Tercero Interesado
Carlos Tercero
Es un hecho que en 2018, el reclamo social tomó la forma de mandato popular en las urnas de la elección presidencial, causando un enérgico golpe de timón ante el hartazgo generalizado, resultado de la enorme descomposición social y política imperante, atribuida al gobierno (federal y algunos estatales), que perdieron no solo el rumbo, sino toda sensibilidad social, alejándose abismalmente de quienes relegaron de la más mínima expresión del estado de bienestar.
Demasiado tarde se percibió el descontento generalizado y cuando sucedió, fue calificado de “enojo social irracional”. Efectivamente, era tarde y el mal ya estaba hecho, y ante ello, surgió el mensaje reivindicador que pronta y orgánicamente se posicionó en cada rincón del territorio nacional: “por el bien de todos, primero los pobres”.
Nada hacía más sentido y por ello el enorme bono democrático concedido al Presidente López Obrador, quien más allá de las distintas visiones, su lugar en la historia ha sido ya, labrado como artífice de la mayor transición sociopolítica del México contemporáneo.
Han pasado 4 años del cambio de régimen, y sorprendentemente, una gran mayoría sigue sin saber qué significa el epígrafe del gobierno de la Cuarta Transformación, solo se expresan a favor o en contra de la 4T, sin imaginar siquiera que conceptualmente reclama situar al nuevo régimen, a la altura de tres momentos fundacionales en el devenir histórico nacional: La Independencia (1T); La Reforma (2T); y La Revolución Mexicana (3T).
Lo anterior implica que la 4T, más que un egregor, ha de constituirse en un parteaguas entre el México del Siglo XX y lo que como ciudadanía estamos construyendo para el Siglo XXI; en lo que reconozco el temprano entendimiento de Porfirio Muñoz Ledo, que aunque con un sesgo constitucionalista, exponía ya desde 2013 en su libro Memoria de la Palabra (Sentencias Políticas):
“La idea de una IV República Mexicana –heredera de las de 1824, 1857 y 1917– ha sido el combate central de mi vida pública. Pero una y otra vez ha sido diferida porque a las exigencias de la razón política, se imponen el tradicionalismo y la pequeñez, la ignorancia del derecho comparado y la incapacidad de la clase dirigente para imaginar una profunda reforma del Estado”.
Solo Muñoz-Ledo pudiera dar precisión si este argumento, es coincidente o componente de la Cuarta Transformación de la vida pública nacional; pero expuesto el origen, hoy, a cuatro años del “golpe de timón” es preciso enfocarse en lo subsecuente: ¿QUÉ SIGUE?; ¿qué está faltando para alcanzar el México al que todas y todos aspiramos?
Por supuesto que cada quien es libre de coincidir, o no, con la narrativa gubernamental, así como con las propias de cada actor o partido político; más es impostergable el hecho, de que todos coincidamos en la imperiosa necesidad de la transformación nacional por encima de cualquier interés personal, o de grupo.
Hace 47 años Jesús Reyes Heroles, acertadamente advirtió “primero el programa, después el hombre” y hoy, con mucha antelación, parece que la preocupación está dispuesta a la inversa, cuando en este momento de la vida nacional es muy evidente que el hombre ya está –aún le quedan dos años–, y lo que verdaderamente importa es que todos juntos, sociedad y gobierno, saquemos al país adelante; priorizando el programa, el proyecto de nación que nos posicione en el lugar que legítimamente nos corresponde en el concierto de las naciones.
El mérito y relevancia de la transformación reside en el dar certeza y respuesta a la esperanza de más de 133 millones de mexicanas y mexicanos, que por lo pronto estamos listos para este 15 de Septiembre festejar la 1T y proclamar que ¡Viva México!
3ro.interesado@gmail.com
Ingeniero egresado de la Universidad Veracruzana, maestro en administración y gerencia pública por la Universidad de Bretaña Occidental y doctor en ciencias políticas y sociales por el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (hoy Colegio de Morelos). Actualmente, labora en la Unidad de Desarrollo Democrático de la Secretaría de Gobernación.
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