René Vega Giles
La Contralora del gobierno del estado de Morelos, América Berenice Jiménez Molina, fue señalada por incurrir en actos de acoso laboral y extorsión hacia los servidores públicos del gobierno de la entidad, así como de órganos descentralizados y municipales.
A pesar de incumplir con el requisito legal de tener una residencia mínima de ocho años en tierras morelenses, la burocracia descalificó al juez de la causa que la acogió para continuar en un cargo en donde es evidente la falta de trabajo.
El acoso laboral prevalece al interior de la Contraloría del gobierno estatal, en donde su personal destacó actos de corrupción, prepotencia y hasta explotación e incluso algunos más relacionados con baja de salario, de manera ilegal.
De hecho, manifestaron que hay un total desconocimiento sobre la operatividad de la oficina, estar en la misma solamente por el parentesco con la familia del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.
A ello, sumaron que en los municipios a cambio de “dejar tranquilos” a presidentes municipales y servidores públicos del primer nivel de los 36 ayuntamientos suele exigir cantidades económicas, para evitar sanciones administrativas (multas) o iniciar procedimientos ante el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA).
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