Recomposición Latinoamericana

 

 

Gerardo Fernández Casanova

En Argentina se confirmó el anunciado triunfo del peronismo-kirschnerismo en las elecciones del pasado domingo. La fórmula de Alberto Fernández y Cristina derrotó, no sólo a Macri, sino al modelo neoliberal que en cuatro años destruyó la vocación progresista y libertaria del país austral. Tendrá que volver a empezar por debajo de cero, pero ya ha demostrado su capacidad histórica para hacerlo. El Presidente López Obrador saludó el triunfo y será el primer país a visitar por Alberto Fernández. Se abre una nueva época de solidaridad entre las dos puntas del camino: del Bravo hasta la Antártida.

 

Especial significado tiene el saludo de López Obrador al triunfo de Evo Morales en Bolivia, cuando la Casa Blanca y sus lacayos, con la OEA como redil, pretenden dar un golpe de estado argumentando fraude electoral. El mundo al revés, el ganador por 10.5% ofrece recuento “voto por voto y casilla por casilla” para acallar el griterío inconsecuente de los que claman por el fraude. Enhorabuena a Bolivia.

 

En Chile el pueblo entero está en la calle para destronar al neoliberalismo, del cual esa nación fue el laboratorio experimental y modelo a seguir. La concentración de la riqueza y el  abrumador aumento de la pobreza, también ejemplares del modelo, colmaron el vaso y la gente no lo soporta más. Sebastián Piñera, a la defensiva, cambia su gabinete y ofrece medidas de mitigación social pero la población reclama su salida. La masa enfurecida carece de estructuras y liderazgos, lo cual dificulta el tránsito, pero tendrán que surgir y para bien.

 

En mi artículo de la semana pasada omití la referencia a Nicaragua, que guarda la misma condición de Cuba, Venezuela y Bolivia, con una oligarquía desenfrenada y su patrón buscando el golpe de estado contra Daniel Ortega que, con apoyo del verdadero pueblo, mantiene el poder constitucional. Un botón de muestra: las caravanas migrantes que atraviesan México salen de Honduras, país bajo un régimen espurio y represor, pero no vienen nicaragüenses. ¿Por qué será?

 

En los Estados Unidos, la cuna neoliberal, el candidato demócrata socialista, Bernie Sanders, bate récord de recaudación y de aportadores, la mayoría de la juventud, con un discurso radicalmente anti neoliberal. Tiene en contra a toda la maquinaria del Partido Demócrata pero puede dar un campanazo. Es deseable pero no es imposible.

 

En Ecuador Lenin Moreno está pasmado en manos de la Confederación de Naciones Indígenas y, por lo menos su traidora administración neoliberal no tendrá continuidad. En Uruguay hubo elecciones presidenciales en las que el candidato del Frente Amplio (el de Mujica y Tabaré) ganó en primera vuelta, aunque la tiene difícil en el balotaje.

 

En Brasil, el troglodita émulo de Trump que ahí gobierna, goza de cabal desprestigio (17% de aceptación) y se atreve a pontificar que los argentinos eligieron mal y no felicita a Alberto Fernández. Los que saben dicen que pronto Lula estará libre y plenamente exonerado: el pueblo brasileño está al punto para movilizarse para, por lo menos, neutralizar a Jair Bolsonaro, nefasto engendro de la manipulación masiva.

 

Indudablemente esta recomposición abre mayores grados de libertad para el actuar del gobierno de la 4T, para pisar con una relativa mayor firmeza, sin dejar de saberse atado al régimen de un orate que preside a la mayor potencia del mundo. Sin aspavientos adopta una postura de firmeza al rechazar la intervención externa en Venezuela o al reconocer de inmediato el triunfo de Evo Morales. Pero todavía no puede alzar la voz; acá en el norte, donde comienza el sur, la dependencia pesa demasiado. Ojalá los nuevos vientos sigan tomando fuerza para  soltar a volar nuestra águila, en bien de todos.

 

La mañana de este miércoles la  conferencia de prensa del presidente presentó el informe pormenorizado de los sucesos de la semana pasada en Culiacán, los que han sido motivo de una gran discusión nacional, no exenta de los afanes golpistas y amarillistas de la prensa. El privilegiar la verdad, por dura que resulte, y la paz, por difícil que sea, me parece una actitud de verdadero cambio democrático nunca visto. Ojalá sepamos aquilatarlo.

 

 

gerdez777@gmail.com

 

 

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