René Vega Giles
El calentamiento global deja sus primeros efectos en el campo morelense de la zona sur, en donde la falta de lluvia atrasó la siembra del maíz y otros productos, además de la muerte del ganado ante los ríos secos en los cuales abundó el agua.
Hay tristeza entre los campesinos y ganaderos, porque no hay el apoyo del gobierno estatal, que ni por casualidad se asoma para conocer las malas condiciones de vida de los pueblos ligados al agro.
Las temperaturas que sobrepasan los 40 grados Celsius dejan consecuencias de golpes de calor entre menores de edad y adultos mayores, en algunos casos terminan en desgracia con el deceso de las personas, sobre todo en los ancianos.
El inicio de la temporada pluvial mantiene un retraso de 45 días, situación que por el exceso de las temperaturas cálidas las cosechas «suelen quemarse»; más aún, en algunos casos ni se barbechó el terreno y el resultado será la escasez de alimentos a futuro.
Los hombres del campo, relatan que la región sur del estado de Morelos «está en desgracia», porque los siniestros de las cosechas podrían ser totales y con ello en el mercado popular un incremento «muy alto» de todos los productos que salen de su trabajo.
Al observar un temporal malo, vislumbran como último acto la migración hacia las ciudades o en busca del sueño americano porque no hay más alternativas de trabajo.
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