El Jabonero
Por: Gerardo Becerra Chávez de Hita
Finalmente se rompió la expectativa que teníamos sobre la marcha que el PRD le estaba organizando a su gobernador. Las cifras más positivas —dadas desde las altas esferas del poder y del PRD— aseguran que asistieron treinta mil personas a “quemarle incienso” a Graco en la esquina del Palacio de Gobierno en Cuernavaca. La realidad es otra, éste que escribe puede asegurar que no llegaron a cinco mil los asistentes, de los cuales muchos de ellos no marcharon el trayecto total de la mini marcha, lo hicieron muy cerca de la plancha de la Plaza de Armas o del mismo Zócalo de la capital de Morelos. Las decenas de combis y transporte público, fueron dejando marchantes esquina con esquina según iban acercándose al mitin final.
Sin apasionamiento ni sentimientos duros, creo que la marcha de la unidad dejó mucho que desear. El acarreo fue mayúsculo, la entrega de insumos como sombrillas, morrales, agua embotellada, refrescos, tortas y camisetas fue un insulto para la población. Se vio marchando a empleados del Gobierno del estado que seguramente no lo hicieron por su voluntad, fue sabido desde días antes que los altos jerarcas del gobierno de Graco se dieron a la tarea de coaccionar la presencia de muchos de ellos so pena de que sus contratos no fueran renovados, o los apoyos de la Beca Salario no llegaran a los bolsillos de los jóvenes estudiantes. Finalmente, el sector que más fue presionado a participar fue el de la Salud. Se supo desde tiempo atrás que la secretaria del ramo, Patricia Mora, presionó por todas las vías para que sus subordinados asistieran a la demostración ciudadana del PRD, la realidad es que los médicos y enfermeras no apoyaron las locuras de su jefa y dignamente no participaron.
Pero, ¿realmente que buscaba la Familia Real con esta marcha? bueno, lo que quisieron demostrar es que ese PRD que ellos representan tiene el músculo social y electoral para hacer frente a la elección del 2018. El joven Gayosso trató de ponerle otra cara al partido del Sol Azteca y demostrar con ello que él sería un buen candidato a algún puesto de elección popular, incluido desde luego el de gobernador de Morelos. Rodrigo trató de señalar —no lo logró— que no obstante que su figura es de las más cuestionadas por su posible proclividad a las ganancias ilícitas, él puede unir a un partido político que han destruido desde su propia familia y al cual le urge que resurja de entre las cenizas de corrupción y omisión en que los ha metido su padrastro, Graco Ramírez.
Graco con esta mini marcha demostró que el “conejo” del PRD está muy debilitado. Que este PRD no serviría para una elección presidencial en Morelos para maldita la cosa y que le URGE reconciliarse con las tribus locales, las cuales lo rechazan porque son ellas las que saben perfectamente bien que él es el causante de la debacle social del partido supuestamente de izquierda que otrora defendiera las causas más nobles de la población Morelense. El PRD con Graco a la cabeza perdió la brújula social y se allanó a las decisiones clientelares que provienen de Los Pinos, la proclividad del tabasqueño a asirse de todo aquello que provenga del poder presidencial acabó con el PRD y sus postulados en Morelos. Lo pagará sin duda alguna.
El gobernador de Morelos no se va a ninguna pre candidatura a la Presidencia de México por el PRD, él lo sabe bien y por ello tratará de recomponer el escenario tan difícil que se le vendrá encima en los meses por venir. Esta marcha del domingo pasado es la muestra palpable de que busca nuevos escenarios políticos para el futuro. Trató de mandar un mensaje al centro del país asegurando que su pueblo lo quiere y la verdad es que le resultó totalmente al revés. Graco es un animal político, muy arcaico, pero sabe de qué se trata el intríngulis electoral y sabe bien que requiere urgentemente una nueva estrategia que no solo lo lleve como candidato a algo en el 2018, sino que le evite la enorme posibilidad de ser recluido en un penal pagando sus múltiples fechorías.
El PRD no lo quiere como su abanderado a la pelea por la Presidencia de México el dieciocho. El riesgo de que Graco entregue la campaña al PRI es enorme y Agustín Basave no lo permitiría, sobre todo porque guste o no, Miguel Ángel Mancera es mucho mejor candidato que el tabasqueño des gobernador de Morelos.
Graco no se va antes del término de su mandato constitucional. Se sabe que podría empezar a explorar la posibilidad de que algún partido morallero lo cachara para la grande, de ahí que exista la proclividad de un diputado del “Movimiento Ciudadano” en esta LVIII legislatura de ser supuestamente su suplente en el interinato que pudiera darse. En buen cristiano, podría existir la posibilidad de que Dante Delgado lo postulara a cambio de que su muchachito fuese gobernador interino.
Graco no se va. Cuando menos no como pre candidato del PRD a la Presidencia de México.
JABONAZO
Viene otro Juicio Político contra Graco, el asunto de la violencia y la inseguridad volvió a hacer crisis en la tierra de Zapata y el gobernador no quiere o no puede remover a Capella.
Empresario, columnista, líder social y ex consejero de Coparmex, Canaco y Canacintra.
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