
YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 05 de Diciembre de 2016.- Hace dos años y medio el gobierno federal nos “vendió” un decálogo por medio del cual explicaban las “bondades” de la llamada reforma energética. Hoy esos beneficios no han llegado y colocan a esos “genios” en mitómana flagrancia.
Aseguró en ese tiempo el secretario de energía Pedro Joaquín Codwell que estaba garantizada la soberanía nacional sobre los hidrocarburos y la rectoría del estado sobre actividades a realizar. Hoy mismo el director de Pemex José Antonio González Anaya estaba festinando que en el descubrimiento de un yacimiento en Tamaulipas, la empresa ya tiene inversionistas extranjeros, alardeando además la transparencia de la licitación, lo anterior incuestionablemente que pone en entredicho las afirmaciones hechas en el 2013.

No podemos hablar de las necesarias inversiones nacionales o extranjeras y de soberanía nacional, sobre todo si no sabemos hasta dónde esas empresas permitirán una absoluta rectoría del estado en el negocio, en la sociedad.
Igualmente se nos aseguró que en adelante pagaríamos menos por el consumo de la luz, al igual que el gas. Si bien es cierto que hace meses bajó el gas algo así como un diez por ciento, también es cierto que las tarifas de la luz han ido al alza en varias ocasiones.
En ese decálogo, tal vez a falta de verdad y de talento, se nos dijo que “se llevará energía a poblaciones que hasta ahora no la han recibido”. No faltaba más, no quiero imaginarme que se llevaría el servicio a donde ya lo habían establecido, elemental.
En otra de sus elucubraciones “intelectuales”, aseguró el supremo gobierno que con la reforma energética se permitiría mejorar la calidad del aire y además mitigar los riesgos del cambio climático en forma sustentable. Demagogia pura y nada más alejado de la realidad en vista de que hoy hay más contaminación, esto es lo que menos le interesa a los dueños del país.
Y en un alarde de cinismo, se aseguró que se generarían empleos de calidad para millones de mexicanos. En este sentido el presidente Enrique Peña Nieto, en “lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”, dijo que durante su mandato se han creado más empleos que en ningún otro sexenio en el mismo lapso, lo que no dijo es los empleos que se han perdido, más notablemente en Pemex y Comisión Federal de Electricidad. ¿Se han creado realmente empleos de calidad para millones de mexicanos? Evidentemente no. ¿No es vergonzoso el aumento de siete pesos a un salario mínimo que prácticamente nadie gana?

También hace dos años y medio nos aseguraron que se sentarían “con firmeza” las bases para distribuir los beneficios entre la población. ¿Cuáles beneficios?, todo lo contrario, el México de hoy nos dice que durante el actual sexenio, se ha convertido en afianzador de esa fábrica de pobres. Una raya más al tigre.
Que aumentaría la seguridad energética del país representa una más de las mentiras en virtud de que, en la actualidad lo único seguro son los aumentos habidos a las gasolinas, luz y otros combustibles. No hay que olvidar además que en la actualidad las refinerías de Salina Cruz, Salamanca, Tula, Madero, Cadereyta y Minatitlán son insuficientes, por lo tanto tenemos la necesidad de importar algo así como el 50% de las gasolinas que consumimos. Tampoco hay que olvidar que a partir del año próximo se abre el libre mercado en el rubro, igualmente que, por las circunstancias económicas actuales, por la devaluación de nuestra moneda que ya alcanza hasta un 80 % en relación con el primero de Diciembre de 2012 en que tomó posesión Peña Nieto, nos espera un 2017 negro, con una inflación que el gobierno no podrá disfrazar más. Hay que recordar que las gasolinas que importamos se compran en dólares y que por lo mismo el panorama no puede ser peor.
¿Y el fortalecimiento de Pemex y CFE? Yo pues creo, todo lo contrario, es el debilitamiento, la mejor prueba lo representan los recortes presupuestarios a las empresas, Pemex este año hasta por un monto de los cien mil millones de pesos. Otra prueba es lo referente al despido de miles de trabajadores en ambas empresas.
En cuanto a la aseveración de que se incrementaría la transparencia y la rendición de cuentas es todo lo contrario, si algo se maneja en México con opacidad son el origen y la aplicación de los recursos en todas sus vertientes.

Por último, así como queriendo apantallar a los “letrados” mexicanos, para que se les entendiera con esa transparencia que pregonan, agregaron que: Establece –la reforma- la arquitectura institucional necesaria para asegurar el funcionamiento óptimo del sector energético. La verdad es que la arquitectura les falló y el destino los alcanzó. La “joya de la corona” rodó por los suelos, hoy Pemex está en la lona, produce menos petróleo que hace tres años y los precios no han sido nada favorables como todos sabemos.
Existe mayor participación de la iniciativa privada en áreas de exploración y extracción.
No se ha fomentado el desarrollo económico y social de todos los mexicanos, eso ha sido para unos cuantos.
Las promesas incumplidas de bajar la luz gracias a supuestas empresas que generarían energía, las evidentes mentiras, eso es lo que tiene “de mal humor al pueblo”, además de tanta inseguridad, corrupción, impunidad y violencia sin fin, eso es lo que tiene encabronada a la gente.
Si le preguntamos a cualquier ciudadano, asegurará que la reforma energética ha sido un verdadero fracaso, inclusive hay quien dice que estábamos mejor antes de la “genial” reforma. Así de simple, así de sencillo, y para aderezar todo este catálogo de mentiras, como regalo de Navidad el supremo gobierno anunció un nuevo aumento en las tarifas de la luz lo que, implícitamente traerá aparejado el aumento del Impuesto al Valor Agregado y sin faltar el anticonstitucional Derecho de Alumbrado Público, un abuso de autoridad que incuestionablemente representa una de las vertientes de la corrupción, precisamente en tiempos de Peña Nieto y su cacareado SISTEMA NACIONAL ANTICORRUPCIÓN.
Contador y analista político
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