Papelón de COPARMEX

 

 

 

Rigoberto Lorence

De tumbo en tumbo, la derecha mexicana exhibe cada día su naturaleza aventurera, golpista y antinacional, lo cual se reafirmó con el affaire Lozano-De Hoyos, protagonizado el martes 28 de abril cuando Gustavo de Hoyos dio un nombramiento a Javier Lozano, como vocero de la patronal para “defender el estado de derecho”. Unas 10 horas después, De Hoyos revocó su designación.

 

Los próceres de la derecha mexicana –entre ellos Felipe Calderón y los propios mencionados—no se mueven en el ámbito de los negocios privados, ni en de los partidos políticos. Para ellos, tanto el PAN como el PRI solo servirían eventualmente como vehículos para arropar sus anheladas candidaturas en el año 2021 y/o 2024.

 

El espacio natural de esta derecha son las redes sociales, básicamente twiter, Facebook, Wahtsapp e Instagram. Sus publicaciones son frecuentes, y a través de ellas se pueden observar las fluctuaciones de sus impactos en la opinión pública. La prensa tradicional solo repite sus textos, se los refritea o los comenta.

 

En la presente circunstancia política, cuando el país se encuentra en medio de una pandemia y los empresarios ven reducirse sus ventas y ganancias, ponen el grito en el cielo y demandan del gobierno federal que les entregue recursos, para lo cual exigen que consiga créditos del exterior.

 

La deuda del Fobaproa, por cierto, es impagable para la actual generación de mexicanos. Se calcula que el país seguirá pagándola por lo menos durante 50 años más. O sea, nuestros nietos serán testigos de que la deuda generada por el hoy llamado IPAB, habrá sido al fin cubierta, si en algún sexenio venidero no hubiera otro gobierno que accediera a las peticiones del sector patronal.

 

En ese contexto, la furia de los empresarios se ha manifestado abiertamente contra AMLO, quien se ha negado rotundamente a solicitar créditos del exterior para salvar empresas que así lo exigen, mientras por otro lado muchas de ellas se niegan a pagar los impuestos que les corresponden, en un país que tiene la más baja tasa de recaudación fiscal dentro de la OCDE.

 

Pues bien: el martes 28 de abril por la mañana, Gustavo de Hoyos anunció vía twiter el nombramiento de Javier Lozano como vocero de Coparmex para defender “el estado de derecho”. De inmediato se desató una tormenta en redes sociales, la mayoría con opiniones adversas a dicho nombramiento. La mayoría de los empresarios no quiso que alguien tan “quemado” fuera su portavoz.

 

Gustavo de Hoyos reculó. Antes del anochecer estaba anunciando que tal nombramiento quedaba sin efecto, que él seguiría siendo el único vocero, y que Lozano sería un colaborador “voluntario” en foros, congresos y otras reuniones del sindicato empresarial.

 

La respuesta de Lozano fue enjundiosa: el presidente de Coparmex –dijo—no supo manejar las presiones, y así no juego…El programa de Ciro Gómez Leyva fue el escenario para que Javier Lozano despotricara contra De Hoyos a su gusto. Y así se consumó el “oso” más grande que la derecha mexicana ha protagonizado en los últimos tiempos.

 

El episodio nos revela:

  • La crisis de los partidos de derecha en México está en fase terminal. Ya no son protagonistas de los principales debates, ni tienen ningún peso político o ideológico dentro de la vida pública nacional.

 

  • Esos partidos se han convertido en una especie de franquicias que sirven para competir en elecciones, y escogen a sus candidatos según el “arrastre” de cada uno de los aspirantes. O según de quién sean compadres.

 

  • Quienes están hoy a la cabeza del debate político en México son las organizaciones patronales, quienes han salido abiertamente en defensa de sus intereses de clase. Eso se demuestra con el episodio De Hoyos-Lozano, y anteriormente con el protagonizado por Carlos Salazar Lomelí, del CCE.

 

  • Los sindicatos obreros, campesinos y demás no tienen voz en los asuntos públicos. Solo participa Morena y los diputados y senadores más congruentes con la 4T.

 

  • Urge que obreros, campesinos, estudiantes y demás sectores populares se organicen y se metan al debate nacional, con sus propias propuestas, sus propias metas a corto, mediano y largo plazo.

 

El show De Hoyos-Lozano amenizó durante ese día nuestro duro confinamiento. Ya estábamos abrumados por las cifras del Covid-19. Ajenos a otras realidades del país, ya no teníamos mucho ánimo para las sonrisas, las burlas y los comentarios jocosos.

 

Sin embargo, ha llegado la hora de ir extrayendo las conclusiones del caso. Porque si De Hoyos no pudo manejar su minicrisis patronal, imaginémoslo como líder de alguna fracción parlamentaria de derecha  en el Congreso, o peor aún, en el cargo de Presidente de la República. Que la Nación nos agarre confesados..!

 

 

Sobre Rigoberto Lorence 102 artículos
Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la UNAM. Militante de las organizaciones democráticas y revolucionarias de México desde hace unos 40 años. Ha impartido cursos de reportaje, redacción y otras áreas dentro del periodismo.

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