Juan Aurelio Grullón
Ciudad de México, 16 de febrero 2024
En días recientes se han presentado protestas de transportistas de carga en las carreteras de México, denunciando la inseguridad que enfrentan ante la ola de asaltos, robos y hasta secuestros durante sus actividades. Las denuncias han generado negociaciones entre las autoridades federales y los conductores, pero no han encontrado una solución a un problema que en realidad no es reciente, pero ahora que es año electoral se ha publicitado más.
En el presente articulo no hago una exposición estéril de cifras comparativas entre sexenios y regiones de acuerdo con elpartido en el gobierno, más bien iré directo al planteamiento de soluciones lógicas de la problemática en cuestión que compete tanto al sector público como privado.
En el ámbito de gobierno, empezamos con el Federal ya que las vías principales que recorren los diversos estados están a cargo de este. Para ello dispone de la fuerza publica en su máxima expresión que es el ejercito y la fuerza aérea, y por ser vías esenciales para el funcionamiento de la economía puede asignarle a su protección un estatus de seguridad nacional.
El principal planteamiento en contra sería de algunos representantes del circulo verde de la opinión pública que acusarían una mayor militarización, pero seguramente la mayor parte de la población estará de acuerdo en que es más eficiente y eficaz usar 40,000 miembros de la secretaria de la Defensa Nacional, que se encuentran esparcidos por toda la republica en sus diferentes Regiones, Zonas y Batallones en proteger a la ciudadanía que circula por las vías federales.
Una militarización esparcida en 15,000 km de vías es mucho más aceptable que en las ciudades. Un habitante de las colonias altas y medias no aceptaría ver militares a una esquina de su casa, pero si contar con su presencia en sus viajes entre ciudades. De hecho, la secretaria de la Defensa Nacional ya realiza operativos especiales en carreteras en épocas vacacionales.
Los gobiernos estatales y municipales podrían mejorar la vigilancia en las entradas y salidas de las ciudades mediante cámaras de acuerdo con los recursos disponibles, además de organizar convoyes de tráiler cada determinado tiempo para que las unidades de transporte no transiten en solitario saliendo de las ciudades. Es un principio básico de la naturaleza y sobrevivencia que quienes se mantienen en manada o grupo logran superar a los depredadores.
Por parte del sector privado, considerare la participación no solo de los mismos transportistas, que son los directamente afectados, sino también a las cámaras empresariales cuyas mercancías son transportadas y las compañías de seguro que eventualmente cubren las pérdidas económicas de la inseguridad.
Los transportistas tienen que promover el uso de convoyes a velocidades constantes de entre 80 y 95 km/hr, permitiendo reducir la posibilidad de asaltos y con la externalidad positiva de reducir los accidentes por exceso de velocidad y rebases, que deben reconocer que en muchos casos los ocasionan ellos mismos. Para esto, deben aceptar que sus tiempos de recorrido aumentaran, pero a cambio de mayor seguridad.
Las cámaras empresariales pueden mejorar la seguridad de sus mercancías colocando localizadores GPS entre sus empaques, haciendo más fácil rastrearlas después de cometido el delito de robo, para ubicar los depósitos de los asaltantes. Además, si promueven el uso de convoyes se repartirían entre varios transportes el pago de escoltas privados, que se compensaría con una reducción en el costo de las primas de seguros de transporte de carga.
Las compañías de seguros pueden mejorar la logística de transporte proveyendo información sobre los lugares y horarios de mayor riesgo, para de manera coordinada con ejercito y transportistas reforzar las medidas de seguridad y acompañamiento a unidades.
De las medidas anteriores, no solo se beneficiarían los transportistas de carga, sino también las compañías de autobuses de pasajeros y aquellos viajeros ocasiones en automóviles privados.
En conclusión, la seguridad carretera no debería politizarse y con los recursos disponibles se podría mejorar sustancialmente, siempre y cuando cada parte acepte asumir parte de responsabilidad y de los costos que se recuperarían en un mediano plazo.
Mtro. Juan Aurelio Grullón
Mtro. Juan Aurelio Grullón S.
Lic. en Economía (Mejor promedio de su generación); Becado y Egresado de la Maestría de Economía de El Colmex; y Maestría en Administración. Diplomado en Análisis y Evaluación Financiera por el Tec de Monterrey.
Ha laborado en el Banco de México (1993-1996) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2010-2015). Actualmente es docente.
Ha sido tres veces campeón de tenis.
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