YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 01 de Febrero de 2016.- Cuando en Julio del año anterior señalamos en este espacio sobre la existencia de la enfermedad denominada Chikungunya, diseminada a gran escala, ninguna autoridad salubérrima hizo caso, es más, la negación fue el sello y tratamiento que se dio fue seguramente agradecido por las diversas funerarias de la región de la tierra caliente, decenas de hogares se enlutaron. Todavía más, durante la segunda semana de Octubre, cuando ya medio Apatzingán sufría los embates de la enfermedad, vino de entrada por salida el secretario de salud en el estado, el Dr. Carlos Aranza que, aseguró que únicamente el sector tenía conocimiento de 330 casos de Chikungunya y 331 de dengue clásico y, en un alarde de cinismo hizo una pequeña encuesta con dos amas de casa del fraccionamiento “la fuente” quienes le informaron que todo caminaba a la perfección, los miles y miles de casos de la enfermedad era una mentira, mientras tanto, muchos enfermos seguían muriendo como consecuencia de las complicaciones de otras enfermedades, grupos vulnerables bien señalados, como hipertensos, diabéticos, niños menores de un año y adultos mayores a los 65 años, cuando menos eso es lo que decía la literatura. Pero el gobierno no nada más se desentendió en las clínicas –a excepción del IMSS e ISSSTE- y hospitales, sino que, en un alarde de nula sensibilidad humanitaria, se dedicó a tratar de convencer a la población televidente y radioescuchas principalmente, de las bondades del propio gobierno para promocionar la prevención de la enfermedad, conminaba a la población a cuidarse y así fue como el combate a la Chikungunya se realizó con tremenda spotiza. Incuestionablemente que nunca se deben mezclar la salud de los mexicanos con la política, y eso fue lo que ocurrió, porque lejos de dotar las clínicas y hospitales de los medios y recursos necesarios, prefirieron regalar el dinero a la oligarquía que los encumbró, a quien los puso de regreso en los pinos, estamos hablando de miles de millones de pesos, el pago de la factura al duopolio televisivo con todas sus repetidoras a lo largo y ancho del país, igualmente a las miles de radiodifusoras.
Pero ahora que se viene mencionando con tanta insistencia sobre la terrible enfermedad llamada zika, sobre sus efectos, la población entera se encuentra alarmada y, muy particularmente aquí en la tierra caliente, la ciudadanía está aterrorizada en vista de la amarga experiencia de la Chikungunya.
El mosco llamado aedes aegyipti, es el mismo que trasmite el dengue, la Chikungunya y la terrible zika, virus que se está extendiendo en todo lo largo y ancho del continente americano y cuya larva se dice, es más pequeña que un grano de arroz.
El año anterior sugerimos que el presidente municipal César Chávez Garibay, ejerciera su liderazgo y convocase a todas las autoridades de salud de la localidad a efecto de que, por razones de obligatoriedad y por humanidad, se combatiera la enfermedad que nos estaba pegando y que para muchos ha sido la más terrible de que tengamos memoria. La respuesta fue el desprecio, el disimulo y la nulidad de acciones. Es en estas últimas fechas en que, nos consta que se vienen haciendo algunas fumigaciones en vehículos del sector salud, inclusive en algunas colonias, así nos lo han manifestado los vecinos de varias de las aproximadamente 80 con que cuenta esta población.
CARLOS ESTEBAN ARANZA DONIZ.- SECRETARIO DE SALUD EN EL ESTADO.
Hoy, volvemos a hacer el mismo llamado al presidente municipal, porque el zika es terrorífico, el virus que los especialistas aseguran produce microcefalia, una malformación, amén de otras graves consecuencias. Pero el llamado debe ser para autoridades y la población en general, porque recordemos que no hace muchos días cayó un torrencial aguacero, de tal suerte que, por ejemplo, el río que atraviesa la población seguramente se encuentra con innumerables encharcamientos, independientemente de que tambien se encuentra convertido en una auténtica selva. Además debemos tener en cuenta que las lluvias no tienen palabra, los tiempos han cambiado por los motivos bien conocidos, por eso es impredecible cuándo va a llover y lotes baldíos, las propias casas que no tienen cuidado para que no se desarrolle el vector, el mismo río y sus márgenes, etc., ahora si debemos todos tomar las precauciones necesarias, por el bien de todos. La autoridad debe tomar desde luego sus propias previsiones y su responsabilidad.
Cuando escribimos el año anterior sobre la enfermedad de la Chikungunya, muchos pensaron que se trataba de una exageración e inclusive hubo quien pensó que era amarillismo puro, pero peor amarillismo es la indiferencia, el disimulo y la inacción, peor amarillismo es la irresponsabilidad y la deshumanización de las autoridades que prometen en campaña pero que, una vez metidos olvidan lo prometido.
Contador y analista político
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