Orlando Plá
1. En un gobierno moderno se respetan los presupuestos para la prevención, por lo que hubieran tenido el equipo para detectar con tiempo las características del huracán; además, como los funcionarios son electos por su capacidad y no por la lealtad al autócrata, los encargados de la protección civil, y el resto de las autoridades, habrían estado al tanto de los reportes emitidos en Estados Unidos, e incluso habrían intercambiado con ellos información para adecuar el plan, en vez de estar esperando a que el presidente sea quien proporcione el informe meteorológico.
2. Ante la inminencia del peligro, las fuerzas del orden de los tres niveles de gobierno se habrían concentrado en Acapulco de forma organizada para proteger a la población y a todos los bienes que conforman la infraestructura de servicio y operación.
3. Inmediatamente después del paso del huracán, el gobierno de los 3 niveles habría enviado equipamiento para recoger y transportar todos los residuos y escombros al nuevo relleno sanitario que, como no son improvisados, decidieron durante el paso del huracán, en caso de que no hubiera estado previsto desde antes.
4. El gobierno convocaría a los mejores especialistas en construcción y urbanismo para diseñar un proyecto de reconstrucción de Acapulco que incluye:
a. Construcción de una nueva red de agua y alcantarillado.
b. Construcción de una nueva red de suministro eléctrico.
c. Construcción de una nueva red de vialidad y transporte público.
El diseño emplearía las tecnologías más modernas para que todos los servicios sean eficientes y armónicos con el precioso entorno proporcionado por la naturaleza.
Este diseño incluiría una zona habitacional para los pobladores de Acapulco con todos los servicios y una zona turística, ambas ordenadas, limpias y eficientes.
Tal vez sea buen momento para revisar proyectos como “La Parota”, y otros novedosos como el de “energía de las olas”, que podrían suministrar toda la electricidad que requieren Acapulco y zonas aledañas.
En lugar de entregar ayudas en forma de limosna, el gobierno moderno contrataría a todos los pobladores de Acapulco para que participen en la construcción de las obras, comenzando por sus propias viviendas, de modo que sientan que ellos se las ganaron de forma digna, y disfruten del orgullo de exhibir al mundo una ciudad a la altura de la naturaleza en que se asienta.
5. El gobierno moderno sería capaz de encabezar negociaciones internacionales para reactivar la llegada de cruceros y “relanzar” el concepto de la “Nao de China”, para generar una corriente de turismo proveniente de Asia.
6. Un gobierno moderno podría detectar las capacidades que se derivan de las características climáticas del puerto para recibir un “turismo de salud” al que acudirían interesados procedentes de climas hostiles.
Para que estas ideas y otras muchas pudieran ponerse en práctica, el gobierno moderno sabría como neutralizar a la delincuencia o, como dijera el ex primer ministro de la Hungría comunista, Janos Kadar (refiriéndose al mercado negro), “nacionalizarla”.
Empresario y maestro en economía por El Colegio de México.
Funcionario en Hacienda, Asesor del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias. Profesor de FLACSO, ITESM y otros.
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