Vaselina 2023: Cuando uno es fan y trata de ser objetiva

 

 

 

Silvia Chávez Manilla

 

La semana pasada, el jueves 14 de septiembre para ser exacta, fui a ver la obra de teatro Vaselina, cuya puesta en escena ha causado inconformidad en las redes sociales, ¿qué no la causa? En esta ocasión, es la edad de los participantes, sobre todo la de los Timbiriches: Alix Bauer, Benny Ibarra, Diego Schoening, Erik Rubín y Mariana Garza, quienes llevan los papeles principales y rondan entre los 51 y 54 años. En efecto, en ese sentido, están bastante pasados en cuestión a las caracaterísticas de los personajes, pues el contexto es de alumnos de preparatoria.

 

 

Al respecto, me pregunto: ¿De 50 años para arriba ya no se puede interpretar personajes? ¿Se deben quedar en casa porque dejaron de tener ilusiones? Quienes critican, ¿abandonarán su trabajo a esa edad? ¿Dejarán de hacer lo que aman, lo que les da de comer? ¿Pasados los 50 años dejarán de salir a bailar? Seguramente desestimarán las relaciones sexuales por estar viejos.

 

 

En lo que respecta a las exigencias interpretativas, decorosamente la salvan. Tampoco es una obra demandante, y las participaciones son cortas, las cuales —coreográficamente hablando—, sí tuvieron la intensión de reducir; ya “todos” estaban muy “preocupados” por los cincuagenarios. ¿Aguantaran la bailada?, se preguntaban, se van a “deshacer” —decían—. Pues no se les hizo.

 

Extañamos a Sasha Sökol, quien es la Sandy D. de los 80’s y la ideal para esta ocasión como miembro del mencionado Grupo musical. Desconozco sus motivos para declinar la oportunidad de revivir esa época; quizá influyó su estado de ánimo ante la demanda, de la que salió victoriosa, contra el productor Luis de Llano Macedo por abuso infantil. O bien, por lo complicada que puede ser para ella una escena en la cual tendría que ejecutar pasos de gimnasia, (ella sólo practicó ballet de niña); o tal vez, porque fue consciente de su edad. Todas son especulaciones.

 

Quien se ve estupenda es Mariana Garza (Sonia), parece que le hicieron la obra a ella. De los cinco integrantes, es quien tiene más experiencia teatral y le sienta de maravilla el vestuario, gracias al cual luce el cuerpazo forjado con años de gimnasio. ¡Guapísima!, nunca pensé decirlo, me parece que en otras ocasiones, en todo sentido, su participación había sido X.

 

Alix (Chiquis), se pierde, su papel no luce tanto, no queda claro que a ella y a su pareja son a quienes les encanta comer; queda en el aire y lo lamento mucho porque es una de mis consentidas. Benny (Danny Seco) bien, es el segundo con más tablas en el terreno teatral, lo vi mejor que en los fragmentos de esta misma puesta representados en los reencuentros de Timbiriche, así como en la obra Novecento. Sin embargo, como productor musical se luce.

 

En los casos de Erik (Tacho) y Diego (Kiko), el primero resalta porque tiene cuerpazo, es el de mejor voz y en esta ocasión funge como productor. Cabe señalar que le cambiaron la peluca con la cual sale en los promocionales, algo plausible porque estaba bastante exagerada. Diego, físicamente es el más desgastado y para mi gusto el más desangelado.

 

A estos cinco muchachos en la mediana edad, los acompaña un elenco también entrado en años para los papeles, conocidos porque son actrices, solistas, conductores de televisión. Sobresalen: María León, Kalimba y Yahir; seguidos por  Lupita Sandoval, Angélica Vale, Alex Ibarra, Leonardo de Lozanne, Andrea Legarreta, entre otros talentos, como los bailarines y coros quienes les hacen buen soporte a las estrellas del show, pues los Timbiriches son el gancho para una generación cautiva y para quienes buscan espectáculos fuera del  reguetón, tumbao y demás.

 

Quien asista al Centro Cultural Telmex I, que no es de los mejores recintos, —si compras en el segundo piso, estarás súper incómodo, por lo menos hace 20 años así era, espero hayan resuelto ese asunto porque la verdad, parece uno perico—, encontrará una producción de música en vivo, que utiliza la tecnología para figurar una carrera de autos, cuya escenografía podemos decir que es hermosa, al igual que la corografía. Sí le metieron lana, la cual se la cobran al espectador porque los precios no están tan accesibles. Apenas anunciaron la primera tanda del 2X1.

 

Retomo a María León (Sandy), además de su calidad interpretativa (musical/actoral), resalta su lavadero, el cual se me hizo fuera de lugar que lo mostraran, pues de acuerdo al contexto de la obra no ha lugar. Felicidades por su cuerpazo. También es de mencionar su peluca del “cierre”, gracias a la cual terminó de 50 años. Por cierto, agradezco los brazotes de Rubín, pero ¿los tatuajes se estilaban en los niños buenos de la prepa de aquel entonces? No estoy segura.

 

En cuanto a las canciones, estuvieron varias de las incluidas en el LP de Vaselina con Timbiriche, pero no así, la versión que cantó Sasha (Reprise de Sandra Dee) y Flechado estoy que interpretaba con Benny. En esta ocasión, utilizaron canciones apegadas a la película de 1978 con Olivia Newton-John y John Travolta y está bien para las nuevas generaciones, no para quienes esperábamos las que nos sabíamos. Así como rescataron melodías, también hicieron que las escenas fueran más apegadas al filme que a la producción de Julissa en 1984.

 

Vaselina 2023, es una puesta novedosa en cuanto a vistosidad, es de época en cuanto a la música, al vestuario; es un reencuentro con personajes que han estado ahí desde, más-menos, 40 años, que espero y no creo, se vuelva a repetir, por lo menos bajo este concepto. 

 

 

Sobre Silvia Chávez Manilla 15 artículos
Licenciada en periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, posgrado en psicoterapia Gestalt Relacional por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt y formación en Grupos Terapéuticos por el Círculo de Estudios en Terapia Existencial.

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