras los cabildos y los diputados sigan solicitando recursos para cubrir los adeudos de las administraciones previas, y los que administran los recursos lo hagan sin compromiso social, sin conciencia de servicio, la situación no sólo se resolverá, sino lo contrario.
Otro factor que incide en esa circunstancia conflictiva, es el que deriva del monto de los emolumentos y salarios de los funcionarios que los mismos se aprueban con sólo someterlo a la votación del cabildo, cuyos integrantes, como es de esperarse, no se oponen, ya que eso los beneficia a todos, o casi todos, pues a los empleados administrativos y el resto del personal, les escatiman los aumentos y prestaciones.
Si como lo afirma el presidente municipal de Ciudad Ayala, José Manuel Tablas, la suma de las deudas de los municipios morelenses es del orden de los casi tres mil novecientos millones de pesos; difícilmente se podrá esperar que en un mediano plazo esa deuda disminuya cuando, por el contrario, están solicitando al congreso local autorice un incremento de los empréstitos. ¿Cuál es el límite? ¿Cuáles las consecuencias de acrecentar las deudas? Las peores. Sería deseable que los municipios hicieran uso de la imaginación y con apoyo en sus propios ordenamientos jurídicos, encuentren el modo de generar recursos adicionales. Y sobre todo, que rindan cuenta precisa y transparente del manejo de los mismos.
48 años de ejercer el periodismo escrito, televisivo, radiofónico y digital. Primer corresponsal de El Universal y Radio UNAM en Europa y Notimex en Europa de Este. Director fundador del primer medio en Internet en Morelos. Abogado, escritor, locutor y textoservidor. Amigo de sus amigos. Libre pensador. Piscis.
Dejar una contestacion