YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 13 de Enero de 2019.- En muy diversas ocasiones, con mis amigos de café principalmente, he manifestado que la contienda electoral por la presidencia de la república tuvo su punto culminante el primero de Julio del año anterior, de tal suerte que la postura o puntos de vista divergentes en torno al ganador, por elemental sentido común y porque uno de los principios o virtudes que le atribuyen a la democracia es que el pueblo no se equivoca, inclusive se dice que “el pueblo es sabio”, deben quedar atrás, porque parte de la política es eso, divergir, pero también reconocer cuando el ganador, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido pruebas fehacientes de querer hacer las cosas totalmente diferentes a sus antecesores; el combate a la corrupción en varias de sus vertientes es un hecho, aún con los errores que son señalados por sus detractores, columnistas e inclusive leguleyos que acertadamente invocan cuestiones de inconstitucionalidad en algunas de sus acciones. Es momento de cerrar filas.
Hay que recordar que cuando AMLO tuvo su primer reunión con los gobernadores, muchos de éstos pegaron el grito en el cielo cuando les anunció la figura de un delegado por cada estado, Silvano Aureoles Conejo entre ellos. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque ese grito desesperado es del tamaño de la corrupción.
Las instituciones como SEDESOL, SEDATU, SECRETARÍA DE SALUD, EDUCACIÓN, PGR, INFONAVIT, FOVISSSTE, IMSS, etc., por mencionar unas, contaban con sus propios delegados muy bien pagados y metiendo la pata y la mano consuetudinariamente, con sus secretarias particulares, choferes y etcétera, etcétera; manejo discrecional presupuestario y con la presunta complicidad de los gobernadores para echar el gato a retozar a sus anchas. Les quita parte del botín. Desde luego que, con los famosos delegados que en la práctica son unos súper delegados, por encima de los propios gobernadores ya que los recursos pasarán primero por su filtro. Pero adicionalmente habrán 266 comisionados que estarán vigilando a los 2,458 presidentes municipales de la república mexicana, ésta, hay que decirlo, es una factura pendiente por décadas, porque los presidentes municipales hacían como que nadaban de muertito, las auditorías de la ASF fueron punto menos que nulas y las de sus estados laxas, por no decir prácticamente inexistentes, un ejemplo de lo anterior lo tenemos aquí en Michoacán; precisamente por lo anterior es lo que sucedió en Apatzingán, cuya deuda con precisión no ha sido aclarada por el actual presidente José Luis Cruz Lucatero. ¿Hay un trasfondo político en todo lo anterior? Sería necio negarlo, por eso el actual gobierno de la república va tocando casa por casa, puerta por puerta, porque así mata dos pájaros de una pedrada; por un lado se está constatando el tamaño de la corrupción, porque es bien sabido que los diversos programas sociales, los gobiernos anteriores los manejaban a su antojo, programas clonados inclusive y en donde los dineros no llegaban a los legítimos beneficiarios, por eso para todo piden la credencial para votar; unos verdaderos maestros en el robo a través de la falsificación de las firmas y otras linduras; programas bajados y nunca llegados a sus destinatarios; y por el otro, el actual régimen va teniendo un control político férreo, desde luego que MORENA no se duerme en sus laureles y los frutos se verán reflejados en las próximas elecciones, al tiempo.
¿Quién no está de acuerdo con los nuevos emolumentos y la situación actual de las cámaras de senadores y diputados?
Si con los anteriores presidentes de la república era, decían, el aceitito necesario para que la maquinaria corruptiva actuara a la “perfección”, con Peña Nieto llegó a excesos insultantes, inclusive desde aquel dos de diciembre del 2012 en que se instrumentó el pacto contra México, los “legisladores” de ambas cámaras gozaban de canonjías de toda clase, cómo no sentirse cómodos si a cambio de las decisiones de su amo recibían grandes cantidades, por ejemplo, a cada senador le tenían asignados, sin la obligación de comprobación alguna, más de un millón de pesos mensuales para el pago de “asesores”, chofer, y secretarias particulares entre otras cosas; renglón aparte eran los servicios médicos especializados y medicamentos desde luego, restaurantes exclusivos y en las propias cámaras. Al parecer todo eso se acabó y dicen que ningún senador o diputado ganará más que López Obrador.
¿Quién no está de acuerdo en que los funcionarios presenten su declaración de bienes patrimoniales, así como las de sus familiares cercanos, mismas que serán presuntamente públicas y transparentes en todos los casos?
¿Existe un solo mexicano que esté en desacuerdo con la suspensión de las pensiones a los expresidentes y todos los recursos que conllevaban el tener más de 30 o 40 “efectivos” del estado mayor presidencial?
¿Hay alguien que se oponga a las nuevas medidas en el sector salud?, indudablemente uno de los problemas más vulnerables entre la población. Basta recordar lo ejemplificado en Veracruz y el nefasto de Javier Duarte, o aquí en Michoacán donde hace un par de años el “gobernador” Silvano Aureoles Conejo (después de que se fue Carlos Aranza Doniz, secretario de salud de la “legión” del nefasto Alfredo Castillo Cervantes, ex comisionado para la seguridad y desarrollo integral de Michoacán y de cuyo nombramiento muy pocos hablaron de su inconstitucionalidad), denunció el faltante en medicamentos por más de dos mil millones de pesos, después diría que la cantidad era mucho muy superior, todo ello sin consecuencia alguna y los michoacanos todavía sufrimos las consecuencias, el mejor ejemplo de lo anterior lo es el hospital “de especialidades” de esta población que opera sin especialistas ni medicamentos desde hace tiempo.
En fin, la corrupción llegó de lo incrédulo a lo insospechable, por la complejidad y la enormidad de la misma.
Y por último: ¿Hay quién levante la mano en contra del combate que AMLO viene dando al robo de combustibles? ¡Los bandidos desde luego!
Sobre lo anterior se han escrito ríos de tinta, sin embargo hay que anotar que el presidente se está enfrentando a la verdadera “mafia del poder”, miles y miles de cayos pisados. Aun así muchos quieren resaltar más los errores, que indudablemente la valiente medida conlleva. Pero las circunstancias confirman las sospechas; que los llamados huachicoleros a pequeña escala no eran otra cosa que un distractor, para que viéramos en TV la “lucha frontal del estado mexicano contra el robo de combustibles”, esos, dudo que sean el 20 por ciento del total de lo robado como dice AMLO, porque estamos hablando de algo así como 200 pipas para los “charales”, y aunque ya se habla de algunos detenidos, lo cierto es que el pueblo quiere y exige justicia, desea ver a los perros gordos tras las rejas.
El dato: Carlos Romero Deschamps y/o dizque Pemex, cuenta con mil 800 pipas para el transporte de combustibles. Es “trabajador” – patrón. Y se acaba de amparar, por aquello de que no te entumas.
Pedro Joaquín Codwell, dueño de más de mil gasolineras al inicio del sexenio anterior, el angelito ex secretario de energía.
Contador y analista político
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